Sunday, January 22, 2023

La ambiciosa reforma educativa que arranca Uruguay, el rol de los sindicatos y cómo podría imitarla Argentina

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 La ambiciosa reforma educativa que arranca Uruguay, el rol de los sindicatos y cómo podría imitarla Argentina 

 Gonzalo Baroni, director de Educación del país vecino, habló con Clarín sobre los cambios en las aulas que implementarán allí en Marzo. 

 Ricardo Braginski 

 21/01/2023 

 Economista y funcionario en el Ministerio de Economía del Uruguay por largos años, Gonzalo Baroni (37) hoy está al frente de la educación de ese país. Si bien no es ministro -su cargo es de director nacional de Educación, dentro del Ministerio de Educación y Cultura- es en rigor quien define las políticas educativas. Y está llevando adelante una ambiciosa reforma educativa, cuyos principales lineamientos se empezarán a implementar en Marzo. Baroni fue uno de los expositores en el Congreso Internacional de Innovación Educativa -que se llevó a cabo en Monterrey, México, entre el lunes y miércoles-, y se hizo un tiempo para hablar con Clarín.

 - ¿En qué consiste la reforma educativa?

 - Abarca cuatro grandes áreas. El primero, gobernanza: era muy tediosa, muy burocrática, y poco resolutiva. La simplificamos. Estábamos en una situación en la que, dicen los investigadores, hay muchos jugadores de veto, mucha gente que te vetaba decisiones y nadie se hacía cargo. En esto ya hicimos todos los cambios que queríamos hacer, incluso en la Universidad de la República. La segunda área es el cambio en el marco curricular nacional, en toda la educación obligatoria (de 4 a 18 años). A partir de marzo comienza la implementación. Lo tercero es mayor autonomía para la gestión de los centros educativos (las escuelas). Sus equipos directivos y docentes durante mucho tiempo tuvieron muy centralizada la gestión. En Uruguay, podés estar en el departamento más lejano y tenés que consultar a Montevideo o un burócrata intermedio. Ahora, otorgar autonomía de la noche a la mañana genera mayores brechas: las escuelas que tienen mejores docentes, familias más comprometidas funcionan bárbaro y después los otros andan mal. Los más flojos normalmente están en las zonas más vulnerables. Para no repetir este problema, primero los capacitamos a todos. Hicimos una evaluación y de los 3.500 docentes que integraban roles de dirección menos de la mitad tenía algún tipo de capacitación en gestión de escuelas. Hemos avanzado durante todo 2022 y fines de 2021 en la capacitación. La cuarta área es la formación docente. Es sabido que el techo de la calidad educativa está en la calidad de los docentes. Vimos que hay una gran heterogeneidad en la performance de nuestros docentes. Tenés docentes muy bien formados, más homogéneo en primaria. Y en secundaria y tecnológica, una heterogeneidad muy grande. 

 - ¿Como se forman los docentes en Uruguay?

 - Es la carrera terciaria más descentralizada del país. Todas las regiones tienen al menos un centro de formación docente público y gratuito. El 97% de los docentes salen de ahí. El 3% de universidades o institutos privados. Uruguay había tenido algunos intentos de creación de una universidad nacional de la educación, muy similares a los que tuvo la ciudad de Buenos Aires con la Unicaba. En Uruguay para crear universidades autónomas hay que tener dos tercios del senado, y eso no existió en toda la historia del país. En el gobierno anterior, el Frente Amplio no negoció y no lo pudo hacer. Y nuestra visión, que en aquel momento éramos oposición, era que no están las capacidades instaladas para crear una universidad nacional de la educación, porque hay carencias: hoy la formación docente no genera investigación, no tiene extensión universitaria y no tiene ambiente universitario en ciertos casos. Entonces, le dimos carácter universitario a las carreras, pero no a las instituciones. Hoy, podés formarte para docente, terminás tu carrera y el instituto no te puede otorgar la licenciatura, pero el Ministerio sí. El instituto te dice que sos profesor de ciencias biológicas, por ejemplo, y nosotros vamos a aplicar una prueba final que no es habilitante para ejercer. Solo con el título del instituto podés ejercer. 

 - ¿Para qué es la prueba entonces?

 - Para darte la licenciatura. 

 - ¿Y para qué la licenciatura?

 - Es que estamos cambiando la carrera docente. Y ahora va a haber más oportunidades. Va a haber reconocimiento a que mayor capacitación, mayor salario. Zona vulnerable, mayor salario. En muchos casos sucede que equipos directivos ganan menos que su cuerpo docente. Esas cosas las estamos cambiando. Directores y docentes que van a zonas vulnerables ganan menos que los que van a zonas más privilegiados. Y, además, docentes que están mejores formados no necesariamente ganan más que los que están menos formados. La antigüedad pesa más. Lo que está cambiando es que la antigüedad va a seguir pesando, pero en mucho menos proporción. 

 - El cambio curricular, ¿hacia dónde va? 

 - Hicimos un balance de que el marco curricular preexistente era muy contenidista, muy enciclopedista, y pasamos a uno más competencial. Cambiamos las competencias y habilidades que tienen que adquirir los estudiantes en los distintos niveles. Estamos dando mayor estabilidad a los docentes. Casi la mitad rotan todos los años de escuelas. El cambio va a permitir hacer un seguimiento mayor a los estudiantes. Tenemos una gran falla en la deserción, sobre todo pasando de la primaria a la secundaria. En el primer año se anotan, pero la mayoría son repetidores y, en general, los que repiten terminan abandonando. Lo que estamos haciendo es repetir, sí, pero en un proceso más distanciado. 

 - ¿Es decir que se elimina la repitencia en algunos años? 

 - Sí, se elimina por años y queda por ciclos. Rompemos los compartimentos estancos. En primero de primaria no repetís porque el ciclo es hasta tercer grado. En secundaria, los dos primeros años. Después, tercero con cuarto. Y así sucesivamente. Teníamos 6 años de primaria y 6 de secundaria. Ahora son 9 en la primaria. Y al final 3 años de bachillerato. En vez de terminar el año y si tenés tantas asignaturas bajas repetís el año, ahora el docente va a hacer una evaluación más genérica, con más de un año incluido. Porque se entiende las distintas velocidades de aprendizaje de los alumnos, los distintos contextos. 

 - ¿Tuvieron resistencia de los gremios? 

 - Claro que la tenemos. En Uruguay tenemos una agencia que se llama Administración Nacional de Educación Pública, que tiene un consejo directivo con tres integrantes del gobierno y dos de los sindicatos docentes, que son electos en una elección abierta. Hemos tenido diferencias muy grandes. Todo cambio en las condiciones laborales y salariales tiene que ser negociado en el consejo del salario. Ahora, todo lo que implica la política pública no debe ser negociado. Esta es la postura de este gobierno que no era la del gobierno anterior que negociaba todo. Ahora, si los sindicatos están en contra de una política, nosotros los escuchamos en el ámbito de la asamblea técnico docente. Allí cada cambio técnico tiene que ser consultado previamente, pero no es vinculante. En algunos casos se han tomado algunas de las decisiones que se sugieren por parte de los docentes y en otras no. 

 - ¿Cómo están reclamando los sindicatos? 

 - Hemos tenido manifestaciones, marchas, pero avanzamos igual. Lo paradójico de todo esto es que, desde la salida de la dictadura en el 85 a la fecha, hemos tenido a todos los principales partidos políticos encabezando los gobiernos, y todos han intentado hacer reformas educativas y siempre los sindicatos se opusieron. Inclusive con el Frente Amplio. Entonces la pregunta es si no es que están más en contra de los cambios y están abrazados al status quo. 

 - ¿Son conservadores entonces? 

 - Creo que sí, hay una actitud bastante conservadora. Y sobre todo de algunos sectores dentro de los sindicatos. Porque tenés sindicatos a nivel primaria, secundaria, técnico profesional y formación docente. Y esos cuatro se reúnen bajo una coordinadora. Y las posiciones a veces son divergentes, en este caso están mayoritariamente en contra de la reforma. Habría que cuestionarse la cantidad de aceptabilidad en la interna, porque no necesariamente en esos distintos niveles tienen un gran porcentaje de afiliados. 

 - ¿Están vinculados a un partido político? 

 - En Uruguay tenemos una central única de trabajadores, que no tiene filiación partidaria clara. Muchos de sus integrantes claramente lo definen. De hecho, el último secretario general es el actual presidente del Frente Amplio. Algunos han sido senadores o diputados. Y otros viceversa, siendo dirigentes sindicales han pasado a la actividad política partidaria. No te puedo decir que estén afiliados a un partido político, sin embargo ahora cuando presentamos esta reformas, el que comenzó con las juntadas de firmas para una consulta popular fue la Central de Trabajadores secundada por el Frente Amplio. Hay cierta afinidad que es patente.

 - ¿Sienten el apoyo del presidente para avanzar en las reformas? 

 - Lo ha dicho siempre en sus discursos. El 3 de marzo tiene visita al parlamento, y uno de los capítulos principales va a ser educación. El año pasado educación fue el ministerio y el sector que más incremento presupuestario recibió. Y además, en muchos de sus discursos, habla de que, de acá hasta el fin de gobierno, marzo de 2025, hay dos reformas que son claves: la seguridad social y la educación. 

 - ¿Y la oposición como juega en todo esto? 

 - Está bastante atomizada en el Frente Amplio, con partidos de izquierda que van desde el comunista hasta socialdemócratas de todo tipo de color. Públicamente están en bloque en contra de la reforma educativa. Pero en conversaciones más informales no necesariamente, porque hay determinadas afinidades históricas. Hay cambios que nosotros podemos hacer que la izquierda no hizo durante 15 años. 

 - ¿Se va a poder implementar sin la oposición y sin los sindicatos? 

 - Creo que sí, de hecho, está encaminada. Vamos a tener ciertas adversidades. Cuando hacés un análisis de las principales reformas educativas en el mundo, en general los sindicatos casi todos comienzan estando en contra, algunos se terminan subiendo al barco, otros nunca se suben. La oposición política creo que es un tema de oportunidad. Lo que sí te puedo afirmar es que durante 15 años la oposición política no cambio la educación. 

 - ¿Se puede hacer esto en la Argentina? 

 - No me animaría en un país del volumen de Argentina. Ustedes tienen 15 veces más población y 11 o 12 veces más territorio. Además, una gobernanza distinta. Hace poco estuve con varios ministros provinciales argentinos, de muy distintos partidos y muchas visiones pero que trabajan en conjunto. Creo que habría que arrancar con pilotos en algunas provincias. Sobre todo en las más históricas, del centro de Argentina que tiene mucha similitud con la idiosincrasia del Uruguay. Podrían ser las pioneras que podrían avanzar en un cambio de este tipo. 

 - ¿Las que están más cerca de Uruguay? 

 - Claro, en algún momento fueron la Liga Federal, ¿no? Entre Ríos, Corrientes, Córdoba, Santa Fe, las que tienen volumen poblacional y, una virtud, diversidad política y no la confrontación que hay en la capital. Creo que lo podrían llevar adelante. No como otras provincias más alejadas, que son feudos políticos de algunos partidos. Ahí capaz sería un poco más difícil. Porque para hacer reformas educativas hay que tener valentía, porque no tiene tanto rédito. Yo te mejoro el salario, traigo industrias o cambio determinada política social (llamale transferencias económicas, políticas de empleo o salud) inmediatamente tiene impacto en tu bolsillo, en tu familia, en tu trabajo, y en los votos. En la educación todos lo que nosotros estamos haciendo hoy, en 2024 tenemos campaña política y vamos a poder mostrar lo que arrancamos a hacer. Pero el cambio va a ser en 10, 12 años, cuando tengas un ciclo entero de jóvenes que transitaron por un marco curricular destino, con docentes mejor formados, y con escuelas con mayor autonomía y poder de decisión. 

 - ¿Por qué siendo economista está en educación?

 - Originalmente fui funcionario de economía, de muchos años. Entré como estudiante y quedé como economista. Y aburrido de las tablas y los números participe de una ONG que en Argentina es 'Enseña por Argentina' y en Uruguay se llama 'Enseña Uruguay', que es global. Ahí durante 2 años di clases en el peor barrio de Montevideo que tiene indicadores educativos más parecidos al África Subsahariana que lo que sucede con el sur de la ciudad más parecida a Suiza. Esos dos años tenía una foto pegada con un imán en mi heladera, de mis estudiantes muy vulnerables que muchos faltaban, que había que ir a buscarlos a la casa porque se quedaban durmiendo, no tenían interés. Me tomaba dos colectivos, y los días que llovía no pasaban y tenía que caminar en el medio del asentamiento y era muy difícil. Sin embargo, a mí nunca nadie me tocó. Siempre ‘profe vamo arriba’ y demás, y tenía esa foto y los días de lluvia la miraba y decía yo estoy acá por ellos. Cuando terminé ese proceso gané una beca para estudiar políticas públicas y puse el foco en educación. Pero dije 'me tengo que volver para la educación'. Porque vos podés hacer transferencias económicas, podés controlar la inflación, y podés generar políticas de mejor empleo, es necesario, pero si no cambiamos la educación no cambiamos el futuro.

 Fuente:https://www.clarin.com/sociedad/ambiciosa-reforma-educativa-arranca-uruguay-rol-sindicatos-podria-imitarla-argentina_0_U4dWLx7o2G.html

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