Sunday, May 26, 2019

OPINIÓN | IDEAS-Entre lo que no se quiere decir y lo que las palabras no saben nombrar, por Santiago Kovadloff

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OPINIÓN | IDEAS

Entre lo que no se quiere decir y lo que las palabras no saben nombrar

Santiago Kovadloff


El silencio adquiere distintos ropajes; de aquel que impone lo inefable al que asoma entre dos que ya no tienen qué decirse

26 de Mayo de 2019

El silencio es prolífico, proteico, coral. La metamorfosis de sus contenidos, poco menos que incesante. Los hombres callan de incontables maneras.

El idioma ruso fue en mi vida, y previamente en la vida de mis padres, un idioma silenciado. Mis abuelos -los cuatro- provenían de Kiev y Odesa. Allí padecieron, con sus propios padres, la inclemencia tenaz del antisemitismo. Pogroms a manos de cosacos y emisarios brutales del poder imperial.

En la Argentina, desembarcados muy a comienzos del siglo XX, nada hicieron por preservar el idioma ruso, fatalmente contaminado por tanto sufrimiento. Lo dejaron atrás, lo dejaron caer. No quisieron sostener y dar descendencia a su lengua originaria. ¿Originaria? No enteramente. Eran judíos, aun antes de ser rusos. La lengua que los constituyó, la de su intimidad, la del goce y el llanto, la que les dio amparo y fue patria para ellos cuando ya nada tenían, esa lengua fue el idish. Silenciaron el ruso como si con su abandono hubiera sido posible sepultar tanta memoria amarga. No llegó a mis padres; tampoco, claro está, a quienes fuimos sus hijos. En la adolescencia, comencé a advertirlo. Y a lamentarlo. Con cada página de Gogol, de Chejov, de Turgueniev, de Tolstoi, de Dostoievski; con cada verso de Pushkin y Maiakovski.

En la política, las configuraciones del silencio logran escasa variedad. En todas ellas lo sombrío, cuando no lo siniestro, se reitera. Es un mal invicto. Combatirlo es imprescindible; erradicarlo, imposible.

La Argentina, en su historia reciente, vuelve a evidenciarlo. Los ejemplos son penosos. Desde hace cuatro años, un silencio atroz, agobiante, impermeable a la luz, no deja de pesar sobre la muerte del fiscal Alberto Nisman. Sus causas, los procedimientos seguidos para concretarla, sus responsables, ¿dónde están? El silencio de los asesinos sigue siendo impermeable a la Justicia. Una Justicia sorda, igualmente, a la voz ya ronca de los familiares de quienes fueron aniquilados cuando voló la sede de la Amia.

Junto a estos, resaltan en nuestra historia silencios previos no menos escalofriantes. Allí están, calcificados, enquistados. Intactos a lo largo de los muchos años, delatando con su persistencia las fragilidades de nuestro sistema político: asesinatos, secuestros, extorsiones que fueron el complemento brutal del terrorismo de Estado de los años 70. Sobornos que sobreviven sin pena, procedimientos judiciales vergonzosos, beneficiarios de la impunidad perpetua. Silencios y más silencios.

Es sabido que los monjes de la Trapa cultivan el silencio con la misma unción que el canto y la plegaria. En un mundo rendido a la verborragia, la decisión monástica de no abusar de la palabra resulta una práctica admirable, prudente, sanadora. Administrar su empleo no implica subestimar la riqueza de sus recursos. Por el contrario. Fortalece su elocuencia. Solía contar Héctor Tizón, narrador jujeño inolvidable, que su desvelo era lograr, en el fraseo literario, que el silencio tan bien empleado por los indios a quienes él solía frecuentar se hiciera oír, con igual intensidad, en sus relatos.

El primero de mis silencios gratos abundó en la infancia. Largos momentos en que, sentado lado a lado con mis amigos, en el cuarto de alguno de nosotros, aguardábamos leyendo que pasara la tormenta. Nada nos decíamos, absortos cada cual en su revista o en su libro pero sabiéndonos juntos mientras oíamos tronar y esperábamos que el sol volviera a salir.

Al crujir las páginas en nuestras manos, el silencio dejaba oír un susurro cómplice que nos cobijaba en la espera, en el calor de un tiempo sin horas, en una eternidad invicta porque aún desconocía la siembra dolorosa que también traería el paso de los años.

Descubrí después, siendo joven, otras voces del silencio. Una fue la que impone lo inefable. Lo que no ingresa a la palabra aun cuando nos propongamos alcanzarlo con ella. Es el silencio hostil a toda equivalencia verbal. El que solo se insinúa en el lenguaje como falta. No es el silencio de lo ocluido, ese que genera lo que pudiendo ser dicho resulta acallado. No es el silencio de lo que nos negamos a decir. Es el silencio que rebasa las palabras y que estas, si son las apropiadas -las del poema, las del pensamiento- alcanzan sin embargo a insinuar como una estela tenue que se dibuja en el agua. Ante el rostro de una mujer o de un hombre que nos conmueven. Ante la presencia de un hijo. En el encuentro con un amigo con el que nos reúne el goce de quererlo. Ante un paisaje bienhechor. Ante lo que súbitamente nos sustrae a la costumbre y nos asombra. Ante la revelación repentina de una realidad que nos excede con su encanto o su terror y sin embargo nos abrasa. Ante la muerte estampada en el semblante de quien fue y sigue siendo, para nosotros, irreemplazable. Es el silencio de lo indecible.

Mozart dejó asentado que a la música se la encuentra en el silencio que vibra entre las notas. Sartre aseguraba que el escritor persigue con las palabras la elocuencia superior de lo innombrable. El amante no sabe cómo referirse a quien lo arrebata y se desvela tratando de arrancar a las palabras y al cuerpo que enciende su deseo lo que ni ellas ni él pueden terminar de brindarle. "Herida oculta", tituló Lucrecio, hace mil años, a ese surco que en el alma y en la piel traza lo que no puede verse saciado.

Un silencio más: el de las calles céntricas en las mañanas del domingo. Me encanta recorrerlas en las primeras horas del día. Ser el receptor agraciado de esa ofrenda de extrema quietud. Sé de muchos a quienes les resulta deplorable ese paisaje céntrico del que se han esfumado el movimiento y la algarabía de la semana laboral. En él solo ven abandono. Yo, no. Me envuelve esa paz. Mis ojos exploran todo lo que guarda tanta inmovilidad. Hay algo cautivante en esas calles olvidadas durante la tregua del domingo. Algo que se deja ver de a poco en la mañana de ese día como un pájaro cauto que se asoma entre las hojas o un animal sigiloso que vuelve al umbral de su guarida tras el estruendo que lo espantó. Es que, en esas horas, las calles céntricas entregan, si bien se las transita, un silencio íntimamente preservado que inicia su despliegue en el alba del domingo.

Hay aun otro silencio. Quizás el que me cautiva como ninguno: el del atardecer. Ese instante es mi predilecto entre todos los del día. En él, si alzo los ojos hacia el cielo o recorro la luz que roza las cosas, vuelvo a encontrar el silencio primordial. Jorge Luis Borges supo de él: "Hay una hora de la tarde en que la llanura está por decir algo; nunca lo dice o tal vez lo dice infinitamente y no lo entendemos, o lo entendemos pero es intraducible como una música."

Ese silencio mayor no solo se deja presentir en la llanura. Creo que allí donde atardece, sea donde fuere, si se está predispuesto, se lo puede alcanzar. Es una insinuación venida de la hora para brindarnos un espejo donde asoma algo de nosotros que ignoramos. En el ventanal de mi estudio, por ejemplo, a las cinco de la tarde en invierno. O a las siete de una tarde de verano. Algo nace en el cielo del crepúsculo que derrota lo prosaico en el trato con las cosas. Algo puede, a esa hora, más que la grisura de tanto edificio que me cerca, que el cablerío oscuro que oscila y se extiende de terraza en terraza con su telaraña de indecible fealdad; que la cartelería hiperbólica que aplasta con su demanda de atención; que el vuelo bajo y sin brillo de las palomas. Ese algo es silencio; un silencio que hace de nuestra propia presencia un hecho inusual. Encarnado en la penumbra que realzan las nubes, ofrenda una revelación inconfundible e indefinible a la vez, como quiere Borges. Abriéndonos a ella, se apaga el estruendo urbano. Es un silencio apacible: baja manso del cielo, es un eco del tiempo impregnado de colores suaves que no tiene igual en intensidad y poder de sugerencia.

Pero el silencio puede también tener semblante de muro, de lápida, de epílogo penoso. Es el silencio terminal que asoma, por ejemplo, donde dos seres se han desencontrado irremediablemente y ya no tienen qué decirse, nada que agregar a esas palabras que los han conducido a la ciénaga de lo irremontable; a las formas que tomó, en cada uno, el desencanto con el otro. Es el silencio del adiós al que se llega extenuado y solo.

Un último silencio: el de esas parejas mayores que comparten la mesa de un bar durante horas, sin intercambiar una palabra. Ya han hecho su pedido usual al mozo. El previsible pedido de siempre. Solo por costumbre, el mozo se acerca a ellos para solicitarlo. Ahora aguardan lo único que parecen esperar: el módico café que sorberán lentamente, perdida la mirada de cada uno en un punto indefinido. Abstraídos, más que ausentes, nada los arranca de su silencio de piedra, de la brutal frontalidad de su mutua indiferencia. Solo parece unirlos, al cabo de los años, el hilo férreo de la costumbre. El silencio de dos vidas consumidas que se prolongan vacías en el tiempo.


Fuente:https://www.lanacion.com.ar/opinion/entre-lo-que-no-se-quiere-decir-y-lo-que-las-palabras-no-saben-nombrar-nid2251019

OPINIÓN | IDEAS-El silencio. Un bien cada vez más escaso, asediado por la era del ruido, por Héctor M. Guyot

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OPINIÓN | IDEAS

El silencio. Un bien cada vez más escaso, asediado por la era del ruido


El ajetreo de las grandes urbes y el murmullo de la vida digital han colonizado la vida cotidiana; en medio del aturdimiento en que vivimos, hoy son muchos los que gritan y pocos los que, en la multiplicación de voces, escuchan Crédito: Silvana Colombo

Héctor M. Guyot

26 de Mayo de 2019

Ante lo innombrable, el silencio. Por eso me gusta, en el verano, sacar una silla al medio del jardín y mirar hacia arriba. No importa que lleguen hasta mí los ladridos de un perro, el lejano ulular de una sirena o las voces dispersas de una conversación que trae el viento. A pesar de todo eso, la noche es para mí un gran espacio vacante que apaga el ajetreo y los ruidos del día. Un latido acompasado en cuyo ritmo me abandono. Arriba, la oscuridad está poblada de signos luminosos que se ofrecen pero no se revelan. En ese silencio cósmico hecho de distancia y polvo recupero algo, aunque no sé bien qué. Tal vez, el silencio que llevamos dentro, que también es casa y misterio.

En lo no dicho cabe todo lo que hay. El silencio es un vacío que cada cual ha de llenar. Lo sabía bien Hemingway, que creó y aplicó en su narrativa la teoría del iceberg, en virtud de la cual se escamotea parte de la información del relato para que el lector la descubra o la cree en el silencio de las entrelíneas. Así lograba dotar a sus cuentos del espesor de la vida, porque en ese vacío entra la imaginación del lector y entonces allí cabe todo lo que este proyecta. El silencio es una ausencia que convoca una presencia. ¿De qué? ¿Qué dicen los sonidos del silencio?

Hoy es difícil averiguarlo. Esos sonidos están velados por el ruido de las grandes urbes y por el murmullo constante de la sociedad tecnológica en la que estamos inmersos. El silencio es un bien escaso y hasta olvidado, aunque en medio del aturdimiento llevamos, sin saberlo, una secreta nostalgia de sus dones. En las redes sociales, el silencio es el equivalente de la muerte. En ese parloteo interminable que nos acompaña de modo constante solo se vive cuando se interviene y se participa. Para muchos se trata de un espacio de autoafirmación o de marketing personal. Quizá por eso allí son demasiados los que gritan y pocos los que, en medio de la multiplicación de voces, escuchan. Y el silencio es, antes que nada, escucha. Del otro. De lo otro. De uno mismo.

"Con ruido o sin él, sería conveniente dejarnos habitar por el vacío, continente básico del deseo en cualquiera de sus formas -dice Luis Gruss en su libro El silencio. Lo invisible en la vida y en el arte-. Lo indecible invita a decir. La interrupción de una línea sonora convoca al pensamiento, a la lectura, al demorado encuentro con nosotros mismos, al contacto con la naturaleza, el amor, la íntima alegría".

Allí, Gruss señala que -en sus palabras- la estridencia en la que vivimos deriva también de una cultura inclinada a eludir o maquillar determinadas zonas individuales y colectivas de angustia y confusión. Nos llenamos de voces y de cosas por temor a ese vacío que propone el silencio. Y seguimos adelante, pero con un costo alto. "Un simple viaje en transporte público se convierte, celulares mediante, en una extraña asamblea de intimidades compartidas -observa Gruss-. La polución sonora comienza a ser cuestionada. También la contaminación visual. Pero las voces críticas son débiles aún. La pasividad ante la agresión acústica conduce a la paradoja mayor: el ruido nos mata en silencio".

Carambola. El poeta Hugo Mujica dice que no cree en la línea recta. A fines de 1969, cuando el hippismo se extinguía, conoció en Nueva York a Swami Satchidananda a través del poeta Allen Ginsberg. Un día, el gurú le pidió que lo acompañara a la abadía de San José, ubicada a 50 kilómetros de Boston. Allí, en medio de los monjes trapenses, lo asaltó un sentimiento de pertenencia. Al otro día volvió, pero como huésped. Vivió en una cabaña en medio del bosque. A los tres meses abandonó sus planes de viajar a la India y decidió quedarse allí, para hacerse monje y asumir el voto de silencio de la orden. "Pasabas días sin pronunciar una palabra -cuenta-. Al principio el silencio es ruido, el ruido mental en que uno vive. Pero allí, en ese ambiente de recogimiento, no tenés más remedio que escucharte a vos. Es un sistema de deconstrucción. De a poco, los proyectos, las ideas y los pensamientos se van acallando y el silencio se te aparece como un objeto del que tenés que apropiarte. Después lo olvidás y te es connatural. En esa relación, el que cambiaste sos vos. Desaparece el sujeto del poder, y el que dictamina se vuelve receptivo. Ya no depositás tu discurso o tus conceptos sobre las cosas. Es el viraje del sujeto que habla al sujeto que escucha".

-¿Y qué escucha?

-La expresividad de todo lo que es.

"De manera similar a las artes de la memoria, a la gimnasia de la concentración, al cultivo del silencio, el lugar de la lectura en la civilización europea está destinado a disminuir", dice George Steiner en El silencio de los libros, donde consigna que el 80% de los adolescentes norteamericanos son incapaces de leer sin un acompañamiento musical de fondo. O sin la TV encendida.

Nos habituamos al ruido constante. Los timbres y alarmas de la vida online nos sustraen de la concentración y el silencio que hayamos podido conseguir. Los habitantes de las grandes urbes sumamos la sinfonía inarticulada y machacante que produce la ciudad en movimiento. Pocos le dan importancia, pero este ruido "explícito" es un contaminante invisible que amenaza la salud y la calidad de vida de la gente. Como la gota en la piedra, va horadando su capacidad auditiva. En Buenos Aires hay sitios en los que el nivel promedio de ruido de los motores, las bocinas y las sirenas del tránsito supera los 80 decibeles. Por ejemplo, en las avenidas Corrientes, Callao o Triunvirato. Según la Organización Mundial de la Salud, quienes están sometidos a ruidos constantes por encima de esa marca sufren estrés, cansancio y alteración del sueño. La ciudad también tiene sus remansos. Hay que buscarlos en los barrios de La Boca, Barracas, Devoto y Saavedra, según el Mapa del Ruido Interactivo que el Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño presentó el 24 de abril pasado, en el Día Internacional de Concientización sobre el Ruido.




Un hombre en la Quebrada de Humahuaca, ante el silencio de la naturaleza Crédito: Mariana Eliano

En un entorno así, no hay alternativa: el silencio ha de ser creación de cada cual. No es una idea descabellada, si partimos de una evidencia incontrastable: el silencio absoluto no existe. Lo demostró John Cage en 1952, con una pieza de 4 minutos y 33 segundos en la que se limitaba a sentarse frente al piano sin tocar una tecla, mientras la obra se iba "haciendo" a partir de los sonidos del ambiente que el público escuchaba durante ese lapso de tiempo. Al ser la más abstracta de las artes, la música es quizá la más apta para conjurar el vacío que nace del silencio, donde acaso, según los místicos, se esconde el todo. "No hay manera lícita de hacer música que no se estructure desde las raíces mismas del sonido y el silencio", afirmó el compositor de vanguardia norteamericano. En el largo poema que le dedicó Octavio Paz, "Lectura de John Cage", el poeta mexicano escribió: "El silencio es el espacio de la música: /un espacio /inextenso: /no hay silencio /salvo en la mente. /El silencio es una idea: /la idea fija de la música. /La música no es una idea /es movimiento, /sonidos caminando sobre el silencio".

A este matrimonio se refirió Daniel Barenboim en su libro El sonido es vida. El poder de la música: "El último sonido no es el final de la música. Si la primera nota está relacionada con el silencio que la precede, la última nota tiene que estar relacionada con el silencio que la sigue".

Flujo y reflujo. Entre otros trabajos que hacía en la abadía, Hugo Mujica cocinaba. A los tres años de vivir como monje, desde la ventana vio el amanecer y sintió en el cuerpo la necesidad de tomar lápiz y papel. Escribió: "Se asoma el sol tras la ventana de la cocina. El té casi listo". Ahí, cuenta, nació al mundo de la escritura. "La poesía es un lenguaje que no obstruye al silencio -dice-. Al contrario, le da expresión. Mi poesía nace del silencio, no como tema, sino como paisaje. Nace de una escucha. Yo no separo palabra y silencio. Todo es flujo y reflujo. La palabra da expresión al silencio y a la vez lo silencia. El poema logrado es aquel que da a escuchar el silencio desde el que surgió".

-¿Y qué dice ese silencio?

-Es la reserva de sentido. Y el sentido es la capacidad de sentir la vida. Hacerse vulnerable a que la vida te toque.

Es posible pensar en artistas del silencio. Chejov sin duda es uno de ellos. Cuando describe una escena o un personaje es tan concreto y vívido que, en el detalle, y desde la superficie de las cosas, convoca ese revés de lo real que se abre a lo indecible. De algún modo, todos los grandes narradores tienen una prosa capaz de trasladar al papel la cualidad talismánica de la realidad. "Prefiero el silencio al sonido -dijo William Faulkner en una famosa entrevista para The Paris Review-. La imagen que producen las palabras se da únicamente en el vacío: el trueno y la música de la prosa nacen del silencio". Se ha dicho: el lenguaje es limitado y siempre insuficiente. Pero acaso sea más perfecto de lo que creemos, en tanto puede cifrar esos huecos y silencios que son parte de la naturaleza de lo real. Lo mismo puede decirse del lenguaje cinematográfico. Bastaría para comprobarlo cualquier película de Andrei Tarkovski.

Hay un silencio más misterioso y esquivo. Es aquel que no remite a ninguna esencia sino que acaba y se perfecciona en sí mismo, en su propio vacío, sin aludir a nada. Lo describe el filósofo Byung-Chul Han en su último libro, Ausencia. Acerca de la cultura y la filosofía del Lejano Oriente. Allí señala que lo innombrable que huye del lenguaje, idea metafísica difundida en Occidente, no es una figura del pensamiento oriental. "Los maestros zen recurren con frecuencia a palabras breves, muchas veces vaciadas de sentido -escribe-. Su silencio, no obstante, es vacío. No remite a nada. La reducción del lenguaje que hace el budismo zen no tiene lugar en beneficio de una esencialidad indecible, misteriosa. Se renuncia al lenguaje no por un defecto, sino por un exceso. El hablar presupone ya una distancia ante el acontecimiento". Este silencio anula la diferencia entre yo y mundo, dice Han, entre objeto y sujeto.

En la ciudad. Mujica dice que, en el poema, el silencio habla a través de él, pero desestima la idea del canal. Es otra cosa. Se trata más bien de un encuentro, del que nace algo nuevo. Luego de pasar un año en la abadía de San José, Mujica, poeta y sacerdote, vivió cinco años en el monasterio trapense de Azul, provincia de Buenos Aires, adonde regresa cada tanto. Pasó siete años bajo votos de silencio. Hoy lo reencuentra, por ejemplo, en las caminatas que hace por las calles desiertas de una Buenos Aires que se dispone a despertar al día. "Hoy para mí el silencio es la ciudad, es un clima, la pertenencia a un tono. La creatividad es eso, sostener un tono -dice-. Un tono de escucha". Desde allí, ha escrito líneas en las que resuena una concepción oriental: "En el silencio dios no habla, en el silencio el silencio es dios".

Un día Confucio les dijo a sus discípulos que no quería hablar más. Sus discípulos protestaron. ¿Cómo iban a recibir entonces sus enseñanzas? Confucio respondió con otra pregunta: "¿Acaso habla el cielo?". Pienso en esos cielos de verano que me gusta mirar y me digo que a ese interrogante solo puede darle respuesta el silencio.


Fuente:https://www.lanacion.com.ar/opinion/el-silencio-un-bien-cada-vez-mas-escaso-asediado-por-la-era-del-ruidonota-de-tapa-nid2251027

OPINIÓN | ACTUALIDAD POLÍTICA-El kirchnerismo cierra el círculo, por Sergio Suppo

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OPINIÓN | ACTUALIDAD POLÍTICA

El kirchnerismo cierra el círculo

Sergio Suppo

26 de Mayo de 2019

Nueva Constitución sin Poder Judicial. Jueces que deberán "dar explicaciones" por sus resoluciones y fallos. La necesidad de "revisar sentencias" de los casos de corrupción. La especulación de un indulto como premio político para el ganador de las elecciones. La libertad para los políticos presos, llamados "presos políticos" por quienes las reclaman.




Fuente: LA NACION - Crédito: Alfredo Sabat

Todavía sin el discurso impermeable de un candidato en campaña, Alberto Fernández transitó su primera semana de elegido por Cristina Kirchner hablando de la necesidad más perentoria de su jefa y de su grupo político. Pasan los días y su discurso empieza a cerrarse. Ya es mejor no hablar de ciertas cosas.

La autoindulgencia no es un dato nuevo en el peronismo, que siempre encontró razones políticas por sobre leyes y códigos. Ya ocurrió con la liberación masiva de guerrilleros detenidos, en 1973, y con el indulto de Carlos Menem, que en los años 90 benefició a los altos mandos de la dictadura y a los jefes de las "formaciones especiales". Entre ambas fechas, en 1983, el peronismo que postuló a la presidencia a Ítalo Luder avaló con su silencio la amnistía que quiso imponer Reynaldo Bignone, el último gobernante de facto. Ese perdón, esperaba aquel justicialismo, también borraría la persecución de los crímenes cometidos por los funcionarios de Isabel Perón antes del golpe que la derrocó en marzo de 1976.

Por el contrario, el kirchnerismo, última versión del viejo movimiento, encontró en las violaciones a los derechos humanos de los años 70 un punto de partida para la construcción de su relato y para la reivindicación de las andanzas de la juventud maravillosa. Fue, también, una oportunidad para inventarse un rentable pasado heroico.

Por ese camino, Néstor Kirchner puso en ejecución ese discurso con la rehabilitación de los enjuiciamientos a todos los responsables de la represión que habían sido cancelados por las leyes de obediencia debida y punto final. Sin antecedentes en la defensa de los derechos humanos, Kirchner pudo decir que habían impulsado la justicia contra la impunidad. A salvo quedaron los jefes guerrilleros que, además de ser exaltados como héroes desde el poder, se beneficiaron con la prescripción de sus delitos por no ser considerados de lesa humanidad como los cometidos desde el Estado.

Entre tanta épica y cadenas nacionales, se edificó un sistema piramidal de recaudación de coimas que, como todo esquema de corrupción, precisó de una coraza de protección y amparo. Eso duró mientras el kirchnerismo estuvo en el poder.

Un círculo perverso busca ahora completarse con un triunfo del kirchnerismo: los autoproclamados campeones contra la impunidad irán a buscarla con desesperación en su propio beneficio. Serán generosos. No van a dejar desamparados a los empresarios que tan felizmente colaboraron con el sistema de sobreprecios y retornos. El perdón tiene que ser amplio y generoso para ser más aceptado.

Es exactamente lo contrario a una casualidad que detrás del vidrio que separaba al público del banquillo de los acusados, el martes pasado, Cristina haya podido sentar a Abuelas y Madres de Plaza de Mayo. El uso de aquellas reivindicaciones y de sus protagonistas no se agotó en los años de enjuiciamientos y condenas a los represores. Cristina las usa para garantizar los valores inversos que dijeron defender y representar. Tal vez haya demasiadas candidaturas de humo como para poder ver con claridad lo evidente.


Fuente:https://www.lanacion.com.ar/opinion/el-kirchnerismo-cierra-el-circulo-nid2251021

EDITORIAL | DOCENTES-Docentes argentinos, lejos de ser respetados

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EDITORIALES | DOCENTES

Docentes argentinos, lejos de ser respetados

26 de Mayo de 2019

El respeto empieza por casa, dice un viejo refrán que debería llegar a los colegios. Por lo visto, lejos está esto de ocurrir entre nosotros cuando los maestros argentinos aparecen como los más maltratados en el estudio Global Teacher Status Index (GTSI), una investigación realizada por la Varkey Fundation ( fundacionvarkey.org), que analiza la mirada de la comunidad en aspectos como la valoración docente y su aporte. A través de una serie de preguntas, se relevó la opinión de participantes de diferentes países sobre salarios, horas de trabajo y nivel de respeto o autoridad en los colegios. Frente a estos interrogantes, la Argentina quedó en el extremo negativo del ranking: entre los cinco países que menos respetan a los maestros. Lo más llamativo es que el país no estuvo solo entre los últimos puestos, pues lo acompañó Brasil, que encabezó la región y el estudio total. Además, América Latina presentó los peores niveles entre los 35 participantes.

De los encuestados argentinos solo el 15% cree que los estudiantes respetan a sus docentes, el segundo porcentaje más bajo en la región luego de Brasil. En contraposición, en China, el 81% califica la relación entre alumnos y maestros de respeto, tendencia seguida también por otros países asiáticos como Malasia, Taiwán, Rusia e Indonesia. ¿Dónde nace esa falta de respeto? ¿Es posible pensar que los profesores puedan trabajar en pos de la educación si no se sienten mínimamente valorados? El desafío de generar un ambiente propicio para que aprender sea una tarea inclusiva y contenedora para todos en las aulas está planteado. A esto hay que agregar que de 10 puntos que se le podía adjudicar al sistema educativo, la Argentina apenas alcanzó un 5,4, lejos de los 8 de Finlandia, aunque por arriba de vecinos como Brasil y Chile.

De la encuesta global participaron más de 35 mil personas, de entre 16 y 64 años, que consideran que los docentes trabajan en promedio 31,2 horas semanales, cuando en realidad lo hacen 47,2 horas. Esta subestimación vuelve a quitarles valor a la cantidad y la calidad del tiempo dedicado a los niños, que traspasa el presencial en aulas.

Otro punto de análisis fue el sueldo que para el 59% de los argentinos consultados debería estar atado al rendimiento de los estudiantes. Con excepción de Suiza, donde el sueldo es realmente bien considerado, en el resto de los países se piensa que no está en relación con la importancia de la labor que el profesional desarrolla: en 28 de los 35 países participantes los docentes ganan menos de lo que el público considera justo. Quizá sea por eso que solo el 34% de los argentinos les recomendaría a sus hijos volcarse a esta profesión.

Está demostrado que, en igualdad de condiciones, cuando el profesor goza de respeto, aumenta la probabilidad de los alumnos de optimizar el aprendizaje y obtener un mejor rendimiento académico.

Por todo esto, es necesario que la mirada hacia la docencia se trabaje en conjunto con toda la sociedad, considerando al Estado como actor principal, para que mejore la valoración de los profesionales. Impulsando acciones concretas como ofrecer sueldos acordes al desempeño y esfuerzo que los docentes despliegan cada día, teniendo en cuenta que ellos son quienes instruyen a los futuros ciudadanos, dándoles espacios laborales dignos para ellos y sus alumnos, y proveyéndoles capacitaciones continuas que sumen al desarrollo de su carrera.

La ausencia de respeto en las aulas no es un hecho aislado. Lamentablemente, asistimos a una multiplicidad de ejemplos en la misma dirección ligados a la devaluación que experimenta el sano principio de autoridad entre nosotros. Muchas veces son los mismos padres quienes, lejos de contribuir a construir lazos de respeto entre sus hijos y sus maestros, son los primeros en violentarlos. En una complicada espiral, una educación devaluada demanda más que nunca un cambio de tendencia. Recuperar el respeto es aún una cuenta pendiente para la Argentina, y no permitir que la figura del docente se degrade es un deber de todos. El respeto empieza por casa, es cierto, pero debe reforzarse con políticas y acciones públicas, concientizando debidamente sobre la importancia de construir valores a la hora de diseñar el futuro de las jóvenes generaciones.


Fuente:https://www.lanacion.com.ar/editoriales/docentes-argentinos-lejos-de-ser-respetados-nid2251653

Saturday, May 25, 2019

EDITORIAL-El aniversario de la patria

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EDITORIALES

El aniversario de la patria

25 de Mayo de 2019

Cuando se cumple hoy el 209° aniversario de la Revolución de Mayo, distintas actividades previstas en todo el país por instituciones públicas y privadas intentan, una vez más y con no poco esfuerzo, poner esta fecha en el lugar más alto de la consideración ciudadana.

Se trata, nada más ni nada menos que de conmemorar la gesta revolucionaria de Mayo de 1810. Por distintas razones, en nuestro país se ha ido perdiendo el fervor ciudadano por este tipo de celebraciones. Estamos atravesando una etapa difícil en lo económico y social. Agobiados por una diversidad de problemas, muchos ciudadanos sienten que no tienen nada para celebrar. Los frentes de las casas carecen de banderas y se organizan menos reuniones alusivas.

Las divisiones en materia política se ven proyectadas en las calles. La falta de acuerdos no solo predomina entre la dirigencia. También entre la gente común que, cansada de las peleas de quienes debieran dar el ejemplo, prefiere llamarse a silencio, alejarse de la vorágine y dejar pasar ocasiones que deberían servir para encontrarnos juntos.

En ese contexto debieran ubicarse los festejos por el 25 de Mayo: tomarlos como una enorme oportunidad para el reencuentro de los argentinos. En varias localidades del interior del país, donde las tradiciones se afincan con más fuerza que en las grandes ciudades, se preparan para hoy desfiles de alumnos de escuelas, gauchescos y militares. Los bomberos voluntarios, instituciones policiales y organizaciones de la sociedad civil se suman a esas celebraciones cuyo motor principal no es el despliegue de recursos, la competencia ni la vanidad, sino la conciencia de la magnitud de la fecha que transitamos.




Fuente: LA NACION

Temerarios han sido los años del kirchnerismo en el poder, con su nefasta apropiación de las fiestas cívicas en beneficio partidario. Lamentables han sido las arengas viciadas de propaganda política de todos aquellos años.

El recuerdo de la gesta de Mayo no es propiedad de ningún partido político. Tampoco deberá serlo este año. Se espera el mayor de los respectos y de los cuidados de parte de los gobiernos que para esta fecha han previsto actos políticos, de campaña o inauguraciones de obras que nada tienen que ver con el objetivo de la celebración que nos convoca.

Hemos perdido mucho tiempo reverenciando personalismos y no aquella memoria colectiva de nuestra independencia, de nuestra emancipación.

Los actos de conmemoración de nuestra soberanía tampoco deben quedar atados a la coyuntura, a interpretaciones retorcidas o depender de las manipulaciones históricas de una dirigencia trasnochada.

En un momento como el que estamos viviendo se impone, todavía con más criterio y fuerza, deponer las más mínimas diferencias en pro del bien común. Recordar a los héroes de Mayo solo cada 365 días cuando nos lo recuerda el almanaque no es sinónimo de asumir el compromiso constante de mantenerlos vivos en nosotros como faro permanente, a la hora de definir el rumbo de nuestro país o de enderezarlo cuando hiciera falta.

Somos lo que somos por nuestro pasado, por nuestras gestas. Hacerles honor debería ser un sentimiento tan natural como espontáneo. Mirar hacia atrás sirve para ver el camino recorrido sin anclarnos en viejas rencillas y enfrentamientos. El desafío es construir la concordia y la paz para nuestros hijos. Solo así podremos proyectar un futuro compartido. Frente a las graves dificultades que transitamos potenciaremos nuestras capacidades con la unión de todos los argentinos.


Fuente:https://www.lanacion.com.ar/editoriales/el-aniversario-de-la-patria-nid2251475

EDITORIAL-El defensor del niño

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El defensor del niño

No hay lugar para distracciones a la hora de designar a quien desempeñará una tarea tan delicada como la custodia y protección de quienes más lo necesitan

25 de Mayo de 2019

El cargo de defensor del niño fue creado por ley el 28 de septiembre de 2005. Solo 13 años después, en septiembre pasado, 68 candidatos a cubrir la vacante rindieron su examen escrito anónimo ante la Comisión Bicameral de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, con potestad para su designación. De los 15 finalistas, 14 enviaron luego sus propuestas de trabajo, siendo la audiencia pública la última instancia.

Un grupo de asociaciones, fundaciones y ONG, agrupadas en Infancia en Deuda, había reclamado públicamente por la demora en designar al defensor del menor, figura prevista en la ley de protección integral de los derechos de las niñas, niños y adolescentes, destinada a cumplir y hacer cumplir todo aquello que haga a la calidad de vida y derechos de los menores de edad, con la amplitud y alcances contemplados tanto por nuestra Constitución, que consagra la vida desde el instante mismo de la concepción, como por la Convención de los Derechos del Niño.

Fueron numerosas también las campañas en redes sociales a lo largo de estos años ante el incomprensible retraso en esa designación. Una de las últimas, en marzo pasado, con participación de conocidos actores, instaba al Congreso a retomar el tema durante el inicio de las sesiones. Recordemos que las postergaciones en busca de mayores consensos habían dejado, una vez más, el tratamiento de la cuestión fuera de la agenda legislativa del año pasado.

Con estos antecedentes, el pronunciamiento de la comisión bicameral, compuesta por cinco senadoras y cinco diputadas, era largamente esperado. La elegida para el cargo fue la doctora Marisa Graham, con Juan Facundo Hernández y Fabián Repetto como sus adjuntos. Todos ellos deberían ser ratificados en sus cargos por las dos cámaras legislativas con mayoría simple, en un plazo de 180 días.

Más allá de sus capacidades profesionales, la doctora Graham, especialista en Derecho de Familia que fue directora de Niñez y Adolescencia en la ciudad de Buenos Aires, entre otros cargos, milita públicamente en favor de una ley para aprobar la interrupción voluntaria del embarazo. Dado que la Convención sobre los Derechos del Niño incluye en esta categoría a toda persona desde la concepción hasta los 18 años, se plantea una grave contradicción entre su pensamiento personal, ciertamente respetable, y la obligación que debería asumir desde su función.

No sorprende su elección por cuanto la comisión bicameral estaba integrada mayormente por diputadas y senadoras de postura pública igualmente enfrentada con la defensa de las dos vidas, contrariando la sana imparcialidad que debería prevalecer a la hora de conformar un cuerpo cuyo objetivo es elegir a una persona para el referido cargo. En julio pasado, la diputada Cornelia Schmidt Liermann (Pro) había alertado sobre la necesidad de revisar la lista de los candidatos en concordancia con una decisión tan importante como la que ya había tomado el Congreso en esta dirección. Desde grupos contrarios a la legalización del aborto, en consonancia con peticiones que suman firmas en plataformas digitales como Change.org ( http://chng.it/nPt4HTjsdW), el reclamo también se hace oír, denunciando el sesgo ideológico del nombramiento y pidiendo que se revise lo actuado.

El Partido Demócrata Cristiano porteño, junto a organizaciones de la sociedad civil que defienden el derecho a la vida de la persona por nacer, por su parte, cuestionó la designación de la doctora Graham y de sus dos adjuntos por ser "abiertamente abortistas". Además de recusar a la comisión bicameral por no guardar la imparcialidad requerida en su conformación y proponer que se inicie un nuevo proceso.

Debiéramos poder celebrar el postergado nombramiento con los mejores augurios en el marco del debido respeto a la Constitución nacional y a los tratados internacionales suscriptos que nos rigen. Pero no podemos pasar por alto que el primer y más sagrado derecho es el derecho a la vida. El compromiso institucional de saldar la deuda con la infancia de nuestro país debe resolverse, pues, criteriosamente aun cuando pueda insumir un tiempo adicional, habida cuenta de que dicha designación ya se demoró casi 14 años. La enorme tarea que deberán coordinar todos los representantes de los menores, tanto en el orden administrativo como en el Ministerio Público de la Defensa (ex-Defensoría de Menores) demanda principios claros y convicciones acordes.

Institucionalmente, el Congreso no debería aprobar la cuestionada designación cuando el año pasado, democráticamente, rechazó un proyecto de ley propiciatorio del aborto.

No pueden las urgencias electorales distraernos frente a la revisión de este trascedente nombramiento que, ante todo, debe ser respetuoso de las normas que rigen nuestra convivencia republicana. Cuando se trata de un funcionario clave, hasta aquí solo cabe preguntarnos si con estos antecedentes será defensor del niño.


Fuente:https://www.lanacion.com.ar/editoriales/el-defensor-del-nino-nid2251474

25 DE MAYO: ¡FELIZ DÍA DE LA PATRIA!

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  25 DE MAYO: ¡FELIZ DÍA DE LA PATRIA!




Letra del Himno Nacional Argentino

Letra completa en sus dos versiones

El 30 de marzo de 1900 se sancionó un decreto para que en las festividades oficiales o públicas, así como en los colegios o escuelas del Estado, sólo se cante la primera y la última cuarteta y el coro de la canción sancionada por la Asamblea General del 11 de mayo de 1813.

(Versión original)

Letra: Vicente López y Planes

Música: Blas Parera 

Coro

Sean eternos los laureles
que supimos conseguir:
Coronados de gloria vivamos
O juremos con gloria morir.
 Oid ¡mortales! el grito sagrado:
¡Libertad, libertad, libertad!
Oid el ruido de rotas cadenas:
Ved en trono a la noble Igualdad. Se levanta a la faz de la tierra
Una nueva y gloriosa Nación:
Coronada su sien de laureles
Y a su planta rendido un León. Coro De los nuevos campeones los rostros
Marte mismo parece animar;
La grandeza se anida en sus pechos,
A su marcha todo hacen temblar. Se conmueven del Inca las tumbas
Y en sus huesos revive el ardor,
Lo que ve renovando a sus hijos
De la Patria el antiguo esplendor. Coro Pero sierras y muros se sienten
Retumbar con horrible fragor:
Todo el país se conturba con gritos
de venganza, de guerra y furor. En los fieros tiranos la envidia
Escupió su pestífera hiel
Su estandarte sangriento levantan
Provocando a la lid más cruel. Coro ¿No los veis sobre Méjico y Quito
Arrojarse con saña tenaz?
¿Y cual lloran bañados en sangre
Potosí, Cochabamba y la Paz?
¿No los veis sobre el triste Caracas
Luto y llanto y muerte esparcir?
¿No los veis devorando cual fieras
todo pueblo que logran rendir? Coro A vosotros se atreve ¡Argentinos!
El orgullo del vil invasor,
Vuestros campos ya pisa contando
Tantas glorias hollar vencedor. Mas los bravos que unidos juraron
Su feliz libertad sostener. A esos tigres sedientos de sangre
Fuertes pechos sabrán oponer. Coro El valiente argentino a las armas
Corre ardiendo con brío y valor,
El clarín de la guerra cual trueno
En los campos del Sud resonó;
Buenos Aires se pone a la frente
De los pueblos de la ínclita Unión,
Y con brazos robustos desgarran
Al ibérico altivo León. Coro San José, San Lorenzo, Suipacha,
Ambas Piedras, Salta y Tucumán,
La Colonia y las mismas murallas
Del tirano en la Banda Oriental;
Son letreros eternos que dicen:
"Aquí el brazo argentino triunfó."
"Aquí el fiero opresor de la patria
Su cerviz orgullosa dobló." Coro La victoria al guerrero argentino
Con sus alas brillantes cubrió,
Y azorado a su vista el tirano
Con infamia a la fuga se dio;
Sus banderas, sus armas se rinden
Por trofeos a la Libertad.
Y sobre alas de gloria alza el pueblo
Trono digno a su gran majestad. Coro Desde un polo hasta el otro resuena
De la fama el sonoro clarín.
Y de América el nombre enseñado,
Les repite ¡mortales! Oíd:
¡Ya su trono dignísimo abrieron
las Provincias Unidas del Sud!
Y los libres del mundo responden:
¡Al Gran Pueblo Argentino, Salud!

(Versión que se canta actualmente)

Letra: Vicente López y Planes

Música: Blas Parera

Oid Mortales, el grito sagrado:

¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad!
Oid el ruido de rotas cadenas:
Ved en trono a la noble Igualdad.

Ya su trono dignísimo abrieron
las Provincias Unidas del Sud,
y los libres del mundo responden
¡Al gran Pueblo Argentino salud! Coro
Sean eternos los laureles
que supimos conseguir:
coronados de gloria vivamos
o juremos con gloria morir.







En este gran día en que recordamos esta gesta patriótica


y heroica de nuestro primer gobierno patrio, propongámonos


buscar la forma, crear el camino, armar consensos, seguir


objetivos comunes que nos lleven a recrear una nueva 


ARGENTINA.


Una ARGENTINA que nos incluya a todos, con buenas 


intenciones y acciones concretas-sin tantas palabras y 


diagnósticos apocalípticos que sólo nos hunden y nos enemistan 


cada día más-.Demos una vuelta de página y empecemos a ser los 


constructores y hacedores de una ARGENTINA  grande, pujante,


inclusiva, amistosa, y de hermanos que hacen PATRIA todos los


días con su trabajo y esfuerzo silencioso e invisible.


Podemos hacerlo, cambiemos esta realidad para que todos


juntos disfrutemos de nuestro querido país.C.M.






                ¡VIVA LA PATRIA! ¡VIVA ARGENTINA!




Fuente: www.youtube.com/https://www.casarosada.gob.ar/nuestro-pais/simbolos-nacionales/letra-himno-nacional/Palabras de Clara Moras.

WE HUMANS-How to cope with the end of a relationship, by Daryl Chen + Daniella Balarezo

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WE HUMANS

How to cope with the end of a relationship

May 22, 2019

Daryl Chen + Daniella Balarezo


Rose Wong

While clean breaks can and do happen, sometimes we’re left with unresolved feelings. Psychologist Antonio Pascual-Leone shares the 3 steps we need to take to work through them.

This post is part of TED’s “How to Be a Better Human” series, each of which contains a piece of helpful advice from someone in the TED community; browse through all the posts here.

Whether it’s with a partner, family member, friend, boss or colleague, ending a relationship is hard. But even harder can be what comes afterward. While clean breaks do happen, sometimes we get stuck — stuck with unresolved feelings, doubts and anxieties that seem to fill up all our empty spaces.

“Let’s call it unfinished business,” says Antonio Pascual-Leone, clinical psychologist and head of the Emotion Change Lab at the University of Windsor in Canada, in a TEDxUniversityofWindsor talk. “Most people think that moving on is just a matter of time … but if you feel devastated, it’s not going to be as simple as sleeping it off like a bad hangover.”

Pascual-Leone has been examining this process. He says, “It turns out people who resolve these issues often go through three distinct steps.” He adds, “It’s sort of a messy, nonlinear, two-steps-forward, one-step-backward process … and you can get stuck anywhere in that pipeline. The good news is we also know a bit about how to get people unstuck from each of those spots.”

Step 1: Untangle and identify your feelings

Pascual-Leone shares the story of a woman who took on a junior partner in her work. She spent significant time mentoring her, and they developed a great collaboration — until the junior partner abruptly left. When speaking to him about it, according to Pascual-Leone, “the businesswoman tells me about industry conventions and things like that, and she says, ‘I’ll just cringe. What if she’s there? It’ll be so awkward. I don’t know!”

Interestingly, that last phrase — “I don’t know” — is the most telling part to Pascual-Leone. Why? It reveals the woman’s “sense of a very global distress,” he says. “It’s like, ‘I’m so upset and I don’t know why it’s so awful.’” If you’ve ever felt like that, you probably pushed those feelings under the rug to deal with later. “It’s like the person thinks they can wait it out as if there was a storm passing overhead. But while you’re avoiding the issue, not too much can change,” explains Pascual-Leone. His solution: “Get in there.”

How to get unstuck:

Often, the most dominant feelings after the end of a relationship are anger and sadness, and these can get fused together into a dense ball — Pascual-Leone likens it to children’s play putty. He says, “You need to take some time to tease these apart, find the right words, and describe what’s so awful, awkward or hard.”

To do that, ask yourself, “Where does it hurt?” and “What’s the worst part of it?” Pascual-Leone says, “If you want to get past feeling upset, empty, lonely in these very general ways, then you have to take the time to focus on the feelings that you have and figure out what hurts the most.”

Step 2: Understand what you really need

After a relationship ends, some people know exactly what hurts them the most but they’re trapped in a cycle of self-blame — often, because the break “stirred up some deeper, older, uglier feelings,” as Pascuale-Leone put it. They might think, “Whatever happened was my fault; maybe I deserve to be mistreated or neglected” or “It’s true — I am incompetent/unlovable/uninteresting/fill in the blank.” These people are, he says, “not avoiding; they’re not bewildered like in the first step. It’s that they get caught beating themselves up about something related to the relationship.”

How can you tell if this is you? “You feel vulnerable and broken, but it’s familiar in a way,” says Pascual-Leone. “It’s the same old story; you’ve been here before.” He adds that some people are able to glide through this step, just as some can travel through any or all of the steps of the process with a minimum of friction and distress.

How to get unstuck:

Ask yourself, “What do I most deeply need?” These aren’t surface needs, such as “I need a partner to go on vacations with,” “I need a boss who likes my ideas,” “I need a sibling who will worry with me about our father,” or “I need a friend who gets my sense of humor.” These needs are also not specific to the person of the ended relationship, like “I need the sense of security that she gave me” or “I need the way he looked at me.”

Instead, you’re considering your deeper, existential needs, “what you need to flourish as a human,” says Pascual-Leone. These might be “I need to feel like I matter,” “I need to feel lovable,” “I need to feel like I have dignity,” or “I need to feel that someone knows the real me.”

There’s a good chance that your need and your relationship’s end are in active conflict with each other — for example, “I need to feel valuable, but our divorce make me feel like I’m disposable.” It’s in this contradiction, says Pascual-Leone, “where change starts to happen.” He adds, “Even if you don’t feel entitled to it, spell it out.”

Step 3: Revisit the relationship’s end and look at what was lost

For the final step in the process, you need to go back to how the relationship ended, look at what stings and at what you lost, and work through these feelings. Frequently, this means tapping into and expressing anger and sadness, and handling the latter can be surprisingly tricky.

“When we work through grief, we usually focus on the good things — ‘we’ll never get together again for a barbecue’ or ‘there will be no more Wednesday family dinners.’ You have to say goodbye to these things and put up little tombstones for them,” says Pascual-Leone. “But one of the reasons that people have trouble finishing the grief process is because there are also so many undeclared losses — the hopes, the dreams that you had together.”

For a couple getting divorced after a brief marriage, the loss might be the children who will never be born; for a business partnership, it’s the big project that will never be launched. Pascual-Leone says, “When I was doing therapy with a man who was an inmate in prison, he knew his partner had already left him while he was serving time. So he was like, ‘We’ll never go on that holiday together, the one we were saving up for and we kept all those brochures for.’”

How to get unstuck:

Ask yourself, “What do I resent?”, “What do I miss?” and “What dreams and hopes do I need to say goodbye to?”

These aren’t easy questions to ask or easy answers to absorb, and exploring them can take effort and time. But it’s a critical part of working through a relationship’s end. “Healthy emotion has a vitality curve,” says Pascual-Leone. “It emerges, you feel it, you express it, and then you’re done.”


Watch his TEDxUniversityofWindsor talk now:




How to Get Over The End of a Relationship | Antonio Pascual-Leone | TEDxUniversityofWindsor

TEDx Talks

Published on Apr 5, 2019

Have you had an important relationship end and felt a bit stuck on how to move on? Clinical psychologist Dr. Antonio Pascual-Leone calls this “emotional baggage” or “unfinished business” and speaks about a 3-step process that could help you wrap things up and “finish the feeling”. Antonio is a clinical psychologist and associate professor at the University of Windsor, where he trains psychotherapists and is director of the Emotion Change Lab.

He has received several career awards from international societies (2009, 2014), distinguished publication awards from associations in US and Germany (2010; 2016), and is an honorary research professor at the University of Lausanne (Switzerland).

In addition to 14 years of university teaching, he has given over 35 clinical workshops around the world and received several more awards for his teaching and mentorship (2016; 2018), recognizing his leadership in education and his innovation teaching psychotherapy skills. This talk was given at a TEDx event using the TED conference format but independently organized by a local community. Learn more at https://www.ted.com/tedx


ABOUT THE AUTHORS

Daryl Chen is the Ideas Editor at TED.

Daniella Balarezo is a Media Fellow at TEDx. She is also a writer and comedian based in NYC.




Source:https://ideas.ted.com/how-to-cope-with-the-end-of-a-relationship/www.youtube.com

TED TALKS-Hamdi Ulukaya:The anti-CEO playbook

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TED2019 | April 2019


Hamdi Ulukaya:The anti-CEO playbook


Profit, money, shareholders: these are the priorities of most companies today. But at what cost? In an appeal to corporate leaders worldwide, Chobani founder Hamdi Ulukaya calls for an end to the business playbook of the past -- and shares his vision for a new, "anti-CEO playbook" that prioritizes people over profits. "This is the difference between profit and true wealth," he says.


ABOUT THE SPEAKER

Hamdi Ulukaya · Yogurt maker, humanitarian

Hamdi Ulukaya is a pioneer of the natural food movement and the founder of Chobani, one of the fastest-growing food companies of the last decade.





Transcript:

A cold January day of 2005, I took one of my most important drives of my life. I was on this road in upstate New York, trying to find this old factory. The day before, I received a flyer in the mail that said, "Fully equipped yogurt plant for sale." I threw it in the garbage can. And 20 minutes later, I picked it up and called the number. The plant was 85 years old, and it was closing. So I decided to go see it.
At this time, I wasn't sure where this road or my life was going. I owned a small cheese shop but really hated business. But the hills and the roads and the smells are all familiar. I grew up in Turkey, in a similar environment, near the Kurdish mountains. My family made cheese and yogurt; I grew up listening to shepherd's stories. We didn't have much, but we had the moon and the stars, simple food, each other. Eventually, I came to America. I didn't even know New York had farms. I made it to upstate, and I never left. Now I'm lost.
I passed the road sign that said "Dead end." Then soon after, there it was: the factory. The smell hit me first. It was a like a milk container left out in the sun. The walls were so thick, paints were peeling, there were cracks everywhere. The factory was so old, they almost thought it was worthless. I thought they left a zero off, I couldn't believe the price. As I entered in, I stopped noticing things. All I could see were the people. There were 55 of them. Just quiet. Their only job was to break the plant apart and close it forever.
I was met with a guy named Rich, the production manager. He offered to take me around, show me around. He didn't say much, but around every corner, he would point out some stories. Rich worked there for 20 years. His father made yogurt before him, and his grandfather made cream cheese before that. You could tell that Rich felt guilty that this factory was closing on his watch.
What hit me the hardest at that time was that this wasn't just an old factory. This was a time machine. This is where people built lives, they left for wars, they bragged about home runs and report cards. But now, it was closing. And the company wasn't just giving up on yogurt, it was giving up on them. As if they were not good enough. And I was shocked how these people were behaving. There was no anger, there were no tears. Just silence. With grace, they were closing this factory. I was so angry that the CEO was far away, in a tower or somewhere, looking at the spreadsheets and closing the factory. Spreadsheets are lazy. They don't tell you about people, they don't tell you about communities. But unfortunately, this is how too many business decisions are made today.
I was never the same person after what I saw. On my way back home, I called Mario, my lawyer. I called Mario, I said, "Mario, I want to buy this place." Mario said, "Hamdi, one of the largest food companies in the world is closing this place, and they're getting out of the yogurt business. Who the hell are you to make it work?" I said, "You're right." But the next day, I called him again, and I said, "Mario, really, I really want to buy this place." He said, "Hamdi, you have no money.
You haven't even paid me in six months."
Which was true.
But I got a loan, another loan. By August 2005, I had the keys for this factory. The first thing I did was to hire four of the original 55 people. I had Maria, the office manager. I had Frank, the wastewater guy. I had Mike, the maintenance guy. And Rich, who showed me the plant, the production guy. And we had our first board meeting. Mike says, "Hamdi, what are we going to do now?" They look at me as if I have the magic answer. So I said, "Mike, we're going to go to Ace Hardware store, and we're going to get some paints. And we're going to paint the walls outside." Mike wasn't impressed. He looked at me. He said, "Hamdi, that's fine, we’ll do that, but tell me you have more ideas than that."
I said, "I do. We'll paint the walls white."
Honest to God, that was the only idea I had.
But we painted those walls that summer. I sometimes wonder what they would have said to me if I told them, "See these walls we're painting? In two years, we're going to launch a yogurt here that Americans have never seen and never tasted before. It will be delicious, it will be natural. And we're going to call it 'Chobani' -- it means 'shepherd' in Turkish." And if I said, "We are going to hire all of the 55 employees back, or most of them back. And then 100 more after, and then 100 more after, and then 1,000 more after that." Of if I told them, "You see that town over there? Every person we hire, 10 more local jobs will be created. The town will come back to life, the trucks will be all over the roads. And the first money we make, we're going to build one of the best Little League baseball fields for our children. And five years after that, we're going to be the number one Greek yogurt brand in the country." Would they have believed me? Of course not. But that's exactly what happened.
In painting those walls, we got to know each other. We believed in each other. And we figured it out together. Five years, me and all my colleagues, we never left the factory. We worked day and night, through the holidays, to fix that plant. The best part of Chobani for me is this: the same exact people who were given up on were the ones who built it back 100 times better than before. And they all have a financial stake in the company today.
And all this time, I kept wondering -- you see, I'm not a businessman, I don't come from that tradition -- I just kept wondering: What is this all about? Corporate America says it's about profits. Mainstream business says it's about money. The CEO playbook says it's about shareholders. And so much is sacrificed for it -- it's factories, communities, jobs. But not by CEOs. CEOs have their employees suffer for them. But yet, the CEOs's pay goes up and up and up. And so many people are left behind.
I'm here to tell you: no more. It's not right, it's never been right. It's time to admit that the playbook that guided businesses and CEOs for the last 40 years is broken.
It tells you everything about business except how to be a noble leader. We need a new playbook. We need a new playbook that sees people again. That sees above and beyond profits. In the movies, they have a name for people who take a different path to do things right. They call them "antiheroes." I think we need the same idea in business. We need anti-CEOs, and we need an anti-CEO playbook.
So let me tell you about what this anti-CEO playbook is all about. An anti-CEO playbook is about gratitude. Today's business book says: business exists to maximize profit for the shareholders. I think that's the dumbest idea I've ever heard in my life.
In reality, business should take care of their employees first.
You know, a few years ago, when we announced that we are giving shares to all our 2,000 employees, some people said it's PR, some said it's a gift. I said, it's not a gift. I watched it, I've been part of it. They earned it with their talent and with their hard work, and I don't see any other way. The new way of business -- it's your employees you take care of first. Not the profits.
The new anti-CEO playbook is about community. Today, the businesses that have it all ask communities, "What kind of tax breaks and incentives can you give me?" The reality is, businesses should go to the struggling communities and ask, "How can I help you?"
When we wanted to build our second yogurt plant, Idaho was on nobody's radar screen. It was too rural, too far away, didn't have much incentives. So I went there. I met with the local people, I met with the farmers. We shook hands, we broke bread. I said, "I want to build it right here." I don't need to see financial studies. And the result -- its community is thriving. There's new schools that open every year. New food companies are coming up every year. And they told me, "You're not going to find any trained workers here." I said, "It's OK, we'll teach them." We partnered with the local community college, and while we were building the plant, we trained hundreds of hundreds of people for advanced manufacturing. And today, our factory is one of the largest yogurt plants in the world.
The new way of business -- communities. Go search for communities that you can be part of. Ask for permission. And be with them, open the walls and succeed together.
The anti-CEO playbook is about responsibility. Today's playbook says, the businesses should stay out of politics. The reality is businesses, as citizens, must take a side. When we were growing in New York and looking for more people to hire, I remembered that in Utica, an hour away, there were refugees from Southeast Asia and Africa, who were looking for a place to work. "They don't speak English," someone told me. I said, "I don't really, either. Let's get translators."
"They don't have transportation." I said, "Let's get buses, it's not a rocket science." Today, in one of America's rural areas, 30 percent of the Chobani workforce are immigrants and refugees.
And it changed us for better.
The new way of business -- it's business, not government, in the best position to make a change in today's world: in gun violence, in climate change, in income inequality, in refugees, in race. It's business that must take a side.
And lastly, an anti-CEO playbook is about accountability. Today's playbook says, the CEO reports to the corporate boards. In my opinion, CEO reports to consumer. In the first few years of Chobani, the 1-800 number on the cup was my personal number.
When somebody called and wrote, I responded personally. Sometimes I made changes based on what I heard, because consumer is in power. That's the reason the business exists. It's you -- every single one of you is in power to make changes today. If you don't like the brand and the companies, what they are doing with their business, you can throw them into the garbage can. And if you see the ones that are doing it right, you can reward them. In the end, this is all in our responsibility.
The new way of business -- it's the consumer we report to, not to the corporate boards. You see, if you are right with your people, if you are right with your community, if you are right with your product, you will be more profitable, you will be more innovative, you will have more passionate people working for you and a community that supports you. And that's what the anti-CEO playbook is all about.
The treasure that I found in that factory -- dignity of work, strength of character, human spirit -- is what we need to unleash all across the world.
Brothers and sisters, there are people and places all around the world left out and left behind. But their spirit is still strong. They just want another chance, they want someone to give them a chance again, not to just build it back, but build it better than before. And this is the difference between return on investment and return on kindness. This is the difference between profit and true wealth. And if it can happen in a small town in upstate New York and Idaho, it can happen in every city and town and village across the world.
This is not the time to build walls, this is a time to start painting the walls. I leave the colors all up to you. Thank you so much.

Source:www.ted.com

OPINIÓN | MIRADAS-Qué cosa: no los puedo dejar solos, por Carlos M. Reymundo Roberts

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OPINIÓN | MIRADAS 

Qué cosa: no los puedo dejar solos

Carlos M. Reymundo Roberts

25 de Mayo de 2019

No sé si debería tomarlo como algo personal. Mientras estaba de vacaciones se produjeron los tres hechos políticos más importantes del año: Cristina anunció que esta vez prefiere conducir el país desde la vicepresidencia; Macri logró contener el dólar, o logró ponerlo en un nivel al que ya no podemos comprarlo, y Agustín Rossi y Felipe Solá declinaron sus candidaturas.

Wow. No los puedo dejar solos. Cuando me fui, Alberto Fernández era el jefe de campaña de Cristina y posteaba tuits en los que la llenaba de elogios y promovía Sinceramente. Nadie los leía, por supuesto. Una semana después, circulaban tuits de su vida anterior, cuando no le alcanzaban los adjetivos para descalificarla. Y se viralizaron. Además, todos los días aparece algún viejo videíto en el que no la critica: la hace picadillo de carne. No en medio de un desborde o al calor de una tribuna: en tranquilas y sesudas reflexiones. Me imagino que al pobre le debe estar costando encontrarse con ella y mirarla a los ojos. Pero que no se inquiete. Llamé a Cristina para felicitarla por haber desistido de llevar a su hijo Máximo a la fórmula y la encontré serena y optimista. Nada que reprocharle a Alberto, el prestamista de apellido. Todo lo contrario. "Le agradecí mucho que aceptara acompañar a una señora que durante 10 años le pareció 'psicópata', 'arbitraria', 'mentirosa', 'mezquina', 'soberbia', 'caprichosa'...". Lo que sospechaba: leyó los tuits.

Cuando me fui, el único Alberto de la política argentina era Rodríguez Saá (con el perdón de Alberto Castillo, concejal de Pro en la ciudad de Salta), hermano del dirigente que pasará a la historia por el default que declaró con fervor de estudiantina y por una presidencia efímera solo superada por la de Federico Pinedo. Alberto Fernández era un tipo desconocido para el gran público. Peor. Lo confundían con Aníbal, un lastre complicado. Si me pasara a mí, huiría a un desierto con lo puesto y sin víveres. ¿Cambió eso después del anuncio de la señora? No estoy seguro. Hasta que las encuestas demuestren lo contrario, seguirá siendo un virtual desconocido. Ojo, quizás es lo que busca Cristina. En un libro de próxima aparición le atribuyen estas dos frases: "Fernández-Fernández: seré presidenta y vice" y "Volveré y seré millones... de bolsos".

A propósito de libros, mi único recreo intelectual en las vacaciones fue leer Sinceramente. Lo recomiendo de principio a fin a las dos partes de la grieta. Los que la quieren se encontrarán con una Cristina auténtica. Los que la detestan, también. Si están cortos de tiempo, vayan directamente a la página 102. Allí cuenta sus vacaciones familiares en Nueva York, la ciudad preferida por los cuatro y a la que volvían todos los años. Dice que iban al Plaza y al Peninsula, dos 5 estrellas de superlujo sobre la 5» Avenida. Lean la descripción del primero: "Era muy impresionante. La habitación de nuestra suite era gigante, igual que el vestidor, con una cama con baldaquino y un baño inmenso desde el cual se podía ver la 5» Avenida. El estar tenía un hogar con piedras que simulaban brasas". Y agrega, como para que no queden dudas: "Nunca volví a ver nada igual". Yo conozco el Plaza, pero desde afuera, porque no he conseguido acumular tantas millas como ellos. Imposible pasar por ahí y no pararse a mirarlo. Si lo googlean -yo lo hice- se enterarán de que suites como la de los Kirchner cuestan unos 3000 dólares la noche. Si se quedaban 15 días, como detalla en otra página, se patinaban 45.000 dólares solo en alojamiento. No puedo estimar cuánto gastaba la señora en sus compritas por la 5» Avenida. En esos años, él era gobernador y ella, senadora. Importante que repusieran fuerzas antes de volver a la lucha por la causa nacional y popular.

Cuando me fui, Macri era candidato a presidente. Ahora también es candidato a bajarse. El "plan V" estaba casi descartado. Desde hace unos días cotiza en bolsa. Mi apuesta es que Macri va a seguir. Las elecciones son en el segundo semestre, su mitad de año preferida.

Mientras estaba de vacaciones, no en el Plaza Hotel, sino caminando por plazas y parques, tranqui, austero, el Indec informó que se frenó la recuperación. Con los Kirchner, el Indec nos mentía. Ahora nos gasta bromas. Nos gasta. ¿Había una recuperación? Mira vos qué interesante. ¿No se habrán olvidado de avisarnos? Hubiese jurado que estábamos para atriqui.

Cuando me fui, Schiaretti era Gardel, Lavagna pisaba fuerte, Scioli se postulaba para competir en las PASO del kirchnerismo, los radicales estaban en deliberación permanente y despuntaba el acuerdo por la estabilidad. Pasaron 15 días. Schiaretti no estaría consiguiendo que todos le atiendan el teléfono. Lavagna no llama a nadie. Scioli quizá tenga que competir en las PASO del sciolismo. Los radicales siguen deliberando y seguirán incluso después de la convención de pasado mañana. El acuerdo por la estabilidad se está yendo a pique.

Cuando me fui, Cristina iba por todo. Eso no cambió. Lo que cambió es que puso a un don nadie de candidato a presi (si se habla de vice, por qué no de presi) y el escenario político quedó patas para arriba. Ella canta y los demás bailan a su alrededor. Está por verse, claro, si es una jugada genial o loca.

Uf, no entiendo nada. Estoy para irme otra vez de vacaciones.


Fuente:https://www.lanacion.com.ar/opinion/miradas/que-cosa-no-los-puedo-dejar-solos-nid2251509

Friday, May 17, 2019

SOCIEDAD-Fosa de las Marianas: un investigador rompió el récord de inmersión más profunda y encontró algo preocupante

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SOCIEDAD

Fosa de las Marianas: un investigador rompió el récord de inmersión más profunda y encontró algo preocupante



El empresario Victor Vescovo descendió casi 11 kilómetros hasta llegar a lo más profundo del mar: la fosa de las Marianas, en el océano Pacífico Crédito: BBC Mundo

16 de Mayo de 2019

Un explorador estadounidense logró un récord sin precedentes, pero su hazaña reafirma una realidad preocupante.

El empresario Victor Vescovo descendió casi 11 kilómetros hasta llegar a lo más profundo del mar: la fosa de las Marianas, en el océano Pacífico.

Vescovo, a bordo de un sumergible, logró así el récord de la inmersión más profunda realizada por un ser humano.






Las imágenes del hallazgo de Víctor Vescovo, récord de la inmersión más profunda

Desde el interior de la nave, Vescovo pudo observar el fondo marino durante cuatro horas.

Observó criaturas marinas, pero también vio una bolsa de plástico y envoltorios de dulces.

En el fondo del mar

Antes de Vescovo, otras dos misiones habían alcanzado el fondo de la fosa de las Marianas.

La primera tuvo lugar en 1960, a cargo del teniente de la Fuerza Naval de EE.UU. Don Walsh y el ingeniero suizo Jacques Piccard.




Entre sus hallazgos, el equipo cree haber descubierto cuatro nuevas especies de crustáceos anfípodos, muy parecidos a los camarones Crédito: BBC Mundo

En 2012, el director de cine James Cameron también llegó hasta las profundidades de la fosa.

Pero la inmersión de Vescovo, que logró una profundidad de 10.927 m, superó a sus predecesores.

Durante la expedición, Vescovo y su equipo realizaron cinco inmersiones y también usaron robots para explorar el terreno.

"Es casi indescriptible lo emocionados que estamos por lograr lo que acabamos de hacer", dijo el empresario.

"Este submarino y su nave madre, junto con su extraordinariamente talentoso equipo de expedición, llevaron la tecnología marina a un nuevo nivel increíblemente alto al explorar, rápida y repetidamente, la zona más profunda y hostil del océano".

Entre sus hallazgos, el equipo cree haber descubierto cuatro nuevas especies de crustáceos anfípodos, muy parecidos a los camarones.

A 7.000 m de profundidad vieron una criatura llamada "gusano cuchara" y a 8.000 m, un caracol rosado.



Los científicos ahora planean analizar las criaturas que recolectaron para ver si contienen microplásticos Crédito: BBC Mundo

También descubrieron afloramientos rocosos de colores brillantes, posiblemente creados por microbios en el fondo marino, y recolectaron muestras de roca.

Pero no todo fueron buenas noticias.

Millones de toneladas de plástico ingresan a los océanos cada año, pero se sabe poco a dónde van a parar.

El hallazgo de plástico, que ya había sido detectado por artefactos enviados anteriormente, confirma el impacto causado por la contaminación humana.

Los científicos ahora planean analizar las criaturas que recolectaron para ver si contienen microplásticos.

Un estudio reciente descubrió que este era un problema generalizado, incluso para los animales que viven en las profundidades.

Una misión extrema

La inmersión fue parte de la expedición Five Deeps (Cinco Profundidades), un intento de explorar los puntos más profundos de cada uno de los océanos del mundo.

La expedición es financiada por Vescovo, un inversor privado que antes de centrar su atención en las profundidades también escaló los picos más altos del planeta.

Toda la travesía formará parte de un documental de la cadena Discovery Channel.

Además de la fosa de las Marianas en el Pacífico, en los últimos seis meses también han realizado inmersiones en la fosa de Puerto Rico en el océano Atlántico; la fosa de Sándwich del Sur en el Atlántico Sur; y la fosa de Java en el Océano Índico.




Los desafíos de explorar las profundidades del océano, incluso con vehículos robóticos, han hecho de las trincheras oceánicas una de las últimas fronteras del planeta Crédito: BBC Mundo

El desafío final será alcanzar el fondo de Molloy Deep en el océano Ártico, una misión que está programada para agosto de 2019.

El sumergible en el que descendió Vescovo se llama DSV Limiting Factor. Mide 4,6 m de largo y 3,7 m de altura.

La nave puede soportar una presión de hasta 1.000 bares, que equivale a apilar 50 aviones encima de una persona.

Además de trabajar literalmente bajo presión, el submarino debe operar en medio de la oscuridad y temperaturas cercanas al punto de congelación.

Una vez que se complete la expedición Five Deeps a finales de este año, el plan es ceder el sumergible a instituciones científicas para que los investigadores puedan seguir usándolo.

Los desafíos de explorar las profundidades del océano, incluso con vehículos robóticos, han hecho de las trincheras oceánicas una de las últimas fronteras del planeta.

Anteriormente se pensaba que eran áreas desoladas, pero en realidad el mar profundo rebosa de vida.

También hay una creciente evidencia de que son sumideros de carbono, que desempeñan un papel en la regulación de la química y el clima de la Tierra.


Fuente:https://www.lanacion.com.ar/sociedad/fosa-marianas-investigador-rompio-record-inmersion-mas-nid2248462




























ChatGPT, una introducción realista, por Ariel Torres

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