Saturday, June 20, 2015

GralInt-Cómo funciona la mente de un corrupto:cuando los incentivos de lucro valen más que la ética

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Cómo funciona la mente de un corrupto:cuando los incentivos de lucro valen más que la ética


En el año 2000 se publicó un experimento social de laboratorio realizado en una universidad alemana. Un billete de 200 marcos (el equivalente a unos 100 euros) ha caído por el tubo del desagüe en las instalaciones de una sala de proyecciones. A cada uno de los sujetos del experimento se le pone en el escenario de llamar a un fontanero para recuperarlo, pagar a este por sus servicios y entregar el resto del dinero a su propietario.

Cada sujeto dispone de hasta diez ofertas de fontaneros a los que contratar, con tarifas de entre 20 y 200 marcos, de modo que cuanta más cara es la tarifa también hay una cantidad mayor como soborno. En esta tesitura, cada sujeto del experimento puede elegir en aras del interés del dueño del dinero o tomar la decisión de aceptar alguno de los presupuestos más caros, pagar al fontanero por sus servicios -solo el sujeto sabrá cuánto le han cobrado, así que no hay posibilidad de ser descubiertos- y quedarse una parte del dinero.

El resultado, demoledor para la ética. Solo el 12% de los sujetos se comportaron de manera perfectamente honesta; el 28% tomó el soborno máximo que permitían las ofertas, y la cantidad media de la que se apropió el 88% de los individuos corruptos fue de 85 marcos (unos 42 euros).

¿Corruptos por naturaleza?


“El ser humano es un animal con una tendencia biológica a la corrupción”, “con tendencia a lo que llamaríamos ser un free-rider, a aprovecharse del sudor de los demás”, y, llegado el extremo, “a aprovechar cualquier cargo en beneficio propio”.

¿Se puede explicar por qué la gente, sean ciudadanos de a pie, políticos o empresarios, deja de cumplir con la ley y se corrompe? Básicamente, el camino que lleva a la corrupción es una combinación de un entorno propicio, una oportunidad y un tipo de personalidad que, superando el temor a un posible castigo, antepone el beneficio individual al interés de los demás y al cumplimiento de la ley.Según los expertos, hay “profesiones de riesgo” en el mundo de las finanzas, las grandes empresas o la política.

Personalidades narcisistas y antisociales, más propensas a la corrupción

Sin embargo, es también evidente que no todo el mundo que tiene la oportunidad de infringir la ley en beneficio propio lo hace. “Hay que tener también ciertos rasgos de personalidad. Intervienen variables contextuales y de personalidad unidas”.

Hay ingredientes en la personalidad que agitan el cóctel y pueden desembocar en comportamientos corruptos si se dan unos condicionantes. Las investigaciones sobre el comportamiento humano y los trastornos de personalidad señalan dos: la personalidad narcisista y la antisocial.

El rasgo predominante de la personalidad narcisista es el egocentrismo, es decir, utilizar a los otros para fortalecer su autoestima y satisfacer sus deseos."Es un patrón de grandiosidad: los narcisistas sobrevaloran su valía personal y esperan que las otras personas atiendan a la alta estima en la que se apoyan.

Son personas que necesitan sentirse admiradas, carecen de empatía y sobrevaloran sus capacidades, creen que son especiales y tienen muchas fantasías de éxito. Operan sobre la presunción de que el mero deseo de cualquier cosa justifica por sí mismo su posesión”.

La personalidad antisocial, por su parte, conlleva una frialdad emocional, una carencia de ética y un comportamiento basado en el engaño y la manipulación, sin remordimiento por las consecuencias de sus actos.

“Son personas a las que les gusta el poder, les activa la motivación de poder, de relaciones sociales o personales muy positivas pero falsas. Suelen ser personas extrovertidas, afables, pero todo eso pensando en su beneficio personal y conseguir lo que sea sin importar los medios”.


“Un corrupto es una persona que realiza un proceso premeditado, razonado y calculado de costes y beneficios“

Estos rasgos dibujan un llamativo perfil de la personalidad corrupta, pero no hay que confundirse; simplemente se pone de manifiesto el elevado riesgo que supondría para una de estas personalidades enfrentarse a una situación propicia para la corrupción”.

“Hay personas que han cometido estafas en sus lugares de trabajo”.


Corrupción, una cuenta de pérdidas y ganancias


El cálculo de pérdidas y beneficios lleva a otra dimensión útil para entender la corrupción, la económica, que establece que las personas que se corrompen son, ante todo, seres racionales.Las personas se relacionan y toman decisiones en una interacción estratégica, es decir, en un intercambio de jugadas para conseguir un fin con el mayor beneficio posible y el mínimo coste.

El homo sapiens maximiza resultados. El corrupto ve una oportunidad que implica una acción contraria a la ley o a la ética, y calcula los posibles resultados económicos: un beneficio o un lucro en caso de que no se le descubra y un coste o castigo, en forma de multa, cárcel, etc., si lo atrapan. De manera general, si el beneficio obtenido es mayor que el potencial coste de ser descubierto, se puede llevar a cabo la acción corrupta.

“El acto corrupto comienza con la idea de cometerse una sola vez, pero si sale hay un incentivo para continuar“

“La corrupción muchas veces comienza con la idea de cometer una infracción una sola vez, pero si sale bien, si no es descubierto, hay un incentivo para incurrir de nuevo en esa conducta".

"Por ejemplo, una empresa cuya actividad está vinculada con la administración y tiene la posibilidad de hacer un soborno para ganar un concurso público tiene éxito y nadie le descubre. En un contexto de un mundo cada vez más competitivo, a partir de ese momento tiene un incentivo para modificar su estrategia”.

Desde el punto de vista psicológico, se podría atribuir a esta conducta las características de una adicción. "Del mismo modo que mojarse los labios en cerveza generaría un impulso irrefrenable en un alcohólico, administrar el dinero público puede ser una tentación incontrolable para algunas personas en determinadas situaciones.

Incluso crea una tolerancia, de modo que se empiece por actos ilegales pequeños y que para conseguir el mismo placer se vayan cometiendo actos más importantes".








Fuente: www.rtve.es (Versión editada de la nota original por José A. Carpio-15-09-2013)




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