Friday, December 30, 2011

La mayoría de los jóvenes no sabe otro idioma y eso los limita

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La mayoría de los jóvenes no sabe otro idioma y eso los limita


El 70% de los relevados dijo que sólo habla el castellano, a pesar de que casi todos recibieron la enseñanza de al menos una lengua extranjera. Esto les complica el acceso a las nuevas tecnologías y es un problema para conseguir trabajo.

Por: Georgina Elustondo

Encuesta

¿Está conforme con el nivel de inglés que se brinda en los colegios?

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92.2%.....


Se manejan a sus anchas con el por lo menos singular argot del chat. Intercambian extraños "jeroglíficos" en los mensajes de texto del celular y se comunican (con más sospechas que certezas) con palabras extranjeras de moda entre sus pares. Sin embargo, apenas tres de cada diez jóvenes argentinos sabe una segunda lengua además del castellano. Según los expertos, en un mundo globalizado e intercultural, hablar sólo español es una problema que, además de limitar su acceso a la tecnología, acota las posibilidades futuras en el terreno profesional y laboral.

Lo arroja el estudio "La voz de la nueva generación", realizado por TNS Gallup y la Universidad de Palermo. Con el objetivo de bucear en sus capacidades y consumos culturales, los investigadores entrevistaron a más de 900 jóvenes de entre 10 y 24 años de todo el país, y encontraron que el 70% sólo habla castellano, un dato que, a la vez, se agrava al desgranarse: la mayoría de los que dijeron no manejar otra lengua habían tenido al menos un idioma extranjero en su educación formal, lo cual alumbra falencias en la modalidad o frecuencia de esta enseñanza.

La Ley de Educación establece, desde 2006, que todos los alumnos de primaria y secundaria del país deben aprender (obligatoriamente) "al menos" un segundo idioma durante sus años de estudio, pero no establece qué idioma ni hasta qué nivel. Ahora bien: de la letra fría de esa norma a su implementación en cada una de las escuelas públicas del país hay un trecho largo. "Depende de cada jurisdicción, y en ese marco las disparidades son muchas. No todos los chicos argentinos están accediendo a ese aprendizaje", reconoce la licenciada Cecilia Cresta, al frente del Área Curricular del Ministerio de Educación de la Nación.

Estas desigualdades fueron registradas por el estudio de Gallup: en Buenos Aires, la proporción de los que saben otro idioma es mucho mayor que en el resto del país (64% contra 26% en el interior). "En algunos lugares la disponibilidad de docentes en un tema crítico", explican en el Ministerio. Pero las diferencias no se agotan en lo regional: el conocimiento de otro idioma aumenta considerablemente a mayor poder adquisitivo (61% en la clase alta y media alta contra el 19% en la clase baja). Y las mujeres, a su vez, les ganan a los varones.

"Que el 70% de los jóvenes no hable una segunda lengua nos habla de limitadas posibilidades de inserción académica y laboral en el futuro. Están en una situación desventajosa y tendrán menos oportunidades en la vida adulta", dice Gabriel Foglia, Decano de la Facultad de Economía de la UP.

No hace falta ir muy lejos. El no saber un idioma (sobre todo inglés), ya cierra un montón de puertas. "Hoy el 100% de las compañías internacionales exigen una segunda lengua, y las empresas locales lo tienen como preferencia. En algunas restringe el acceso y en otras es motivo de descarte a partir de ciertas posiciones", comenta Pablo Molouny, al frente del portal Trabajando.com y ex gerente de la firma Bumeran.

Constanza Cilley, directora de Investigación de Gallup, también encuentra una gran limitación en el desconocimiento de inglés. "En nuestros estudios con líderes empresarios surge como una de las principales barreras al crecimiento dentro de la compañía", dice, y agrega que el problema es que la brecha idiomática está estrechamente ligada al 'gap' tecnológico. No saber inglés limita el acceso a la tecnología. Y si uno no accede a la tecnología, se tutea menos con el idioma. Se arma un círculo vicioso que empobrece, explica.

En el Ministerio de Educación coinciden en la valoración de una formación bi o plurilingüe, una meta que --reconocen-- debe seguir escalando posiciones en las prioridades de la agenda educativa. "El Estado se obliga a dar esta enseñanza porque lo cree importante en términos cognitivos y socioculturales, ya que aporta al ejercicio de la ciudadanía en el mundo actual. Hoy el registro de la realidad no empieza ni termina en una misma comunidad de habla, y la escuela debe brindar esa apertura", sostiene Cresta.

En la Ciudad de Buenos Aires se implementó este año la obligatoriedad del aprendizaje de inglés a partir de primer grado (antes arrancaba recién en cuarto). "Es una decisión que incorpora al inglés a 20.000 alumnos, elevando la calidad educativa y garantizando igualdad de oportunidades en el acceso a este saber a través de la escuela. Tiene que ver con la inclusión", dice Marcela Rogé, del programa Lenguas Extranjeras. En territorio bonaerense el inglés es obligatorio desde primer grado en escuelas de doble jornada y, en cuarto, en las de simple turno.

El problema es que, más allá de la "obligatoriedad", asoman fallas en la modalidad. Lo afirma Diana Schiro, directora de los Programas de Idioma de la Universidad de Tres de Febrero. "Muchas veces la frecuencia no es la ideal. Tres horas por semana no sirven. El aprendizaje de una lengua depende de la cantidad de tiempo que se escucha y se practica".

Es preocupante, insiste Foglia. "Esta brecha idiomática genera un círculo vicioso en el que la distribución de la riqueza (tanto material como intelectual) es cada vez más despareja".

Fuente: Clarín

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