Wednesday, April 13, 2016

GralInt-Federico Storani publicó una emotiva carta para recordar a su hijo: "Escribí esto desde las entrañas, desgarrado"

The following information is used for educational purposes only.


Federico Storani publicó una emotiva carta para recordar a su hijo: "Escribí esto desde las entrañas, desgarrado"

El líder radical dedicó unas conmovedoras líneas y fotos en su cuenta de Facebook a Manuel, a diez días del fatal accidente en el río Luján


MIÉRCOLES 13 DE ABRIL DE 2016



Con palabras que describen un dolor de imposible mesura, Federico Storani publicó una carta en su cuenta de Facebook para recordar a su hijo Manuel, quien fue hallado sin vida luego del trágico accidente que sufrió en el Delta, cuando iba a bordo de una lancha en la que también viajaba su madre.

El dirigente radical acompañó el texto con algunas imágenes que reflejan a su hijo. "Elegí no para que juzguen, sino para que tengan una aproximación a la dimensión de la pérdida tres de sus creaciones que son representativas de su personalidad. Una poesía que escribió cuando tenía diez años de edad, un dibujo que realizó cuando se cumplieron 25 años de la Recuperación de la Democracia y Manuel tenía siete y una carta de sus amiguitos y compañeros motivada en su temprana desaparición", escribió Storani.















EL MUNDO DE MI HIJO MANUEL STORANI BRUZZONE


Catorce años en la vida de una persona, pueden parecer pocos solo si se la mide en años. Pero,… ¿cuántos recuerdos se encierran, se liberan… y se atesoran durante catorce años?

Se encierran las complicidades e intimidades que quedan cautivas, atrapadas con amor y a veces con humor entre quienes las comparten. Se liberan traducidas en anécdotas e

historias que jalonan y construyen una historia, singular… irrepetible, y sobre todo se atesoran en la médula, en las entrañas, en las vísceras adonde solo se accede con la llave

guardada en el corazón recitando el santo y seña del amor.

Mi hijo Manuel, compartió conmigo intimidades y complicidades blindadas con la consistencia del quebracho y el don que lo distinguía de la discreción, dignidad y nobleza, sin que

se diera cuenta…naturalmente. Liberó las anécdotas e historias que constituyeron los hitos en el camino que fue forjando su personalidad conocida. Se me metió en la médula, y

allí se acurrucó al cobijo de mis entrañas… y yo en las de él.

¿Qué puedo decir? ¿Qué una sonrisa leve más parecida a una mueca me revelaba sus secretos y yo le correspondía en el mismo idioma? ¿Qué cuando leyó de corrido la primera palabra

o frase, esta vez su carita se iluminó con una sonrisa ancha al descubrir fascinado un mundo nuevo? ¿Qué su corazón de poeta palpitaba acelerado y con pasión los primeros amores

de su incipiente adolescencia?

Pero Manuel tenía su mundo al que amaba. A su mamá, Ángeles con quien jugaba y divertía como si fuera un par y ella lo cuidaba con la devoción que solo las madres pueden prodigar

y sentir. A sus hermanas Constanza, Luisina y María Elena, y a mi esposa Miriam, quienes desde que lo conocieron lo fundieron en un abrazo de amor y ternura materializando la

mejor definición de familia, más allá de cualquier convención estúpida,… abrazo mil veces renovado en un ida y vuelta incesante que profundizó los lazos hasta hacerlos

indestructibles. A sus “tíos” de la vida, en especial Graciela quien se desvivía y prodigaba en amor y educación que Manuel asimilaba con naturalidad. A Alicia y Patricio quienes

retozaron y rejuvenecieron desde las primeras vacaciones compartidas en Córdoba. A su madrina, Bea, y sus tíos Javier y Mariana quienes no pudieron sustraerse de su encanto

embriagador.
El mundo de Manuel también estaba constituido por una legión de “locos bajitos”, y no tan bajitos. Sus sobrinos que lo idolatraban, Conradito, Catalina, Clarita, Felipe, Joaquín

y Lucía, quienes aguardaban su llegada como si se tratara de los Tres Reyes Magos juntos y la síntesis de los súper héroes que pueblan sus fantasías. Sus incontables amigos y

amigas, compañeros del Colegio, del deporte…de la vida.

Tal vez, el rasgo más destacable de la inteligencia con la que construía su mundo, lo revele el hecho de que alternaba sin dificultades y con una enorme capacidad de adaptación

entre los niños hermanitos de sus amigos y compañeros, entre sus pares y entre los padres adultos que lo distinguían.

Manuel tenía buena madera, actitud para la vida. Su mundo interior se cimentaba en valores sólidos. Buen amigo, compañero, estudioso, responsable…sin que ello le quitara tiempo

al ocio, la diversión y los juegos que disfrutaba. Apuntaba a convertirse en un buen ciudadano que con seguridad serviría a su país que amaba…pero ante todo era una buena

persona y tal vez una personalidad en ciernes.

La naturaleza era su mundo, aunque parezca una obviedad. Amaba las plantas, los animales, sobre todo los callejeros que se le pegaban como un imán. Sus perras Sasha y Felipita y

el rey de su hogar era su gato Roma. Era un defensor del medioambiente y en eso radicaba el mayor interés de sus estudios. Tal vez por eso, no necesitará otro rosario que lo

acompañe, más que no sea el constituido por los eslabones de plantas, flores, y árboles bendecido por la sabiduría de la naturaleza.


Por mi actividad he debido hablar en público miles de veces y casi con certeza debo haber exagerado en cada ocasión…les aseguro, les juro que lo aquí escribo no exagera un ápice,

ni siquiera por la subjetividad de padre eternamente herido.

Elegí no para que juzguen, sino para que tengan una aproximación a la dimensión de la pérdida tres de sus creaciones que son representativas de su personalidad. Una poesía que

escribió cuando tenía diez años de edad, un dibujo que realizó cuando se cumplieron 25 años de la Recuperación de la Democracia y Manuel tenía siete y una carta de sus amiguitos

y compañeros motivada en su temprana desaparición.

Acompaño también tres fotografías, que hablan por sí mismas.


Escribí esto desde las entrañas…desgarrado. Desde las vísceras escucho la voz de Manuel que me dice que hay que seguir viviendo por mis otros amores…por sus amores. Lo haré

consciente de que es mi deber y para honrar a mi hijo muy querido…pero yo nunca más seré el mismo.


Federico Storani
12 de Abril 2016







Fuente: www.lanacion.com.ar

No comments:

Post a Comment

All comments are welcomed as far as they are constructive and polite.

La vejez. Drama y tarea, pero también una oportunidad, por Santiago Kovadloff

The following information is used for educational purposes only. La vejez. Drama y tarea, pero también una oportunidad Los años permiten r...