Enseñanza – Aprendizaje por Ethel Ramos, UADE

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Enseñanza – Aprendizaje

Lunes, 05 de Diciembre de 2011



En un mundo donde el conocimiento es el activo más valioso para las sociedades, el proceso de Enseñanza – Aprendizaje y eficacia didáctica es un tema que debe ser abordado y revisado con cierto rigor a fin de lograr lo mejor de cada sistema educativo.

Y para pensar la didáctica es necesario pensar en sus componentes. A tal fin, en este artículo se plantea un pequeño recorrido por dos grandes teorías de aprendizaje, el Conductismo y el Constructivismo.


A principios del siglo XX surgió una corriente denominada conductismo, la cual dominó el escenario de la psicología educativa desde su aparición. La masificación de la escuela pública, en paralelo con el conductismo, se vio invadida por los postulados de ésta. Repetir las tablas de multiplicar, copiar y volver a copiar la palabra con error ortográfico, las clases magistrales donde siempre habla el docente o la enseñanza de contenidos alejados de la realidad concreta y significativa de los estudiantes son prácticas escolares masivas que claramente representan los postulados de esta corriente dominante.

Pero en la didáctica, como en todas las ciencias, ha habido también una evolución y con ella la aparición de otras propuestas que centran sus trabajos en la creatividad, la innovación y la participación.

Es así que nace el constructivismo que se diferencia de las concepciones anteriores configurando su propio repertorio de nociones y categorías.

Pensadores como Jean Piaget rompieron con la concepción pasiva del sujeto en el aprendizaje, planteando la construcción activa del conocimiento a través de la interacción con el objeto de conocimiento.

Es decir, la acción del alumno sería central desde esta perspectiva. A través de sus acciones el sujeto conoce nuevas realidades que desequilibran su estructura cognitiva al poner en cuestión sus saberes previos.

Una cuestión fundamental a la hora de pensar las actividades del aula, problematizando cómo aprenden los estudiantes, es el lugar del error. Si pensamos que el sujeto tiene que aprender determinado saber ya estipulado y preseleccionado se va a buscar erradicar el error o la desviación. Por el contrario desde el constructivismo, se considera que el error forma parte constitutiva del aprendizaje.

Respecto a las actividades en el aula desde esta perspectiva podría afirmarse que para que el alumno aprenda es importante brindar las oportunidades para que éste pueda descubrir, inspeccionar y así conocer. Tener un rol activo es necesario para el desarrollo de las estructuras cognitivas y para lograr el aprendizaje.

Cuando hablamos entonces de Constructivismo, hablamos de aprendizaje significativo. Un aprendizaje que tenga un significado para el sujeto que aprende, que implique un descubrimiento, una búsqueda. Un aprendizaje no producido en serie, sino un aprendizaje que tenga en cuenta la diversidad de los educandos. Un aprendizaje en donde se pueda incorporar capacidades en vez de acumular conocimiento. Un aprendizaje en donde el alumno no aprenda sino que aprehenda.

Quizás sea bueno, entonces, que podamos enriquecer la forma en que se educa y enseña con los postulados del constructivismo que , a mi juicio, se ajustan más a un mundo moderno en donde el conocimiento es un deber y que además nos tiene que brindar capacidades que nos permitan navegar en un escenario en constante cambio.


ETHEL RAMOS de MALARA

Traductora Pública de Inglés

Docente Universitaria

Directora a/c Departamento de Idiomas

Universidad Argentina de la Empresa

Especialista Evaluación e Investigación Educativa

Doctoranda en Ciencias Sociales y Humanidades


Fuente: www.hacercomunidad.org (Fundación La Nación)