Wednesday, August 23, 2017

SOC/GINT-Sepamos que una infancia triste es irreversible

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19/08/2017 - Cartas al país

            Sepamos que una infancia triste es irreversible


Osvaldo Pepe


El mejor obsequio a un niño, es regalarle felicidad. Y darle felicidad, es ayudarlo a ser bueno. Recordemos que lo que faltó en la infancia, siempre faltará.

En noviembre de 1952 las Naciones Unidas se reunieron con un propósito tan humanitario como elogiable. Sugerían que los distintos gobiernos, celebrasen anualmente el Día del Niño, para enfatizar la comprensión que ellos necesitan.

En 1990, es decir 38 años después, nuestro país adhirió plenamente a esta noble iniciativa y adoptó definitivamente como fecha, desde el año 2003, los terceros domingos de Agosto de cada año para esta celebración.

A propósito de la celebración de la jornada de hoy, deseo destacar un hecho que revela la alta dosis de sensibilidad de nuestros legisladores.

En casi todos los países se permite que los niños participen en conflictos armados, desde la edad de 15 años. En cambio nuestra legislación lo acepta solamente, ya cumplidos los 18 años.

Agregaría que cuando la mejor causa mata a un niño, muere la causa. Considero que esta resolución es un justo homenaje a ese explorador desarmado, que es toda criatura.

No debemos olvidar que la tristeza de ellos, tiene todos los ingredientes del dolor del adulto. Es como si expresásemos, que cada muñeca destruida o juguete roto, contiene una lágrima infantil.

Debemos comprender que una infancia triste, es irreversible. Pero una infancia feliz, también lo es.

Sepamos que un niño huérfano es casi siempre un niño sin niñez. Y no debemos defraudarlo, dado que hacerlo sería asesinar ilusiones. Recordemos que los niños nos aventajan en el porcentaje de esas ilusiones por el día siguiente.

Grabemos en nuestro espíritu esta especie de aforismo: “Los niños son páginas en blanco. Debemos escribirlas siempre, con guantes”.

José Narosky






Abracemos fuerte a un pibe, a todos los pibes


José Narosky, escribano, escritor y hacedor de aforismos, nos acerca una reflexión sobre la niñez. Ya con una buena parte de su vida al hombro, pensada originalmente por él como una reflexión sobre la niñez, su carta asoma hoy como una verdad rotunda a la luz del cobarde atentado terrorista en Barcelona, una de cuyas víctimas fue un nene de apenas 3 años. Antes del desastre criminal, Narosky escribió un párrafo de y para todos los tiempos: “Cuando la mejor causa mata a un niño, muere la causa”. Aunque la de ISIS no haya sido nunca una buena causa, esta muerte, en especial, más que ninguna otra, interpela la barbarie de los agresores y el contraste con la frase de Jesús: “Dejen que los niños vengan a mí y no se lo impidan”, según consta en los Evangelios de Mateo y Marcos. Narosky dice que “una infancia triste es irreversible”. Hay muchas infancias tristes en el país y el mundo. Esta es la era de las infancias con miedo. Abracemos fuerte hoy a hijos, nietos, sobrinos. A cualquier pibe, a todos los pibes del mundo.







Fuente:www.clarin.com


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