Saturday, December 25, 2021

Navidad, renovar la esperanza/¡FELIZ NAVIDAD!-MERRY CHRISTMAS!

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Navidad, renovar la esperanza

 En estas Fiestas, es vital brindar en todos los sentidos, regalando generosidad para que el desarrollo y la inclusión de todos sean una realidad 

 24 de diciembre de 2021

 Venimos de transitar años complicados, de esos que nos marcan a fuego porque la vida se ha visto en jaque. Experimentar esa fragilidad tiene múltiples efectos. Entre aquellos más positivos está el de despegarse un poco de la tierra para elevar la mirada, más conscientes de la perentoriedad de las cosas. Para quienes sufren por no tener cubiertas sus necesidades básicas, el espíritu reclama encarnadura, soporte físico. Es así como mientras algunos puedan estar alzando su copa entre manjares, otros muchos añorarán tener un simple plato en sus mesas para estas Fiestas.

 De hecho, el Banco de Alimentos propone “recetas festivas con desperdicio cero” (bancodealimentos.org.ar/desperdicio-cero/) precisamente en tiempos en que un mal cálculo produce demasiados sobrantes que van tristemente a la basura. Como contrapartida, decenas de niños cuyo futuro peligra necesitan packs de leche, como solicita el Centro Conin Bancalari (Asoc. Civil Nutriéndonos, transferencias al alias CONIN.NUTRIENDONOS). Por su parte, Cáritas (caritas.org.ar) lanzó su campaña solidaria de fin de año con el lema “Navidad nos renueva” y convoca a todos a compartir con quienes más lo necesitan en estas Fiestas. 

En el difícil contexto de la pandemia, la institución prácticamente duplicó la asistencia para llegar a unos tres millones de personas, acercando consuelo y apoyo desde múltiples frentes. En su página plantea un creativo juego de palabras en torno al sentido de brindar, asociándolo a estos festivos momentos. Brindamos con las copas, pero también podemos brindar ayuda, afecto, tiempo, compañía, esperanza. Todos podemos ser constructores de fraternidad y de una amistad social que hoy, más que nunca, demanda nuestra solidaridad. Haciendo Camino (haciendocamino.org.ar) invita a ayudar con la alimentación de más de 600 chicos del norte argentino que merecen celebrar. Con #PapaNoelx1día la Fundación Natalí Flexer (fundacionflexer.org/navidad) pide regalos para niños en tratamiento oncológico. Manos Abiertas (manosabiertas.org.ar/navidad) propone “regalar bien” y ofrece distintas alternativas para acercar ayuda a niños, mayores o enfermos. 

Todos los días de la semana los merenderos de Lumen Cor (lumencor.org, transferencias al alias LUMEN.COR) atienden a muchos hermanos en situación de calle y necesitan donaciones de alimentos y cajas navideñas, tanto como voluntarios. Decenas de instituciones motorizan ayudas. En el contexto de la pandemia, el acompañamiento de cercanía también se complica. Hay mucha gente que estará sola. A veces una simple llamada telefónica o una palabra a un desconocido pueden cambiarles el humor a muchos y solo hace falta estar atentos y dispuestos. La noche de paz y amor es un momento de reflexión, de reencuentros y reconciliaciones, de reuniones familiares y de ausencias lamentadas. De celebraciones que deberían superar la fugacidad de un fuego de artificio, una costumbre que debiéramos desterrar definitivamente en beneficio de personas con autismo, niños, adultos mayores o animales. Se trata de fiestas del espíritu que muchas veces colapsan ante distracciones materiales externas, alejándonos del verdadero propósito. 

Para los católicos, el portal de Belén remite a un Dios que se hizo hombre en la humildad de un pesebre, alejado de los escenarios de poder de entonces, en un ritual silencioso que nos recuerda que un mundo mejor es posible. Para muchos, es un tiempo especial; un cierre y un comienzo en el que cada uno puede hacer la diferencia para otro. Cuando la pobreza golpea tan fuerte a tantos, la oscuridad de un futuro incierto solo puede iluminarse con esperanza. Necesitamos renovar la ilusión y la capacidad de sobreponernos a las diferencias para encarar nuevos proyectos. Navidad es unión, ¡y es tanto lo que tenemos en común! Depongamos las diferencias y aprendamos a respetarnos. Dispongamos el corazón, brindemos, en todos los sentidos, regalemos generosidad y miremos juntos hacia adelante. Que aquella estrella guíe nuestros pasos hacia un futuro de unión en el que el desarrollo y la inclusión de todos sea una realidad. 

 Fuente:https://www.lanacion.com.ar/editoriales/navidad-renovar-la-esperanza-nid24122021/Google Images.

Sunday, October 17, 2021

¡FELIZ DÍA DE LA MADRE!

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Para todas las madres: pintura con palabras.

 Queridas madres: 

 Siempre que llega este día nos invade un profundo sentimiento de reconocimiento y agradecimiento hacia aquellas mujeres que nos han nutrido, criado y apoyado en nuestro desarrollo como personas. El amor materno es un sentimiento perenne en la historia de la humanidad que todos nosotros como hijos disfrutamos y agradecemos todos los días del año. Pero este domingo las homenajeamos especialmente, tratando de retribuir el amor recibido con un presente que simbolice todo lo que sentimos por ellas. Un presente elaborado por nosotros siempre tiene un sabor especial, pone en juego la inteligencia creativa, el corazón latiente y las manos activas. 

El arte en todas sus expresiones y manifestaciones tiene la cualidad de reunir estos tres elementos. Trascendida la esfera de las relaciones humanas el arte se convierte en objeto sensible, y la pintura una de las revelaciones artísticas que más ha reflejado ese amor materno. Por eso imaginé regalarles una pintura de palabras, con luces y sombras volcadas sobre un papel. 

 Recorro las huellas que dejó mi madre en mi infancia, imagino la dimensión del texto-cuadro, las perspectivas, la ubicación de los personajes, el fondo, los colores para dar comienzo al movimiento del teclado-pincel. Elijo la figura de una madre abrazando un niño pequeño, un abrazo intenso que casi los une, que recuerda la protección del niño en el vientre materno unidos por el cordón umbilical. Sentada en una silla de la cocina con el niño que la mira inocentemente, la madre retribuye esa mirada con ojos que destellan amor sereno. Esa profundidad de la mirada hace que la retina de uno encuentre la del otro, transmitiendo a través de sinapsis neuronales el sentimiento mutuo.

 El entorno es sencillo pero cálido, utilizo colores puros para darle centralidad y luminosidad al binomio. Una ventana en un lateral de la cocina permite que un haz de luz ilumine y refuerce ese vínculo en el que las manos de ella rodean al pequeño cuerpo del niño. Son manos de sacrificio de una noble trabajadora, como las describe Mercedes Sosa “lavando tanta ropa, cortando tanto pan, corriendo por la casa, la mesa acariciando, buscando en el descanso la aguja y el dedal”. La mesa de la cocina es sencilla con un mantel blanco y un plato con papilla de calabaza de color rojo tenue que contrasta con el mantel, papilla que complementa la nutrición afectiva.

 Observo la pintura casi realista, como si la madre pudiera salir del cuadro-texto y hacerse presente en cualquier momento. ¿Será esto un artificio visual, una imaginación o un deseo? El teclado-pincel ya no necesita más tinta-pintura, todo ya fue expresado en el cuadro, solo falta la firma: “un hijo para todas las madres”.

 Dr. Miguel Ángel Schiavone

 Rector Pontificia Universidad Católica Argentina

Thursday, September 16, 2021

Presidente, queda poco tiempo, por Víctor Manuel Fernández

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 Presidente, queda poco tiempo

 16 de septiembre de 2021

 Víctor Manuel Fernández

 El arzobispo de La Plata, de extrema confianza del papa Francisco, hizo llegar a LA NACION una crítica columna sobre las políticas sociales del gobierno de Alberto Fernández, el manejo de la pandemia y las elecciones primarias

 Por amor a esta Patria herida, muchos esperamos que el Presidente pueda revisar a tiempo su agenda de prioridades, para evitar una debacle que terminaría dañando todavía más a nuestro pueblo. Lo hemos visto muy entretenido con el aborto, la marihuana y hasta la eutanasia, mientras los pobres y la clase media tenían otras hondas angustias que no obtenían respuesta. En los últimos meses se vio una potente avanzada para imponer un lenguaje “no binario” que en las inmensas barriadas a nadie parece interesarle. Quizás se quiere copiar la agenda del socialismo español, olvidando que aquí estamos en América Latina. Y para colmo en plena pandemia, donde las circunstancias reclaman ocuparse de otros asuntos más imperiosos. A fines del año pasado, mientras los países vecinos estaban comprando vacunas, aquí el Ministerio de Salud se apasionaba en plena campaña por el aborto. Al menos hay que reconocer que no era el momento justo ni era esa la necesidad más imperiosa.

 Lo hemos visto muy entretenido con el aborto, la marihuana y hasta la eutanasia, mientras los pobres y la clase media tenían otras hondas angustias que no obtenían respuesta.  Muchas mujeres, a las que el gobierno creía responder, estaban viviendo al día, con sus familias despedazadas, sus hijos que habían abandonado el colegio y habían caído en la droga y la delincuencia, y con la plata valiendo cada día menos. De este modo, la agenda social que podría haber caracterizado a este gobierno, quedó desdibujada, y así se dilapidó una gran oportunidad. No debería llamar la atención la fuerte abstención de gente que no se siente representada por otras opciones políticas pero que está demasiado indignada como para ir a votar. Es muy elocuente que en muchos barrios pobres la abstención llegó al 40%, aunque en realidad esta campaña con pocas propuestas reales y mucho eslogan no entusiasmó a nadie.

 El presidente todavía está a tiempo de dar prioridad a los grandes problemas sociales y de enfocarse mejor en la producción y en el trabajo, que es lo que uno puede escuchar como reclamos genuinos si está cerca del pueblo. Le conviene recordar que en las anteriores elecciones Mauricio Macri pudo recuperar en las generales muchos puntos que había perdido en las PASO. No lo logró por cautivar con propuestas inteligentes, sino por algo muy sencillo: un enorme esfuerzo de acercarse más a la gente y al menos escuchar los verdaderos reclamos. ¿Quiénes no le perdonarían al Señor Presidente el mal paso de la fiestita de Olivos si lo hubieran sentido más cerca de sus reales problemas? De un estratega se espera la capacidad de leer en el momento histórico actual cuales son los verdaderos y más grandes reclamos del pueblo, al margen de los propios gustos. Pero a veces la política se confunde cuando cree que hablando de determinados temas responde a las expectativas de la sociedad, y en realidad solo está halagando a sectores minoritarios que tiene cerca. 

Eso no es el pueblo argentino, y los votos parecen demostrarlo. Sin embargo, algunos miembros del propio gobierno parecen pensar que la solución está en radicalizarse más, sin ver que eso sería acercarse más al abismo. ¿Quiénes no le perdonarían al Señor Presidente el mal paso de la fiestita de Olivos si lo hubieran sentido más cerca de sus reales problemas? El asunto es que trataba de “imbéciles” a quienes hacían lo mismo que él, así como cuando pedía un debate respetuoso sobre el aborto mientras llamaba “hipócritas” a los que pensaban distinto. Esa no es la imagen que muchos tenían cuando lo votaron. La mayoría lo votó por todo lo contrario, y la gente es demasiado sensible a ciertas cosas. Pero nuestro pueblo es generoso y es capaz de dar otra oportunidad a los que saben volver tras sus pasos y retomar el rumbo. Ojalá que así sea, para que se pueda reconstruir una economía que lleva varios años dañada y empecemos a resolver las dificultades de las grandes mayorías sufrientes. Ya hay mucha gente cansada de esperar.

 Arzobispo de La Plata

 Fuente:https://www.lanacion.com.ar/opinion/presidente-queda-poco-tiempo-nid16092021/

Saturday, September 11, 2021

El maestro debe volver a ocupar el centro de la educación argentina, por Santiago Kovadloff

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 El maestro debe volver a ocupar el centro de la educación argentina 

 La pandemia ha quebrado un orden pedagógico ya deteriorado; aun así, la enseñanza ha de ser una tarea primordial a la hora de reconstruir el país 

 11 de septiembre de 2021


 Santiago Kovadloff
Boligan 

La decadencia de nuestra educación se inició hace mucho. La pandemia no ha hecho más que multiplicar sus síntomas. Acentuó su patología, pero no la generó. Desnudó su magnitud, la hondura que ha alcanzado en tantos años. La educación pública está en ruinas. En ella y aun más allá de ella, las figuras del maestro y del alumno se han desdibujado. La peste, mal encarada por un gobierno que ni siquiera ha sabido disimular su falta de seriedad, sumó a la parálisis que impuso a la economía la indiferencia ante el quebranto del orden pedagógico. Se ha favorecido el contagio y la muerte donde se lo pudo haber evitado. La peste se rearma y vuelve a atacar. La recuperación es lenta, incierta, oscilante, desigual. Muchos han sido víctimas de la soberbia política y la insolvencia sanitaria. En nuestra América y en el mundo desarrollado. Aun así, tras la catástrofe, siempre sobreviene la reconstrucción. En ese proceso, la educación debería figurar entre las tareas primordiales. Más todavía, debería estar a la cabeza de ese proceso. Y la razón es clara: ella es la meta que infunde sentido a todo lo demás. La médula de lo que importa. Lo decisivo, si se piensa en la calidad de personas que debe generar el progreso económico y con las que el progreso tiene que contar si aspira a superar sus constantes contradicciones. La antinomia feroz entre rentabilidad y exclusión. El abismo entre dignidad y pobreza.

 "Un don caracteriza a los maestros: fecundan a quien los trata, lo iluminan" 

 No se trata de ninguna manera de limitarse a dar continuidad a lo que se vio interrumpido por la pandemia. Las soluciones de fondo que exige la educación –un escenario donde se acumulan los fracasos desde hace más de medio siglo– reclaman en la Argentina un cambio radical de orientación; del rumbo que nos llevó a la decadencia. El desafío mayor atañe a la recomposición de esas dos figuras hoy menoscabadas que mencioné al pasar: las del maestro y el alumno. Si ellas no recuperan protagonismo, todo será inútil. Proseguirá la farsa, abundarán los espectros y se profundizará la aniquilación del porvenir. Sobre la figura del maestro recae una responsabilidad indelegable: la de volver a dar vida a la emoción de enseñar y aprender. Sin él, la educación podrá contar eventualmente con recursos objetivos pero no tendrá sustento espiritual. Estas páginas intentan su semblanza, celebran sus rasgos distintivos. La aptitud que lo convierte en timonel de esa travesía fundamental que llamamos educación. 

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 Estoy persuadido: más allá de toda adversidad, los hubo, los hay, los habrá siempre. No abundan, es cierto, pero integran una especie a prueba de extinción. Son, por lo demás, inconfundibles. Un don caracteriza a los maestros: fecundan a quien los trata, lo iluminan. Convocan a sus oyentes a una experiencia mayor: la de ingresar de su mano al campo del saber como acto de autodiscernimiento. Son sembradores de hallazgos. Agudizan el oído, dinamizan la percepción. Promueven perspectivas inusuales. Destronan la costumbre y despiertan el asombro. Arrebatan la palabra a lo convencional y su modo de pensar contagia al discípulo. Le hacen lugar a la disidencia, no la ahogan. No invitan jamás a la polarización: prefieren tender puentes, alentar el intercambio. 

 "No aspira a inscribir a quien lo escucha en un saber que reclama sumisión" 

 Quien descubre que está ante un maestro se redescubre. Por obra de ese hallazgo, él mismo pasa ser otro. Este deslizamiento de la propia identidad desde lo previsible a lo imprevisible sitúa a quien aprende en un suelo inexplorado. Y, una vez en él, el alumno alza vuelo. El maestro disipa la bruma en que hasta allí se vivía. La oscuridad cede con él a una penumbra bienhechora. Penumbra, digo, y no ilusoria claridad plena. Inspirado por quien lo educa, el alumno sostendrá esa afición a la vigilia y la media luz. Aprenderá con él que la intransigencia del prejuicio y la tentación de lo dogmático no dejarán de acecharlo. El maestro transmite, no adoctrina. No aspira a inscribir a quien lo escucha en un saber que reclama sumisión. El maestro no pide acatamiento. La materia que modelada por su voz llega al discípulo preserva ese grado de flexibilidad semántica que incita al alumno a intervenir, a abordar lo que se le dice con su propio parecer. Es así como el acto de aprender se encarna en un compromiso personal. Con ello, el sentido de lo transmitido recibe la impronta de su nuevo intérprete, nuevos matices para su significación. 

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 La estirpe de los maestros es también variada e imprevisible. Se los encuentra donde menos se lo sospecha. Sin embargo, desde quien educa en el orden corporal hasta quien lo hace en el cielo de las altas abstracciones matemáticas, se diría que son uno solo; en todos ellos puede reconocerse un mismo perfil. Me deleité semanas atrás oyendo a Ana Victoria Chaves. En esa ocasión no fue como pianista sino describiendo los atributos de quien fuera su gran maestra. “Mi madre musical”, la llamó. “Elizabeth Westerkamp me enseñó –dijo–, qué era lo que yo debía entregar de mí al piano si quería que él me expresara”. 

 "Hay magisterio en una vieja moneda si se la sabe ver, en la palabra de un tendero, en una lápida remota tanto como en el esplendor de algo nuevo" 

 Hizo una pausa prolongada. Ana buscaba, en el silencio conmovido que la embargó, a qué darle prioridad en la semblanza de esa gran artista que lo era también en la enseñanza. “Elizabeth modeló mis movimientos. Me abrió las puertas de la naturalidad. Y me reveló el parentesco posible entre esa naturalidad y la obtención del sonido. Liberó mis manos de excesos. Sus gestos eran una conjunción perfecta de suavidad y firmeza. Su elocuencia estaba allí, en esos gestos. Sentada a mi lado, tomaba mis dedos entre los suyos y los conducía sobre cada nota como si me enseñara a pronunciar cada letra de cada palabra. Luego, suavemente, apartaba sus manos de las mías dejándome ir, confiada en que yo sabría hacer brotar el sonido que debía escucharse: límpido, sin impurezas. A todos sus alumnos nos estimulaba para que buscáramos y reconociéramos nuestra singularidad. La suya era una invitación a ser único”. El maestro no es privativo del aula. Tampoco alguien a quien corresponde identificar únicamente como un pedagogo profesional. Si se lo puede encontrar en una escuela o en una facultad, nada asegura que no se dé con él en boca de alguien con quien nos cruzamos en una calle o en un taller mecánico. Y su magisterio puede abarcar tanto semanas, meses o años como un solo y luminoso instante. De igual modo, es múltiple y variada su ubicación temporal. Puede irrumpir en una partitura del siglo XVI, en una talla de madera medieval o en una página de Franz Kafka. Hay magisterio en una vieja moneda si se la sabe ver, en la palabra de un tendero, en una lápida remota tanto como en el esplendor de algo nuevo. 

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 El maestro es un alquimista. Y también, un hechizado que hechiza. Si es suya la facultad de cautivar, es porque también se deja ver como cautivado por lo que transmite, urgido por compartir su íntima vibración. No habla sobre sino desde lo que comunica. Al escucharlo se advierte que se está ante alguien que da qué pensar y lo da literalmente. Es suyo lo conjetural, lo dilemático, los planteos que se aventuran más allá de lo asentado; la palabra donde confluyen la precisión y esa indispensable cautela al interpretar lo complejo. Atento siempre a la percepción de aquel o aquellos a quienes se dirige, se brinda en la misma medida en que pide entrega. 

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 Ofelia se llamaba. La contundencia de su paso, al ingresar al aula, anticipaba ese apego al rigor que era tan suyo y la fortaleza de un carácter que parecía hecho a prueba de adversidades. Le debo la emoción de empezar a aprender lo que a ella la enamoraba enseñar: Historia Moderna. Corrían los años 60. En la profesora Ofelia descubrí al primero de mis maestros. La ocasión en que me lo reveló sigue siendo inolvidable. Llamándome a exponer, me pidió que lo hiciera sobre el “Tercer Estado” en la Francia monárquica. Y de inmediato agregó sonriendo: “Y no olvides que yo ya lo sé.” El impacto que me produjo esa advertencia fue crucial, un deslumbramiento, una conmoción. Severa, por un lado, era a la vez una invitación a proceder con libertad, a que me arriesgara a dar a conocer mi opinión sobre el tema propuesto. Me incitaba a no ser el eco de su palabra, reclamaba mi presencia. Que le hiciera saber qué destino había corrido en mí lo que ella, con tanto empeño, había brindado. Aún no había descubierto a Sócrates. Y, sin embargo, ya lo tenía ante mí. 

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 Nada más alejado del maestro que la vehemencia de una prédica o la promoción de una ideología. El arte de la transmisión nada tiene que ver con esa presunción empecinada en creer y hacer creer que se cuenta con un saber invicto, impermeable al error, a salvo de la duda y poseedor jactancioso de un diagnóstico y de un pronóstico acabados sobre lo que somos, lo que sucede, lo que fuimos y lo que sucederá. Así concebida, la verdad no es más que una presa a la que se la exhibe enjaulada. Reverso absoluto del ideólogo, el maestro enseña a desconocer. Mediante diferentes formas de aproximación a su tema, reconfigura su semblante sin terminar de dar su esbozo por concluido. Así lo exige el carácter insuficiente de todo saber fecundo, no maniatado por el dogma ni el prejuicio y consciente de que lenguaje y realidad siempre se aproximarán sin alcanzarse nunca. Los hechos se acomodan a diferentes lecturas sin que ninguna les baste para dar por agotada en ella su significación. Por eso entre esas lecturas las más ricas son las que saben abrirse a la comprensión de su propia insuficiencia. 

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 Nicolas Malebranche, teólogo y filósofo cuya vida transcurrió entre 1638 y 1715, encabezó con el epígrafe que sigue las páginas de su Búsqueda de la verdad: “Le debo al Señor Descartes o a su manera de filosofar los sentimientos que opongo a los suyos y la osadía de discutirlos”. ¿Qué mejor caracterización que esta para dar a conocer el perfil de un buen alumno? La deuda que se contrae con un maestro no se paga jamás con subordinación a su enseñanza. El provecho rendido por sus ideas se deja reconocer siempre en la irrupción de ideas propias. Martin Heidegger dedica Ser y tiempo a Edmund Husserl, el pensador que inspiró su palabra y le dio sustento. Pero en él la gratitud no se manifiesta como acatamiento sino como discusión radical de su concepción de la fenomenología. Pocos a su turno reconsideraron con la acuidad de Karl Löwitz y Emmanuel Levinas el alcance de la obra de Heidegger. No por eso uno y otro dejaron de concebir al autor de Qué significa pensar como el filósofo decisivo del siglo XX. Y no es otra la razón por la que Goethe escribió, mucho antes, que solo sabe heredar quien transforma lo recibido. 

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 La plasticidad pedagógica del maestro hunde sus raíces, por supuesto, en un temperamento personal. Pero lo hace, además y necesariamente, asentada en un concepto de la transmisión que se convierte en brújula orientadora de su vocación. Quizá sea este el atributo intelectual decisivo de quien, al comunicar su enseñanza, sabe sembrar libertad interpretativa, apego a un intercambio que infunde otro valor que el convencional a quienes se reúnen para estudiar. Por obra de ese encuentro ambos, maestro y alumno, establecen una interdependencia hasta entonces desconocida: la que se funda en la puesta en juego de la propia subjetividad. El maestro es el celebrante de un rito singular. Opera sobre sus discípulos mediante aquello mismo que a él lo convierte en quien es. Es así como la alegría de aprender se convierte en la alegría de transmitir. De este modo se interna en el corazón de sus oyentes hasta hacer de ellos interlocutores. Habitante de sus ideas, el maestro promueve en quienes lo escuchan, esa misma necesidad de protagonizar plenamente lo que se dice. Un verso, una sentencia, una frase musical, una fórmula matemática: todo aquello a lo que remite proviene de un saber previamente metabolizado por su sensibilidad. Hace tiempo escribió Arthur Koestler: “Todos combatimos con solo media verdad contra una mentira entera.” Si de veras el maestro educa es porque sabe eludir una y otra vez el espejismo de lo inequívoco, esa ilusión que aspira a concebirse como certeza. Su fe en el papel que juega la interpretación proviene del valor que le adjudica como estímulo en el desarrollo del conocimiento personal. Es en ese punto donde comulgan, sin confundirse nunca, algo de la verdad que se busca y mucho de la sensibilidad que el maestro anhela fortalecer en quien aprende.

 Fuente:https://www.lanacion.com.ar/ideas/el-maestro-debe-volver-a-ocupar-el-centro-de-la-educacion-argentina-nid11092021/

Tuesday, May 25, 2021

25 de MAYO-¡VIVA LA PATRIA!

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                          25 de MAYO-¡VIVA LA PATRIA!

 

¡Muchas gracias Padre Sergio por su reflexión y acertadas palabras! C.M.


 Fuente: Mensaje del Padre Sergio S. párroco del Santísimo Redentor.

Triste correlato de una decadencia idiomática

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 Triste correlato de una decadencia idiomática 

 Cuando la grandeza del idioma se pierde, se ingresa en un terreno de pobreza intelectual colectiva en la que se expande la más pobre de las uniformidades 

 25 de Mayo de 2021
El lenguaje es una capacidad propia de los seres humanos; un conjunto de símbolos que nos permite expresarnos y comunicarnos. Más de 500 millones de personas compartimos el español como idioma, rica expresión viva y cambiante de una unidad en la diversidad de orígenes, costumbres y culturas. La digitalización y la globalización nos han conducido a una mayor internacionalización del idioma, con extranjerismos que se han incorporado a nuestra comunicación cotidiana. 

En el territorio de la inmediatez vertiginosa que transitamos, el lenguaje escrito se ha visto también recortado, inundado de abreviaturas que supuestamente permiten mantener el ritmo de los tiempos a costa de también acotar severamente la riqueza y la grandeza de las palabras, reduciendo el vocabulario de manera drástica, cuando no penosa. Sin duda, son los más jóvenes quienes encarnan estas nuevas tendencias y somos los mayores quienes podemos horrorizarnos ante su ortografía tanto como ante su pobreza de vocabulario, limitada apenas a un promedio de mil o mil quinientas palabras en muchos casos. Cuando el terreno de la imagen gana espacios y marca otros ritmos, el hábito de la lectura también retrocede. 

Todo parece contribuir a una simplificación de la expresión que desactiva matices y colores, y que conduce a una uniformidad capaz de suprimir el enorme y riquísimo bagaje que solo brindan las diferencias. Pretende también reducirse, incluso, a unos cuantos emojis para expresar las emociones más complejas. El proceso de empobrecimiento del lenguaje no es inocuo en tanto es expresión de las ideas y los pensamientos de la humanidad. Un estudio realizado hace ya unos años por economistas noruegos señalaba que, así como los tests de inteligencia fueron alcanzando mejores resultados a lo largo del siglo XX, en lo que se denominó el efecto Flynn –por James Flynn, investigador neozelandés–, los últimos resultados revelaban que el cociente intelectual de los jóvenes en los países desarrollados había comenzado a estancarse e incluso a disminuir, atribuyendo este efecto Flynn negativo a causas ambientales. 

 Ser capaces de leer, de ampliar nuestra mirada y nuestros pensamientos, de abrirnos a razonamientos más complejos es liberador, aunque sin duda pueda resultar molesto y desestabilizante para el dictador de turno Muchos consideraron insensatas y simplistas aquellas conclusiones, nacidas de pruebas de aritmética y vocabulario que no medían capacidad de razonamiento, por ejemplo, y muy distintas según se considerara el continente europeo o América Latina y África, donde aún queda un buen margen de mejora posible. El propio Flynn reconoce que “los ciudadanos adultos necesitan tanto inteligencia como conocimiento para ser críticos con sus gobernantes”. El profesor francés Christophe Clavé analizó más recientemente el efecto de la degradación del lenguaje: “El coeficiente intelectual medio de la población mundial, que desde la posguerra hasta finales de los años 90 siempre había aumentado, está disminuyendo en los últimos veinte años [...] 

El empobrecimiento del lenguaje puede ser uno de los factores más importantes de este retroceso”. Agregó que “quienes afirman la necesidad de simplificar la ortografía, abolir los géneros, los tiempos, los matices, o sea todo lo que crea complejidad, son los verdaderos artífices del empobrecimiento de la mente humana”. Una menor capacidad para expresar las emociones se condice asimismo con menor posibilidad de elaborar un pensamiento. Clavé afirma que se ha demostrado que parte de la violencia en la esfera pública y privada proviene directamente de la incapacidad de describir las emociones a través de las palabras. Una tan interesante como razonable observación. Cuando no se puede poner en palabras una emoción, se la actúa con el cuerpo.

 Cuando la grandeza del idioma se pierde, se ingresa en un terreno de pobreza intelectual colectiva en la que la uniformidad se expande. Es también en este contexto que suena ridículamente disparatada la excesiva preocupación por imponer particularidades “inclusivas” que no pueden integrarse forzosamente en un cuerpo vivo como la lengua, mientras simultáneamente se la empobrece cada día más. “¿Cómo se puede construir un pensamiento hipotético-deductivo sin el uso de un verbo condicional? ¿Cómo se puede considerar el futuro sin una conjugación en el futuro?”, reflexionaba Clavé y acentuaba el peso que limita el pensamiento al aquí y ahora, anulando proyecciones. Como en otros campos, nivelar hacia abajo desalienta el esfuerzo y el desarrollo de las personas. 

En ese sentido, ya conocemos la opinión del presidente Alberto Fernández sobre el mérito. Renunciar a continuar esforzándonos por brindar más y mejor educación es también una forma de alinearnos en ese mundo de pensamientos flacos, con pocas palabras y, por ende, cada vez más desprovisto de capacidades críticas. Un soberano sin instrucción es terreno fértil para la instalación de una corriente única de pensamiento cuando desactiva cualquier mirada independiente que pretenda sonar discordante. Los ciudadanos se vuelven así más fácilmente manipulables: a los autoritarios les conviene obstaculizar el pensamiento para anular cualquier crítica.

 Ser capaces de leer, de ampliar nuestra mirada y nuestros pensamientos, de abrirnos a razonamientos más complejos, es francamente liberador, aunque sin duda pueda resultar molesto y desestabilizante para el dictador de turno. En la educación está el verdadero germen de la libertad, capaz de sacarnos de una mediocridad fácilmente doblegable y de contribuir a la defensa de nuestros derechos. La educación es una garantía insustituible de equidad y progreso en libertad para cualquier sociedad.

 Fuente:https://www.lanacion.com.ar/editoriales/triste-correlato-de-una-decadencia-idiomatica-nid25052021/

Sunday, May 23, 2021

Editoriales- Opinión- Por el cambio político o la inviabilidad del país

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 Editoriales

 Opinión

 Por el cambio político o la inviabilidad del país 

 Urge la búsqueda de consensos básicos, de propuestas concertadas para planificar de una buena vez la salida de esta desgastante endemia política 

 23 de Mayo de 2021 

 Desde hace casi ocho décadas, es un lugar común advertir que la persistencia del populismo condena al país a la decadencia. El hecho de que quienes gobiernan hayan desoído sistemáticamente la advertencia sugiere tres hipótesis: una incapacidad asombrosa de aprendizaje individual y colectivo, la existencia de fuertes restricciones políticas (eufemismo para describir la presión de grupos dominantes que se benefician a corto plazo del statu quo) o una combinación de ambas y, la más grave, un fenómeno por el cual configuramos una sociedad que ha ido perdiendo con vistas al futuro el sentido y orientación de su destino como Nación. Si en el desarrollo de la personalidad humana concurren factores de consideración moral y de superación por el esfuerzo, por el estudio, por el ahorro, ¿por qué habría de ser distinto en el desenvolvimiento de las comunidades nacionales y por qué habría de ser admisible la disipación de recursos, la corrupción en el manejo de los negocios públicos, el desinterés por las razones que fundamentan la prosperidad visible de otras naciones y el desdén por el orden y la disciplina más elementales? 

 Hay quienes consideran que la Argentina va camino a convertirse en un corto plazo en Estado fallido, colapsado (failed state) o inviable. ¿No lo sienten así quienes dejan de apuro el país para abrirse nuevos horizontes en otras partes del mundo? Esto ocurre cuando un gobierno pierde el control o el monopolio del uso de la fuerza dentro de su territorio, sufre la gravísima erosión de su autoridad legítima para tomar decisiones, es incapaz de asegurar servicios públicos esenciales –en salud, educación, justicia, defensa– y de interactuar con otros Estados como miembro de pleno derecho de la comunidad internacional. La ciencia política concibe una categoría previa a la de Estado fallido, que es la de Estado vulnerable. Esta categoría se caracteriza por niveles crecientes de pobreza, venalidad, inflación y cierre de la economía, acompañados por un estancamiento persistente de su desarrollo. A eso se agrega la marcada erosión de la autoridad y el poder del Estado para actuar en la totalidad del territorio en relación con fuerzas desafiantes, como las del narcotráfico o las de quienes usurpan la propiedad pública y privada sin que los gobiernos atinen, u opten voluntariamente, por no reprimirlos con eficiencia inmediata.

 Frente a crisis de vigor excepcional un Estado vulnerable puede convertirse en Estado fallido. La crisis del Covid-19 ha afectado a todo el mundo. Desde el punto de vista puramente económico, el impacto fue más fuerte en promedio en los países ricos, pero también la recuperación ha sido en ellos veloz merced a campañas denodadas de vacunación y a paquetes de asistencia gubernamental de magnitud inédita. La Argentina se ha destacado en ese tiempo por un mediocre desempeño en el área de la salud y el desaire sufrido reiteradas veces por sus autoridades a raíz de la imprudencia de compararse con otros países, a partir de datos no debidamente probados. Sobre ese fondo se han acentuado los rasgos infortunados de la situación económica nacional y proliferado la comisión de errores, incluso de los que ya se registraron en el pasado cercano, como el cierre temporario para la exportación de carnes. Al menos figurativamente, la evolución de la sociedad argentina en las últimas ocho décadas se parece más a la de las víctimas del Ling Chi o “la muerte de los mil cortes” que a cualquier categoría de la ciencia política. Esta forma de tortura y ejecución fue utilizada en China y otros países del sudeste asiático hasta principios del siglo XX para castigar a quienes cometían crímenes abominables.

 El Ling Chi requiere que el verdugo, provisto de un cuchillo bien afilado, corte con precisión minuciosa distintas partes del cuerpo de la víctima durante un período prolongado. Difícil imaginar un castigo más cruel y una muerte más horrenda. Al igual que las víctimas del Ling Chi, la sociedad argentina ve cómo el populismo va amenguando en sucesivos trozados la vitalidad del conjunto. Sin embargo, parece anestesiada, acaso por la habitualidad en la decadencia, respecto de un empobrecimiento que apenas se palia, lejos de la dignidad del trabajo, con la dádiva de recursos públicos dispensados por una política errática. Nos negamos a aceptar que la Argentina esté predestinada a la decadencia. Nadie debe callar el llamamiento a reaccionar en las urnas frente a políticas que nos han situado en múltiples rubros –transparencia, inflación, pobreza, niveles básicos de aprendizaje escolar de nuestros adolescentes– en los renglones menos calificados en la comparación internacional. Nunca es demasiado tarde para corregir tan indeseable rumbo, acentuado desde la malhadada década de los setenta. 

Disponemos de recursos humanos de talento, ingenio y habilidades profesionales en múltiples disciplinas. En medicina, en ciencias básicas, en artes, en producción agropecuaria; en fin, en dominio, creatividad e innovación en las tecnologías del conocimiento. Debemos estimularlos en vez de producir el desaliento que confunde e impele a actores de valía a dejar el país. Los partidos de la oposición mal pueden, ante este estado de cosas, distraerse en conflictos internos. Cabe exigir de ellos que acuerden un programa de gobierno, tan ausente hasta aquí como en el asombroso vacío gubernamental en materia económica al cabo de un año y medio de gestión. Urge la recreación de una ilusión política confiable en medio de esta anomia que se prolonga hasta la extenuación de los mejores esfuerzos. Urge la búsqueda de consensos básicos, de propuestas concertadas para encontrar la salida a esta endemia política desgastante. No se encontrará la salida de este cuadro con la segmentación de fuerzas, sino en la consolidación de impostergables alianzas que sirvan mucho más que para la competencia electoral: que trasciendan la gobernanza de un país hoy desorientado, para iluminar y animar a la sociedad con nuevas y fructíferas ideas. 

 Fuente:https://www.lanacion.com.ar/editoriales/por-el-cambio-politico-o-la-inviabilidad-del-pais-nid23052021/

Humor Político- Gobernar es vacunar, por Alejandro Borensztein

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 Humor Político

 Gobernar es vacunar 

 Alejandro Borensztein 

 Estamos en el puesto 62 en vacunación a nivel mundial, que compartimos con Tonga. A nuestro estadista de la Rosada lo traiciona ese vendedor de autos usados que lleva adentro.

 22/05/2021 

 Antes que nada, queremos llevar tranquilidad a todos los países que compran nuestros productos y que están preocupados por la decisión del Gobierno argentino de prohibir la exportación de carne. Calma. Sepa el mundo que lo que Argentina no les venda se lo van a terminar despachando, con todo gusto, los uruguayos, los paraguayos y los brasileños. Está todo previsto. La promesa electoral kirchnerista de asegurar el asado en cada mesa familiar está garantizada, por lo menos en la mesa de las familias alemanas, francesas o noruegas. Acá, por ahora, te la debo. En el fondo, la decisión del Gobierno es coherente: no exportamos producción vacuna así como tampoco importamos producción de vacunas. Chiste tonto, pero dramáticamente cierto.

 Como todo el mundo sabe, el Gobierno ha demostrado ser muy exitoso en una amplia variedad de asuntos que ahora no tenemos tiempo de enumerar. Obviamente, no es el caso de la vacunación. Sin embargo, a toda hora vemos por televisión a funcionarios y militantes kirchneristas elogiando el plan de vacunación argumentando que la Argentina está en el puesto Nº 20 del mundo en cantidad de personas vacunadas. Lo dice cualquier gil, incluyendo funcionarios oficiales. Ojalá ocupáramos el puesto Nº 20, pero la realidad es muy distinta. Veamos. En el minuto a minuto de la vacunación mundial, al día de ayer, la Argentina ocupaba exactamente el puesto Nº 62 del mundo, según el reporte de vacunación global del New York Times que es uno de los más completos y serios. 

 Considerando que en este torneo compiten 179 países, estar en el puesto 62 no es tan grave. Pero no es lo mismo decir que estamos entre los 20 primeros que andar penando en mitad de tabla. No da para fanfarronear. Para más datos, Argentina aplicó 23 dosis cada 100 habitantes (así se mide la vacunación para comparar países). El 18% de los argentinos recibió una dosis y sólo el 5% tiene las dos. Eso te da las 23 dosis cada 100 habitantes. Compartimos el puesto 62 con Tonga pero nosotros estamos arriba de ellos porque a igualdad de puntos (jeringazos) gana el que tiene mayor cantidad de segundas dosis aplicadas (nosotros 5% y ellos 2%) Argentina está un jeringazo arriba de Camboya que tiene 22 y uno debajo de El Salvador que tiene 24. 

Los culorotos de Brasil están arriba nuestro pero los tenemos a tiro: metieron 27 pinchazos, sólo 4 más que nosotros. Tienen 18% con primera dosis y 9% con dos. Uruguay se nos escapó con 72 dosis, más del triple que Argentina. El 44% de los uruguayos ya recibió la primera y el 28% tiene las dos. Chile pelea el campeonato allá arriba con 90 jeringazos (50% con una dosis y 40% con dos). Los chilenos superan al Reino Unido (88) y a EE.UU. (84). Entre los dos punteros (Israel y los Emiratos Árabes) y la Argentina, hay 60 países que están arriba nuestro y no 18 como dice la militancia embriagada. Uno entiende que le quieran poner garra a la propaganda pero tampoco es para andar diciendo pavadas. Entre tantos países que nos superan hay de todo: desde Mongolia a Grecia y desde Arabia Saudita a Polonia, solo por nombrar algunos de los gobiernos de científicos que vienen vacunando mucho mejor que nosotros.

 Como ve, amigo lector, es un poco agotador tener que poner negro sobre blanco cuando hablamos de datos duros, pero a veces no queda más remedio. Después de 18 años de kirchnerismo, la refutación de impostores es una especialidad de la casa. Toda esta aclaración es importante, no sea cosa que los cráneos del Gobierno terminen imponiendo la idea de que vacunamos bien y armen un nuevo relato, como hicieron con tantos otros temas como, por ejemplo, la defensa de los DD.HH. No nos olvidemos que quienes hoy presiden nuestro país son los mismos que participaron del gobierno que indultó a Videla y Massera. No sé a usted, amigo lector, pero a mí me encanta recordar este detallecito de la historia cada vez que se presenta la oportunidad. 

Y la verdad es que se presenta muy a menudo. Ya que estamos en tema, digamos que esta pirueta con los DD.HH. marida muy bien con la pirueta del Memorándum con Irán, definido por Alberto en 2015 como “un plan presidencial de encubrimiento a los autores del atentado” (textual) agregando que la prueba irrefutable era el propio texto del acuerdo. En julio de 2020 se avivó y se dio cuenta de que le convenía más decir que el Memorándum fue “un intento de encontrar una solución”. También es lindo recordar este temita del pasado porque explica buena parte del presente. El postre de este menú degustación podría ser la manera en que Alberto y Cristina maltrataron a Bergoglio entre 2003 y 2013, antes de que se transformara en Francisco y antes de que ellos pegaran aquella voltereta inolvidable. Podríamos pasarnos el día recordando grandes hitos que humillan a esta gente, pero mejor seamos piadosos. Es domingo.

 Volviendo al punto, nadie les reclamaría demasiado si no hubiera sido que anunciaron con bombos heroicos y platillos triunfales, millones de vacunas que llegarían entre diciembre y enero y que recién ahora empezaron a llegar, aproximadamente 15.000 muertos después. Evidentemente, a nuestro estadista de la Rosada, siempre lo traiciona ese vendedor de autos usados que lleva adentro. Para colmo, las primeras vacunas que llegaron se las aplicaron de canuto a Zannini, Moyano y Verbitsky entre otros esenciales estratégicos. Luego arrancaron con los vulgares ciudadanos. Acá es el momento de recordar que todavía hay médicos y enfermeros que no fueron vacunados. Esta frase la vamos a poner todos los domingos hasta que el último personal de salud reciba su respectiva dosis. Sin embargo, después del discurso por cadena nacional del “presidente”, deberíamos estar más tranquilos.

 Anunció vacunas, señaló a culpables, explicó que él sabía lo que iba a pasar, contó con el dedito en alto cuánto nos cuida y dijo que todo se va a resolver pronto porque él agarró el teléfono e hizo tres llamadas muy importantes. Dijo que habló personalmente con Putin, con Xi Jinping y textualmente agregó “hablé con mi gran amigo López Obrador”. Solo faltó que dijera: “y en cuanto López Obrador escuchó mi voz, me reconoció al toque y de la emoción, sacó una pistola, disparó unos tiros al aire, llamó a unos mariachis, se clavó un tequila y me dijo… ¡como le va amigo Tato! ¿Qué puedo hacer por usted?”. El “presidente” también destacó que la mayoría de los argentinos han sido obedientes de las normas que impone el Covid, y luego agregó textualmente: “Pero lamentablemente hay una minoría que incumple y genera un aumento en la transmisión del virus”. Le faltó explicar que esa minoría que incumple está liderada por él mismo, que violó todas los protocolos del Covid como venimos viendo desde que empezó la pandemia. 

Encuentros sin barbijo, velorios, Semana Santa, asados familiares con los Moyano, con Insfrán, abrazos con cuanto militante se le cruzó, cenas multitudinarias con Evo Morales y tantos otros episodios que vimos por televisión. De hecho, es el único gran estadista que se pegó el bicho después de haberse clavado dos Sputnik, y luego dijo que no entendió cómo se lo agarró. En realidad, se entendió perfecto. Ni hablar de su Vicepresidenta que es la única argentina que anda por la vida sin barbijo en lugares cerrados como, por ejemplo, el Congreso Nacional. Alguien debería explicarle que el barbijo es para proteger al prójimo. La Patria es el otro. La única vez que se la vio con barbijo fue hace poco en el acto de Ensenada. Era al aire libre. Gobernar es poblar dijo Juan Bautista Alberdi hace 150 años. Hoy, en 2021, gobernar es vacunar. O sea, nos gobiernan poquito y mal. 

O lo que es peor, nos gobierna esa “pequeña minoría que incumple y genera el aumento en la transmisión del virus”. Es obvio que la vacunación no es el fuerte de este gobierno.

 Están demasiado ocupados tratando de remover al procurador general. Siempre en lo importante.

 Fuente:https://www.clarin.com/opinion/gobernar-vacunar_0_8W4DE7M8z.html

Saturday, May 22, 2021

Francisco. Las ideas en las que el Papa, en su juventud, formó su pensamiento, por Marcelo Gioffré

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 Francisco. Las ideas en las que el Papa, en su juventud, formó su pensamiento

 Enfoques ligados a la “teología de la liberación” y su paso por el peronismo de Guardia de Hierro signaron la perspectiva con la que, desde Roma, Bergoglio mira los conflictos del mundo

 22 de Mayo de 2021

 Marcelo Gioffré

 
El Papa, el domingo último, después de una Misa Especial por el pueblo de Myanmar, donde se impuso un golpe de estado REMO CASILLI/AP - Reuters Pool

 Juan Carlos Scannone nos había citado a las cinco de la tarde en el Colegio Máximo de San Miguel, el lugar donde vivía y trabajaba desde hacía varias décadas. Allí había realizado en 1971 unas famosas jornadas de filosofía en las que, junto al tan genial como extravagante Enrique Dussel, desarrolló lo que dio en llamarse filosofía de la liberación, una rama de la teología de la liberación. A esas jornadas asistían desde Víctor Massuh y Augusto Roa Bastos hasta Lucio Gera (que “siempre andaba con problemas de columna”, cuenta) y una mujer cuyo nombre hay que retener porque es decisiva en la cosmovisión de Jorge Bergoglio: Amelia Podetti. La reciente entrevista del presidente Alberto Fernández en el Vaticano, breve y protocolar, y la neutralidad de mero go between que adoptó el Papa entre el ministro Martín Guzmán y la jefa del FMI, Kristalina Georgieva, representan una buena oportunidad para sondear en las fuentes en las que Francisco moldeó su pensamiento. 

 Aquella tarde, en las dos horas largas que duró la charla, Scannone nos introdujo en el clima de época que reinaba entre teólogos y filósofos católicos cuando discutían apasionadamente sobre religión y marxismo. Bergoglio vivió en ese Colegio Máximo durante casi una década. Llegó a ser rector y entabló con Scannone una amistad muy estrecha, a punto tal que cuando fue nombrado Papa lo convocó a Roma para que escribiera en el periódico La Civiltà Cattolica, un órgano de difusión jesuita. Scannone y ese edificio nacieron en el mismo año: 1931. Ladrillo a la vista, arcos de medio punto en puertas y ventanas, arquitectura abovedada, paredes anchísimas y recovas con columnatas que reparan del sol y que se abren a enormes jardines. Ese día fue la primera y última vez que lo vi; tres años después, en 2019, murió. Octogenario, bajito, calvo, de cara regordeta, usaba unos anteojos negros a través de los cuales asomaba una sonrisa calibrada. Con Juan José Sebreli, en cambio, se conocían de niños, de los años 40, cuando ambos asistían al Colegio Normal Mariano Acosta. 

No por casualidad se habían hecho amigos y compañeros de banco: a diferencia de Bergoglio, a ninguno de los dos les gustaba el fútbol, lo que en un colegio de varones constituía una invitación al bulliyng, una suerte de capitis deminutio. Los imaginé de adolescentes, filosofando bajo los frescos renacentistas de Narazero Orlandi que adornaban los techos del colegio; y los vi en ese momento, caminando lentamente por el jardín de San Miguel. “Estás más gordo”, le dijo Sebreli, con la sinceridad brutal que lo caracteriza. “Y vos más flaco”, contestó Scannone, como un tenista que responde con un passing shot fulminante. Nos ubicamos en una habitación austera: sillas muy sencillas, una mesita, paredes pintadas a la cal, muros gruesos que no alcanzaban a amortiguar el calor de esa tarde de enero. Casi no corría viento. “Tendrás un vasito de agua, si no es molestia”, clamó Sebreli. Luego de varias dudas llegaron tres vasitos plásticos pequeños con agua de la canilla. Scannone se había doctorado en Múnich y había vivido la fiesta de una Europa en ebullición, donde solía codearse con Ratzinger y Lévinas. “Yo volví en noviembre del 67, Bergoglio estaba estudiando teología y se ordenó en diciembre”, nos cuenta. 

“Como yo había sido su profesor de griego fui a la primera misa que hizo, en una capilla en un colegio de religiosas por Flores, y allí me encuentro a dos primas mías. Le pregunto a una ‘qué hacés vos acá’, e increíblemente me dice que había sido su maestra de primer grado”. Parece hurgar en su memoria cuando le preguntamos por los libros que leía Bergoglio. Menciona Diario espiritual, de san Ignacio; El amo del mundo, una novelita de Robert Benson; Los novios, de Manzoni. Hasta que súbitamente cita un título tan desconocido como crucial: La oposición polar, de Romano Guardini. Scannone pronuncia el título en alemán y hace una larga disquisición sobre la traducción. El leimotiv de ese libro es la oposición: arriba/abajo, varón/mujer, izquierda/derecha, norte/sur, divino/humano. No es contraste, que sería luz/sombra. Tampoco es contradicción, que sería sí/no. Los términos no se contradicen como tesis y antítesis en Hegel, solo se oponen. 

No se excluyen porque quedan siempre en tensión, no hay síntesis. Es una manera alternativa y contraria a la dialéctica hegelo-marxista: cada cual permanece abroquelado en su lugar. En esta cosmovisión, la síntesis hegeliana violentaría la alteridad porque, en la fusión, siempre habría fagocitación y lápida. Por eso propone que en los conflictos no haya dialéctica sino un simple contacto.

 Un mero contacto 

 Esta tesis ha tenido implicancias evidentes en un lote de gestos performáticos del Papa. Se inscriben en ese registro el encuentro para rezar juntos con el líder palestino Mahmoud Abbas y el presidente israelí Shimon Peres y el abrazo con el rabino Abraham Skorda y el musulmán Omar Abboud frente al muro de los lamentos. Cada uno preservaba su individualidad, no había contienda ni comunicación auténtica, sino meramente un contacto al cabo del cual cada uno volvía a su mundo. Gestos. Resultado: a los pocos días palestinos e israelíes se olvidaban del encuentro y estaban nuevamente a los tiros. 

 Más peligrosa aún fue la aplicación de esta filosofía en las tratativas del Papa con Venezuela, al insistir con una salida pacífica que respetara tanto a los disidentes como a Maduro. Resultado: la dictadura continúa y se agrava, con su secuela catastrófica de miles de muertos y exiliados. Si desde una perspectiva abstracta es verdad que todas las opiniones gozan a priori de una presunción de validez, y por lo tanto no correspondería que fueran violentadas ni suprimidas, en la práctica esta tesis de Guardini lleva a un inevitable relativismo paralizador. ¿Qué ocurre cuando, ante el avance de un Hitler o un Stalin, no me defino como una antítesis clara y contenciosa y permito que avancen los enemigos de la libertad? ¿No me convierto acaso en cómplice? Pero Guardini se ensambla con el deslumbramiento que Amelia Podetti ejerció sobre Bergoglio. Esta mujer, que podría definirse como una hegelo-peronista, fue crucial en las llamadas Cátedras Nacionales y la intelectual de más peso en el grupo Guardia de Hierro. Dos hechos confirman ese influjo. El primero: Bergoglio prologó en 2007 un libro póstumo de Podetti; el segundo: según nos dijo Julio Bárbaro una tarde en el viejo Hotel Plaza, Bergoglio le entregó la Universidad del Salvador a las Cátedras Nacionales. 

 Periferia de la periferia

 Sebreli evoca ante su excompañero de colegio una anécdota protohistórica: “Vos me llevaste a una manifestación de juventudes católicas, yo en esa época iba a todos lados. Estábamos parados y pasa una chica un poco mayor que nosotros. Me impresionó sin saber quién era porque hablaba con fanatismo, se ponía colorada, con muy buena oratoria, parecía una predicadora. Muchos años después, cuando ya era conocida y vino a mi casa a través de una amiga en común, me di cuenta de que aquella muchacha enardecida era Amelia Podetti”. Scannone replica con otra anécdota, no menos esclarecedora. Cuando el Papa lo convocó a Roma fue para que escribiera en el periódico jesuita, lo primero que hizo fue pedirle una audiencia. Ese encuentro fue en Santa Marta y Bergoglio le dijo que cuando fue ungido Papa y salió al balcón no tenía nada preparado. La “improvisación” fue sin embargo calculada cuando dijo “Vengo del fin del mundo”. El viejo teólogo sintió que la frase le caía como anillo al dedo: justamente, entre los temas que tenía para proponerle estaba el de que la realidad se ve mejor desde la periferia que desde el centro. Desde Tierra del Fuego se ve mejor el mundo que desde Europa. Desde las villas se ve todo Buenos Aires, en cambio desde la catedral o desde Barrio Norte se ve poco y nada. La frase “Vengo del fin del mundo”, un detalle aparentemente geográfico e inofensivo, adquiere así una semántica crucial, como un guante que antes del crimen había pasado inadvertido pero que, a posteriori, cobra un sentido dentro de la pesquisa. Scannone toma un sorbo de agua y remata: “Bergoglio entonces me dice: ‘¿Sabés de dónde saqué yo ese tema? De Amelia Podetti’”.
Entre 1967 y 1970, Jorge Bergoglio cursó estudios de teología en la Facultad de Teología del Colegio Máximo de San José, en el Partido de San Miguel. Allí recibió las enseñanzas del teólogo jesuita Juan Carlos Scannone, uno de los exponentes de la llamada teología del pueblo. AP - El Salvador School

 La periferia y el centro. ¿Era un elogio de las culturas marginales? A regañadientes, el viejo teólogo lo admite: “De alguna manera, sí”. Podetti decía que con el descubrimiento de América recién se tiene la idea de “mundo”. Según ella, América había sido preparada por la historia para cumplir una misión esencial. En la combustión entre Guardini y Podetti hay una operación de doble pinza contra el eurocentrismo: congelar la imagen con Guardini y otorgar a América Latina un predominio secreto con Podetti. Por eso Sebreli define a Bergoglio diciendo que es “el maquiavélico Ignacio de Loyola travestido en el dulce Francisco de Asís”. A los jesuitas les gusta jugar en política, y si es con las cartas marcadas mejor. Lo supo el arduo Carlos III en 1767, que los expulsó por intrigantes de la península y de las colonias españolas, luego del motín de Esquilache. Pero Podetti estudió en París, Scannone en Alemania y Bergoglio vive en Roma, los libros que leyeron y que los conmovieron son casi todos de autores tan europeos como sus propios apellidos. 

De modo que Europa es su capital simbólico, mal que les pese. Esa utopía latinoamericanista se respaldaba en que Europa se había mercantilizado, era consumista, egoísta y oligárquica; en síntesis, se había alejado de Cristo, mientras que en la “virgen” Latinoamérica, por el contrario, palpitaban la naturaleza, los valores espirituales y el Pueblo (con mayúscula). Los últimos cuarenta años han desmentido a Podetti: mientras Europa, con todos sus defectos, tiene las sociedades más progresistas e igualitarias, donde se alcanzó la inclusión de las minorías, donde primero operó la igualdad de género, donde hay prensa libre, donde los pobres dejan de serlo, en la periferia venerada por Podetti y Bergoglio la corrupción corroe como un tumor todos los planos. Desde el caso Odebrecht a los cuadernos de Centeno, cunden los presidentes procesados y presos. Países enteros como Venezuela o Nicaragua han caído en hecatombes humanitarias. El conurbano bonaerense ha superado ya el 50 % de pobreza. En casi todos estos lugares los débiles son cada vez más débiles. Y la religiosidad de Daniel Ortega, Rafael Correa o Evo Morales no es más que un apolillado conservadurismo.

 Que Podetti incurriera en estos errores en los años 70, cuando hasta Fernando Henrique Cardoso hablaba de dependencia, vaya y pase, pero que el Papa lo repita ya bien entrado el siglo XXI roza lo trágico. Bergoglio está constituido por aquel artefacto intelectual de las Cátedras Nacionales y Guardia de Hierro: una derecha peronista que detestaba el liberalismo pero que tampoco quería adoptar el incómodo marxismo, razón por la cual se refugió en el binarismo pueblo/antipueblo, lo que inevitablemente desembocó en cierta simpatía por el populismo, en el acercamiento a los curas villeros (del padre Mugica al padre Pepe) y en el elogio espiritualista de la marginalidad. Como si ser pobre fuera una virtud. No por nada Juan Grabois, hijo de Roberto “Pajarito” Grabois, un afluente de Guardia de Hierro, es un nexo eficaz con esas barriadas doblemente marginales (por ser lo periférico dentro de un país períferico) en las que Bergoglio atisba el discreto encanto de la pobreza.ß

 Fuente:https://www.lanacion.com.ar/ideas/francisco-las-ideas-en-las-que-el-papa-en-su-juventud-formo-su-pensamiento-nid22052021/

Coronavirus: ¿cómo funcionará el certificado Covid digital de la UE?

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 Coronavirus: ¿cómo funcionará el certificado Covid digital de la UE? 

 Los países del bloque europeo se disponen a lanzar el documento común donde los viajeros deben demostrar que están vacunados, que tienen anticuerpos o un hisopado negativo 

 22 de Mayo de 2021
A partir del 1 de julio será obligatorio demostrar estar libre de infecciones.Archivo

 BRUSELAS.- El certificado Covid europeo entrará en vigencia el 1 de julio para facilitar los viajes dentro de la Unión Europea (UE) pese a la pandemia. Vacunas, tests, inmunidad: ¿cómo funcionará?

 ¿Qué contiene este certificado?

 “El Certificado Covid Digital de la UE”, nombre oficial del pasaporte sanitario, será reconocido en todo el bloque europeo y es gratuito. Hay tres posibilidades: certifica que la persona está vacunada contra el Covid-19, que dio negativo a tests PCR o de antígenos, o que es inmune tras sufrir la enfermedad. Las fechas de validez de las pruebas no están armonizadas, depende de los Estados miembros. Para demostrar que está inmunizada, una persona puede proporcionar una prueba PCR positiva revelando su infección. La duración de la inmunidad es de 180 días máximo, pero los países pueden reducirla. Las pruebas serológicas todavía no son consideradas como muy fiables para certificar inmunidad, pero está previsto evaluarlo en los primeros cuatro meses de aplicación del reglamento.

 ¿Qué vacunas se aceptan?

 
Una manifestación a favor de democratizar las vacunaciones. Europa se dispone a emitir un documento para poder viajar dentro del bloque Alessandra Tarantino - AP 

 Se aceptan las cuatro vacunas aprobadas por la UE: Pfizer/BioNTech, Moderna, AstraZeneca y Johnson&Johnson. No es obligatorio, pero pueden aceptarse -según lo establecido por cada país- personas con vacunas utilizadas en la UE (Sputnik V en Hungría) u homologadas por la OMS (Sinopharm).

 ¿Cómo es el certificado?

 Posee un código QR con una firma electrónica que revela su autenticidad, legible en todos los países de la UE. Puede presentarse a las autoridades competentes en formato digital en ‘smartphone’ o impreso en papel. Los Estados miembros deciden si integran este certificado en su solicitud de rastreo nacional o utilizan una diferente.

 ¿Qué pasa con los datos personales?

 El certificado contendrá solamente los datos personales “estrictamente necesarios”, conforme a la normativa europea (RGPD). Estos datos no se compartirán entre países, salvo la clave que verifica su autenticidad que debe transmitirse. Estará prohibida la retención de dichos datos por los países de tránsito o destino.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, recorre las calles y restaurantes de París en la reapertura de actividades. Con estos avances la UE se anima a reabrir el turismo en el bloque THIBAULT CAMUS - POOL

 ¿El certificado exonera de una cuarentena al arribo? 

 En principio sí, pero habrá excepciones, si la situación en el lugar de origen del viajero se deteriora, por aparición de una variante, por ejemplo. En este caso, el país de destino debe notificarlo a los otros Estados miembros y a la Comisión Europea 48 horas antes de introducir nuevas restricciones, así como su duración. Los viajeros pueden consultar el sitio “Re-open EU” donde figuran las condiciones en diferentes países europeos.

 ¿Solo sirve para viajar?

 La reglamentación se aplica a la libre circulación, pero los Estados miembros pueden decidir utilizarlo para otros fines (conciertos, festivales, etc.), de acuerdo a sus legislaciones.

 ¿Qué está previsto para los chicos que viajan con sus padres? 

 En general, chicos y adolescentes no estarán vacunados para el verano (boreal), y se les podría exigir un test negativo.
Golpeada por la baja del turismo, Grecia será una de las grandes beneficiadas de la introducción del pasaporte sanitario LOUISA GOULIAMAKI - AFP 

 ¿Cuántos países comprende? 

 Se aplicará en 30 países (los 27 de la UE, más Islandia, Noruega y Liechtenstein). Se realizaron pruebas técnicas con éxito en 18 países, verificando que pueden conectar con la pasarela configurada por la UE. El certificado digital entrará en vigencia el 1 de julio por un lapso de un año. Está previsto un período de transición de seis semanas para países que no estén preparados para emitir certificados siguiendo el modelo europeo. Durante éste, los otros deben aceptar documentos nacionales que contengan los datos requeridos a nivel europeo.

 ¿Y para terceros países?

 La UE mantiene conversaciones con varios terceros países, como Suiza, Gran Bretaña y Estados Unidos, y también con organismos internacionales como la OMS y asociaciones de transporte aéreo para reconocimientos recíprocos y una interoperabilidad. Para la Argentina -excepto para personas con doble ciudadanía- no está habilitado. Sin embargo, ayer, España autorizó la entrada al país a todas las personas vacunadas contra el coronavirus con las dosis aprobadas por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo que no incluye la vacuna rusa Sputnik V, una de las más utilizadas en la Argentina. Esa medida comenzará a regir el 7 de junio.

 Fuente:https://www.lanacion.com.ar/el-mundo/coronavirus-como-funcionara-el-certificado-covid-digital-de-la-ue-nid22052021/

Opinión- ¿No aprendimos nada?, por Esteban Bullrich

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 Opinión

 ¿No aprendimos nada? 

 22 de Mayo de 2021

 Esteban Bullrich

 Leer los diarios argentinos es leer los diarios de un país sin tiempo. Tanto que si reeditáramos diarios de hace 30, 50 o 70 años nos costaría darnos cuenta de que los títulos no son actuales. Consecuencias de un país que, con honrosas excepciones, hace demasiado tiempo que es puro presente. Lo único importante es este instante. Y si el presente requiere avasallar la justicia para acomodar los fallos a los deseos de turno, cerrar la exportación de carne para mentir que se intenta bajar la inflación, generar responsables falsos de los problemas de siempre para inventar conflictos que desvían la atención, pues allá vamos. Actitudes repetidas en los distintos presentes a lo largo de nuestra historia que, en lugar de darnos la pauta de que el camino es por otro lado, nos siguen tentando como si esta vez fuera a ser diferente hasta convertirnos en un país sin esperanza.

 ¿Qué habría de esperarse del futuro si todo es hoy? Nada, solo permanecer. Todo lo que hace el gobierno se enmarca en esa visión sin trascendencia, sin consecuencia, sin futuro. Como si nada de lo que pasa estuviera determinado por lo que pasó antes, como si el futuro no se construyera con las acciones del presente. El vacunatorio vip, ahora justificado por la necesidad de salvar a gente “importante” de la sociedad, como si eso existiera. El testeo trucho de Ezeiza. Los festejados vuelos de Aerolíneas para traer vacunas que le cuestan al país una enorme cantidad de recursos que deberían destinarse a comprar más vacunas, que no hay. Las declaraciones altisonantes que hoy defienden una cosa y mañana la opuesta con la misma vehemencia. 

 Es cierto que en medio de una pandemia (cada vez menos global, porque quienes vacunan, salen), uno pueda verse atropellado por el presente. ¿Pero cómo explican entonces la respuesta del gobernador de mi provincia, Axel Kicillof, al exjugador de fútbol Matías Almeyda, que quiso proveer de vacunas a su ciudad natal de Azul? No solamente lo mandó a leer “las leyes argentinas”, con toda soberbia, sino que le espetó que “esta no es una cuestión de ‘sálvese quien pueda’, ni de ‘primero yo’. Me parece que es una visión mezquina”. ¿No entiende Kicillof que a este sálvese quien pueda nos empujan ellos que no consiguen vacunas y que cuando las consiguen vacunan a sus militantes? Como dice un viejo amigo: “nada importa, todo vale”. No solo se repiten errores del pasado como si no tuvieran consecuencias, sino que se lo hace con persistencia y compromiso. Cuando Alberto Fernández, al asumir, nos invitó a sumarnos a una visión de país en la que la unión y el trabajar juntos eran parte central, le di el beneficio de la duda. Creí que esa era su intención y que era posible que impusiera su visión a la de aquellos que solo querían volver a dominar todo para quedar impunes.

 Me equivoqué. No creo que nos haya mentido, creo que Alberto fue víctima de su inoperancia e incapacidad, extremadas por la pandemia. Creo que él soñaba con aunar fuerzas detrás de su visión y no con generar este país dividido y encaminado una vez más a una confrontación social importante. No pudo, no supo, quiero pensar que sí quiso. Ahora, frente a una derrota en la Corte por el decreto inconstitucional de cierre de escuelas, el presidente intenta una “cristinada” y busca cambiar la Constitución con una ley de mayoría simple. Indigno de un profesor de derecho, aun de un adjunto. Esta ley logra dos cosas: mostrar la desesperación del Presidente y que cuando Cristina aparece con una iniciativa, Alberto se alinea y se inclina por el país sin visión y sin futuro. 

La ley puede salir, pero va a sufrir las mismas consecuencias judiciales que el decreto. Es obvio y lo saben. Pero eso es mañana, hoy habrán ganado una batalla, aunque pírrica, mañana será otro día. No se puede vivir así. Debemos trabajar en organizar la resistencia. Los sectores productivos, los sindicatos que son menospreciados por Cristina, las organizaciones sociales que quieren generar empleo genuino, los padres que pelean por llevar a sus hijos a la escuela, los comerciantes que quieren trabajar, los profesionales que quieren ejercer tranquilos, los distintos partidos de oposición y también los sectores de la coalición de gobierno que están tan desencantados como nosotros con el fracaso de Alberto y su cristinización. Resistencia civil, ciudadana, pacífica. 

Cada sector tendrá su manera, abriendo escuelas, abriendo locales, marchando pacíficamente como lo hicimos el año pasado. Debemos mostrarnos unidos en la vocación de cambio. No queremos el país de hoy sin mañana. Queremos el país que, aprendiendo de su historia, construye hoy un mañana mejor para las generaciones futuras. Nada más y nada menos.

 Fuente:https://www.lanacion.com.ar/opinion/no-aprendimos-nada-nid22052021/

Opinión -De no creer. Bienvenidos al festival del disparate, por Carlos M. Reymundo Roberts

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 Opinión 

 De no creer. 

Bienvenidos al festival del disparate

 22 de Mayo de 2021

 Carlos M. Reymundo Roberts 

 ¡Mamita, qué semanita! Hemos asistido a una serie interminable de errores, fallidos, barrabasadas, casi como si se tratara de un concurso de torpezas. Concurso en el que es difícil arrebatarle el primer puesto al profesor Alberto, un atleta del despiste: son años de entrenamiento, de fatigar el desatino con voluntad de acero. Si le preguntaran si es un hombre de fe, debería responder: “Sí, fe de erratas”.

 Aclaro: no me estoy refiriendo a la decisión de encerrarnos otra vez. Ahí acertó. Lo dijo claramente en su discurso de anteanoche; bueno, no me acuerdo si lo dijo o le leí los labios: “Argentinos, argentinas, está comprobado que de la pandemia de coronavirus se sale con vacunas. Y como no tenemos vacunas, no se sale”. Formulación perfecta, bien profesoral. Es la primera vez que entiendo la ecuación. Si entre “salud o economía” Alberto había optado por ninguna de las dos, entre “vacuna o restricciones” eligió prisión domiciliaria. Lecciones de sanitarismo que aprendió de Boudou y De Vido.

 Kicillof dijo anteayer que la vacunación debería ser obligatoria. Ingenioso disparate hablar de obligación en estos momentos: si la gente no se vacuna no es por rebeldía, sino porque no tiene con qué. O quizás quiso decir –es un gran decidor de ironías, y además suele adivinarle el pensamiento a Cristina– que el Gobierno está obligado a vacunar. El Plan VV, votar vacunados, urge más que nunca. El primer mensaje encriptado fue de Tinelli: o hacen algo ya mismo o voy a largar a la calle a la multitud de extras con los que reventé el estudio de ShowMatch. Nik acota que en los años 90 nos hicimos famosos en Miami por el “deme dos”; hoy, por el “deme dos dosis”. El inefable gobernador bonaerense fue víctima de uno de los fallidos de la semana; otro inefable, Scioli, sostuvo que la gestión de Vidal en la provincia fue tan mala que perdió las elecciones por 15 puntos: “Y no perdió con Churchill. Perdió con Kicillof”. Más respeto, señor embajador. 

 El aporte de Cristina al listado de bloopers fue discreto. Durante una sesión nocturna en el Senado, que ella presidía, no se dio cuenta de que el micrófono estaba prendido y, golosa, preguntó a un colaborador: “¿A qué hora cierra Rapanui?” (un local de helados y chocolates cercano a su casa). Ahora sabemos que su cuota de dulzura le llega por delivery. Alberto, les adelanté, tuvo un gran protagonismo en el festival del dislate. Entrevistado por el Gato Sylvestre –preguntador picante, filoso, envenenado– por el cierre de las exportaciones de carne, contó que en 1955 Perón dejó el país con 3 millones de cabezas de ganado. “¿Cuántas tenemos hoy? Tres millones de cabezas de ganado. ¡Se dan cuenta, no hemos aumentado nada!”. Como en realidad son casi 55 millones, la pifió por 52 millones. A ese ligero desliz le siguieron otros.

 Dijo que en el gobierno de Macri no crecieron ni la cantidad de toneladas faenadas ni la población vacuna, y que cada vez era menor el peso del novillo que iba a faena. En los tres casos, Chequeado le propinó un furibundo “falso”. Sobre cuatro afirmaciones, soltadas con acento académico, cuatro errores. Después de una performance como esa yo me retiraría al desierto para no volver nunca más; por suerte, el profesor se mantiene enhiesto: no se sabe si busca desquite o nuevas oportunidades de equivocarse. Por cierto, el mayor disparate de todos es tratar de bajar los precios en el mercado interno privándose de los dólares que entran al país por las ventas al exterior. Pan para hoy y parrilla vacía para mañana. También en eso quiere parecerse a Cristina, que en sus gobiernos consiguió que Uruguay y Paraguay exportasen más carne que nosotros.

 Ahora, el campo se ha puesto otra vez en pie de guerra. Chacareros de la abundancia, no soportan la socialización del asado. Si no me animo a darle por ganado el concurso al profesor se debe a los méritos del tándem Massa-Máximo, que no está pudiendo reunir soldados suficientes para tratar en Diputados la ley de la Procuración; es el proyecto destinado a barrer al actual jefe de los fiscales, Casal, y poner en su lugar a un procurador que procure aliviar a la señora de sus trastornos judiciales. Candidatos hay montones –Zaffaroni, Zannini, Beraldi o algún chico de La Cámpora que esté por recibirse de abogado–; lo que no parece haber es voluntad de dar quorum. El oficialismo está perdiendo la pulseada con Juntos por el Cambio, que en esto sí se han mantenido unidos. 

Las dificultades del tándem plantean escenarios perturbadores: ¿no será acaso una jugada maquiavélica de Massita para cumplir su vieja promesa de “meter en cana a todos los kirchneristas”, ahora de la mano de los fiscales de Casal? ¿Maximito no es capaz de tirar sobre la mesa de negociación con diputados rebeldes unas cuantas buenas razones que los convenzan? ¿Estamos ante una nueva demostración de que Cristina ya no es tan infalible? Cris, no se me enoje, son solo hipótesis. 

 Si esta ley es aprobada, declaró Macri, “todos estaremos en libertad condicional”; palabras que tienen cierto parentesco con las que pronunció la señora el 9 de diciembre de 2015 al despedirse de la presidencia en la Plaza de Mayo: con Macri, dijo, “todos estaremos en libertad condicional”.

 Con Alberto, me permito decir yo, ni siquiera. 

 Fuente:https://www.lanacion.com.ar/opinion/de-no-creer-bienvenidos-al-festival-del-disparate-nid22052021/

Sunday, February 21, 2021

Opinión-La mula es mula y cuando no patea, recula. por Pablo Sirvén

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 Opinión

 La mula es mula y cuando no patea, recula

 Como en el refrán, el empecinamiento de los gremios docentes cayó por el sentido común

 21 de Febrero de 2021 

 Pablo Sirvén 

 El “vacunatorio vip” del defenestrado Ginés González García opacó la que debió ser la mejor noticia de la semana, del mes y del año: el regreso de los chicos a clase. También el gobierno porteño aportó lo suyo, en una dosis más pequeña, por no haber previsto un mejor sistema virtual de inscripción de los mayores de ochenta años que aspiran a recibir la vacuna contra el Covid. 

Así de rápido pasan las buenas noticias en la Argentina, sepultadas por la andanada de episodios escandalosos, venalidades inconcebibles, discursos progres que esconden decisiones retrógradas y funcionarios inútiles que ignoran hasta lo más elemental de sus tareas, salvo repartir prebendas y favores entre conocidos y familiares.

 En medio de ese lodazal constante y hediondo al que nos tiene acostumbrados a chapotear la política argentina, brilló con luz propia la muy demorada reapertura escalonada de las escuelas, otra “misión imposible” por culpa de la terca sinrazón gremial y militante de la que, insólitamente, tardó varios meses en desengancharse el gobierno nacional. 

Al ministro Nicolás Trotta le tocó llevar la peor parte: pasó primero de quedar atrapado por los caprichos de los gremios docentes dando vueltas sin resolver nada a terminar, por último, sentado a la mesa de Horacio Rodríguez Larreta y Soledad Acuña, cual si fuera la firma de una rendición.

 Es que las encuestas de cualquier tipo le cantaron la justa al presidente Alberto Fernández: nadie con dos dedos de frente quería persistir con la catástrofe educativa que significaba suprimir un segundo año lectivo. Cuando Jorge Bergoglio fue elegido papa, el último gobierno cristinista arrancó enfurruñado y dándole la espalda.

 Pero no tardó más que unas horas en rebobinar y darse cuenta de que era una batalla perdida y se encolumnó tras Francisco, que, por cierto, le devolvió con creces y nunca lo puso en apuros. Pero, en cambio, los sindicatos docentes, mezcla de ultracristinistas con izquierdistas kirchnerizados, incurrieron en una postura suicida al empecinarse en mantener los colegios herméticamente cerrados con la excusa de la pandemia.

 Se pusieron en contra a la mayoría de los padres, chicos y maestros e incurrieron en un elitismo repugnante: ignoraron los efectos demoledores en la infancia y la adolescencia más carenciadas, al exponerlas, con el abandono propuesto, a las peores calamidades sociales que ya sufren. 

Falló el radar y el olfato de que se trata de un clamor transversal, sin distinción de ideologías. ¿Qué hubiese pasado si camioneros, repositores y cajeros de supermercados enarbolaban la misma intransigencia? ¿Acaso no se ponen en riesgo todos los que salen a trabajar de los más diversos oficios? ¿Dónde quedó la “llama sagrada” de la abnegada vocación por enseñar contra viento y marea? 

No vengan con la excusa de la educación remota, que fue casi nula en los sectores más pobres y exigua, entrecortada y de gran padecimiento para padres e hijos aun de clases media y alta, especialmente para la mujer profesional, que se sintió más condenada que el hombre a no moverse de su casa.

 ¿Por qué ignoran las advertencias de Unicef, que habló de “daños irreversibles” si hay ausencia educativa y de la OMS, que señaló que los chicos “no son grandes transmisores del virus”? Nunca se entenderá por qué se complotaron para regalarle a Rodríguez Larreta, iniciador de esta cruzada allá por el mes de agosto, un triunfo tan colosal: pese a que los sindicatos más intransigentes (UTE y Ademys) aseguraron que los padres no iban a mandar a sus hijos a las escuelas, el presentismo el miércoles fue del 89% y el jueves llegó al 90%. 

Sus propias bases, deseosas de volver a ejercer presencialmente su noble oficio, les dieron la espalda: la presencia de los maestros superó el 90% (tener en cuenta que, además, hay un 5% exceptuado por ser personal de riesgo). 

Dato: el paro de 72 horas dispuesto por Ademys (apenas con 1500 afiliados) ni siquiera tuvo efecto en el colegio en el que trabaja su secretario general. Pese a estas evidencias y a la alegría de familias en el regreso con obvios cuidados y protocolos a clases, muchos siguieron porfiando en contra en estos días con lo que ya no tiene vuelta atrás. 

De los 110.000 empleados docentes y no docentes de gestión privada y estatal solo 14.800 pasaron por los tres centros de testeos. Las usinas militantes empezaron a agitar en estas horas otra vez el temor por las supuestas cantidades crecientes de maestros que, de pronto, empezaron a contraer coronavirus (¿en escuelas que habían estado cerradas y que al habilitarse tienen una circulación muchísimo menor que cualquier supermercado? 

¿Y se contagiaron en tres días, sin período de incubación?). Anteayer, por C5N, el relator uruguayo Víctor Hugo Morales hablaba del “apuro grandilocuente” y “demencial” por haber abierto las escuelas. 

Mientras Estados Unidos llevaba adelante la mayor misión de la historia en Marte, los argentinos seguimos empantanados en una discusión zanjada hace dos siglos que primero llenaría de estupor y luego encolerizaría a Domingo Faustino Sarmiento, si pudiera salir de su tumba.

 Fuente:https://www.lanacion.com.ar/opinion/la-mula-es-mula-y-cuando-no-patea-recula-nid21022021/

La vejez. Drama y tarea, pero también una oportunidad, por Santiago Kovadloff

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