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OPINIÓN | COLUMNISTAS | DEBATE POR EL ABORTO
Lo que no se dice sobre el aborto
Alberto Bochatey
29 de Febrero de 2020
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, cada año se realizan en el mundo entre 40 y 56 millones de abortos. Haciendo una media de 48 millones por año, son 132.000 abortos por día, 5500 por hora, 92 por minuto...
Si estas cifras de muerte fueran referidas a las ballenas, a los osos pandas o a cualquier otro animal o especie, ¿se imaginan las campañas internacionales que existirían para denunciar y prohibir este exterminio? Se preguntaron por qué sucede todo lo contrario cuando esto se refiere a seres humanos inocentes y vulnerables.
Incluso ¿por qué ningún movimiento o colectivo feminista o proaborto nunca ha hecho denuncias contra los y las femicidas que matan a mujeres realizando malas prácticas abortivas, con el agravante de haber sido pagados/as?
¿Dónde están sepultados los cuerpos de las mujeres muertas a causa de abortos clandestinos? ¿Qué profesional firmó el certificado de defunción de esas mujeres? ¿Hizo la denuncia para que la Justicia investigue y encuentre a los/las femicidas? El hecho de que existan muertes por acciones delictivas y/o irresponsables de terceros ¿habilita a un grupo de ciudadanos/as a exigir que el orden jurídico y legal de una nación centenaria cambie e incluya, por primera vez en la historia democrática de nuestro país, la muerte legal de inocentes para obtener satisfacción de sus demandas?
¿Qué pasa para que en pleno siglo XXI, en el apogeo de los derechos de la mujer, de las comunicaciones y los tutoriales haya tantas mujeres que quedan embarazadas, generando vidas que quieren eliminar o interrumpir? ¿Quién se atreve a advertir que este no es un problema de salud pública, sino que es un problema de conducta y responsabilidad humanas?
Cierto es que, como todo lo que tiene que ver con la vida, la embriología y la biología, hay dimensiones de salud pública en el tema del aborto. Pero el ser humano no es solo biología, sino que es también "biografía"...
Existen asimismo, y principalmente, dimensiones antropológicas, humanas, emocionales, conductuales y axiológicas. Reducir y centrar el tema en las dimensiones sanitaristas es tener una visión reduccionista, relativista y falsa. Tal vez "políticamente correcta", pero, seguro, humanamente inexacta.
Quienes queremos un país moderno, progresista y libre nos oponemos a ideologías que incluyen como solución para un problema social la muerte de seres humanos: la historia enseña que nunca se ha terminado con un problema en el pueblo eliminando vidas de seres humanos, matando a algunos para que otros resuelvan su dificultad. Mucho menos, como se pretende, imponiendo legalmente un supuesto nuevo "derecho" de algunos/as a eliminar, interrumpir o matar (más allá de la semántica, es lo mismo en este caso) la vida de seres humanos vulnerables e inocentes. "Es urgente una movilización general de las conciencias y un común esfuerzo ético para poner en práctica una gran estrategia en favor de la vida. Todos juntos debemos construir una nueva cultura de la vida: nueva, para que sea capaz de afrontar y resolver los problemas propios de hoy sobre la vida...; nueva, para que sea asumida con una convicción más firme y activa por todos" (EV 95).
Tanto es así que estos grupos proaborto, además de renunciar a un principio democrático y cívico fundamental como es "el derecho a la vida de todo ser humano", el derecho a su propia dignidad, resignan defender el derecho humano fundamental de la libertad de conciencia de todos y cada uno de los ciudadanos. Negar, ignorar o limitar el derecho humano a la objeción de conciencia personal y de grupos que se asocian libremente (principio constitucional de los ciudadanos) para el bien común en el campo de salud es un retraso cultural y democrático lamentable, necio y horrible. El rechazo a participar en la ejecución de una injusticia no solo es un deber moral, sino también un derecho humano fundamental.
Es claro y evidente que el poder político tiene un compromiso con los grupos proaborto y es lícito que lo haga si así lo cree o debe responder por algún motivo a las exigencias de ese lobby. Pero el poder político no puede ceder ante la presión de legitimar delitos o limitar derechos humanos. El poder político es de y para todos los argentinos. Optar por un grupo de ciudadanos olvidando, discriminando o permitiendo que se discrimine a otros ciudadanos es muy grave, antiderecho y antidemocrático. Nada bueno puede salir a fuerza de violencia, agresiones, amenazas, insultos, ofensas y discriminaciones.
El poder político debe garantizar que el Estado no sea de parte: no puede ser católico, o cristiano, o judío, o musulmán, o agnóstico, o laico, o ateo, o contreras. El Estado debe ser "cívico": es decir, de los ciudadanos y de la justicia objetiva. Y los ciudadanos sí son católicos, cristianos, judíos, musulmanes, agnósticos, laicos, ateos, contreras, etc. Las leyes son para todos y mucho más los principios históricos, culturales y democráticos sobre los que hemos fundado nuestra querida Nación.
El tema dramático del aborto no se soluciona con una ley que permita matar, eliminar o interrumpir la vida humana de seres frágiles y vulnerables. El drama del aborto contradice la dignidad de la vida humana que está escrita en el corazón de cada ser humano y es reconocible por la misma razón. Necesitamos encontrar una solución desde la verdad, la razón y la dignidad.
Reconocerá la persona que lea este artículo que me he abstenido de cualquier argumentación religiosa, no porque no las haya, sino para recordar lo que no se dice sobre el aborto y sí, la bioética.
Obispo auxiliar de La Plata. Comisión de Salud, CEA
Fuente:https://www.lanacion.com.ar/opinion/columnistas/lo-que-no-se-dice-sobre-el-aborto-nid2338262
Saturday, February 29, 2020
Tuesday, February 25, 2020
EDITORIALES-El sublime valor de la vida
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EDITORIALES
El sublime valor de la vida
Cuando una sociedad clama unida desde el dolor por un ser inocente que no pudo defenderse, se refuerza la conciencia sobre el valor de la vida
25 de Febrero de 2020
Ha transcurrido ya un mes de conmoción ante el horrible crimen que se cobró la vida de un joven de 19 años en Villa Gesell. Una sociedad consternada intenta explicar las razones que condujeron a tan fatal desenlace desde miradas disímiles que permiten incluso extrapolarse, pero con un común denominador. Como quedó evidenciado en la masiva marcha al Congreso de días atrás, todas confluyen en un pedido de justicia que contribuya a evitar que estos violentos hechos se repitan.
Cuesta entender el ensañamiento y la ferocidad del ataque impuesto sobre un muchacho indefenso desde una acción colectiva. Hay indicios que permiten incluso presuponer algún nivel de artera premeditación. Las pruebas acumuladas permiten también delinear una identificación de roles entre los atacantes, presuponiendo dónde pueden haber estado los liderazgos, pero sin menoscabar todas y cada una de las participaciones.
El único hijo de una familia ha partido de manera tan violenta como injusta. Hemos sabido de sus esfuerzos como estudiante, del amor que supo despertar en su novia y entre sus amigos, de su compromiso solidario con el prójimo, de su profundo vínculo con sus padres. A sus cortos 19 años se proyectaba hacia el futuro cargado de valiosas promesas. Su abrupto final socavó las entrañas de una sociedad sensible que, consternada, alza la voz.
Una vida que se pierde no se recupera, solo sobrevivirá en el recuerdo de los cercanos. Con ella, un proyecto se trunca, el futuro se esfuma y lo que pudo haber sido nunca será. Con todo lo bueno y lo malo del presente, la brutalidad del mundo en que vivimos pretende convencernos de que la vida, per se, carece de valor o, peor aún, que algunas vidas valdrían más que otras. Sin embargo, un hecho como el que referimos nos shockea y nos despierta de ese ensueño peligroso de creer que una muerte es nada más que una muerte.
Cuando una sociedad clama unida desde el dolor por quien no pudo defenderse refuerza la conciencia sobre el valor de la vida. Esa misma sociedad es la que, sin duda confundida con eslóganes cargados de egoísmo, ideología, hedonismo o superficialidad, asiste dividida a un debate que no encuentra explicación desde el más profundo y esencial concepto de humanidad. Un debate que nos divide en torno al valor de la vida.
Una ecografía realizada a partir de la duodécima semana permite ver y oír con enorme grado de detalle el corazón de la nueva vida que late en el seno materno. La ingeniería biomédica y la llegada de las impresiones en 3D han conducido a que incluso padres ciegos puedan "ver" con sus manos los rostros de sus bebés, corporizados en volúmenes.
Las imágenes, en cualquier dimensión, siempre disparan fuertes sentimientos. Asistir al registro de los momentos más tempranos de la vida constituye una experiencia única e inolvidable. Cuando, cargadas de dramatismo, otras imágenes nos devuelven desde un celular la feroz agresión contra quien no puede defenderse, se magnifica cuán ofensivo para la vida resulta cualquier ataque.
Hablamos del valor de la vida. De toda vida. Celebramos que tantas voces se alcen para pedir justicia ante la trágica muerte de Fernando y nos unimos a ellas. Una sociedad capaz de sensibilizarse colectivamente ante el brutal ataque que se cobró tan injustamente una vida instala un valioso registro: la muerte de un inocente indefenso nos subleva y conmociona.
Ojalá que como sociedad mantengamos viva la conciencia sobre el valor de toda vida y asumamos el compromiso que de todos se espera a la hora de defenderla.
Fuente:https://www.lanacion.com.ar/editoriales/el-sublime-valor-de-la-vida-nid2336864
EDITORIALES
El sublime valor de la vida
Cuando una sociedad clama unida desde el dolor por un ser inocente que no pudo defenderse, se refuerza la conciencia sobre el valor de la vida
25 de Febrero de 2020
Ha transcurrido ya un mes de conmoción ante el horrible crimen que se cobró la vida de un joven de 19 años en Villa Gesell. Una sociedad consternada intenta explicar las razones que condujeron a tan fatal desenlace desde miradas disímiles que permiten incluso extrapolarse, pero con un común denominador. Como quedó evidenciado en la masiva marcha al Congreso de días atrás, todas confluyen en un pedido de justicia que contribuya a evitar que estos violentos hechos se repitan.
Cuesta entender el ensañamiento y la ferocidad del ataque impuesto sobre un muchacho indefenso desde una acción colectiva. Hay indicios que permiten incluso presuponer algún nivel de artera premeditación. Las pruebas acumuladas permiten también delinear una identificación de roles entre los atacantes, presuponiendo dónde pueden haber estado los liderazgos, pero sin menoscabar todas y cada una de las participaciones.
El único hijo de una familia ha partido de manera tan violenta como injusta. Hemos sabido de sus esfuerzos como estudiante, del amor que supo despertar en su novia y entre sus amigos, de su compromiso solidario con el prójimo, de su profundo vínculo con sus padres. A sus cortos 19 años se proyectaba hacia el futuro cargado de valiosas promesas. Su abrupto final socavó las entrañas de una sociedad sensible que, consternada, alza la voz.
Una vida que se pierde no se recupera, solo sobrevivirá en el recuerdo de los cercanos. Con ella, un proyecto se trunca, el futuro se esfuma y lo que pudo haber sido nunca será. Con todo lo bueno y lo malo del presente, la brutalidad del mundo en que vivimos pretende convencernos de que la vida, per se, carece de valor o, peor aún, que algunas vidas valdrían más que otras. Sin embargo, un hecho como el que referimos nos shockea y nos despierta de ese ensueño peligroso de creer que una muerte es nada más que una muerte.
Cuando una sociedad clama unida desde el dolor por quien no pudo defenderse refuerza la conciencia sobre el valor de la vida. Esa misma sociedad es la que, sin duda confundida con eslóganes cargados de egoísmo, ideología, hedonismo o superficialidad, asiste dividida a un debate que no encuentra explicación desde el más profundo y esencial concepto de humanidad. Un debate que nos divide en torno al valor de la vida.
Una ecografía realizada a partir de la duodécima semana permite ver y oír con enorme grado de detalle el corazón de la nueva vida que late en el seno materno. La ingeniería biomédica y la llegada de las impresiones en 3D han conducido a que incluso padres ciegos puedan "ver" con sus manos los rostros de sus bebés, corporizados en volúmenes.
Las imágenes, en cualquier dimensión, siempre disparan fuertes sentimientos. Asistir al registro de los momentos más tempranos de la vida constituye una experiencia única e inolvidable. Cuando, cargadas de dramatismo, otras imágenes nos devuelven desde un celular la feroz agresión contra quien no puede defenderse, se magnifica cuán ofensivo para la vida resulta cualquier ataque.
Hablamos del valor de la vida. De toda vida. Celebramos que tantas voces se alcen para pedir justicia ante la trágica muerte de Fernando y nos unimos a ellas. Una sociedad capaz de sensibilizarse colectivamente ante el brutal ataque que se cobró tan injustamente una vida instala un valioso registro: la muerte de un inocente indefenso nos subleva y conmociona.
Ojalá que como sociedad mantengamos viva la conciencia sobre el valor de toda vida y asumamos el compromiso que de todos se espera a la hora de defenderla.
Fuente:https://www.lanacion.com.ar/editoriales/el-sublime-valor-de-la-vida-nid2336864
Sunday, February 23, 2020
EDITORIALES-Un cocodrilo bajo la cama
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EDITORIALES
Un cocodrilo bajo la cama
El reptil que devoró los 320.000 millones de dólares de deuda y deglutió otra cifra monumental mediante impuestos no es otro que el déficit fiscal
23 de febrero de 2020
Cuando algunos asesores del Presidente de la Nación sugieren incumplir la deuda externa, explicando que la economía se reactivará sola, sin la carga de esos pasivos, cabe preguntarse si es una propuesta seria... ¿o una broma de mal gusto?
La creencia de que el default permitirá liberar las fuerzas productivas de la Nación, aprovechando que el aparato productivo se encuentra intacto y que no quedan resquicios para la fuga de dólares, quizá sea resultado de haber leído mal a John Maynard Keynes o aun al académico Jerome Ross, quien propone, muy suelto de cuerpo: "Why not Default?" ("¿Por qué no incumplir?").
La Argentina tiene un cocodrilo bajo la cama, que no entró en los cálculos de ninguno de esos economistas británicos. Ese cocodrilo se llama déficit fiscal y devora cualquier ahorro, sueldo, jubilación, remesa, inversión, giro, transferencia o tenencia de pesos que ingrese al recinto de nuestra patria y se acerque, distraídamente, hasta donde se encuentra al acecho nuestro reptil subacuático.
El cocodrilo devoró los US$320.000 millones que constituyen nuestra deuda pública externa, deglutió otra cifra monumental mediante impuestos, tasas y contribuciones, y engulló (continúa haciéndolo) ahorros, sueldos y jubilaciones de toda la población mediante la perversa inflación.
La presión fiscal de la Argentina es la segunda más alta a nivel mundial y la tasa de inflación es la tercera, luego de Venezuela y Zimbabwe. Dicho en otras palabras: la deuda y la inflación son resultado del déficit, que el Gobierno no piensa reducir, apostando todo a licuarlo con crecimiento, como el "gradualismo" de Mauricio Macri. Malas noticias: mientras el déficit persista, no habrá inversiones (como no las hubo durante el gobierno de Cambiemos por las mismas razones) y tampoco reactivación genuina.
Si los pequeños ojos del saurio continúan brillando sobre la calma superficie de nuestra Argentina cotidiana, no hay peso que no corra el riesgo de ser devorado. Perdido para siempre en una dentellada devaluatoria o diezmado por los precios que suben por el ascensor, mientras los salarios lo hacen por la escalera (Perón dixit).
El multifacético Keynes propuso aumentar el consumo en tiempos de recesión para reactivar la economía, desalentándose el exceso de ahorro mediante una baja en las tasas de interés. La famosa "eutanasia del rentista". Presuponía la existencia de la libra esterlina y no contempló un escenario sin moneda y sin ahorro interno, como es nuestro caso. En la Argentina, el rentista de la alcancía o el plazo fijo ya fue muerto y enterrado hace varias décadas.
En cuanto al pensamiento de Jerome Roos, un marxista de salón, sostiene que los intereses de una población no son todos iguales, pues hay explotadores y explotados, capitalistas y proletarios. "Trabajadores del mundo, ¡uníos!" era la consigna de Karl Marx cuando pregonaba que los intereses de clase debían ser más fuertes que las lealtades nacionales. Para Roos, el supuesto valor ético de pagar las deudas satisface el interés de unos a costa del esfuerzo y la miseria de otros, quienes se encontrarían mejor servidos si los países optasen por incumplir y evitar los ajustes. Sin embargo, tampoco evaluó las consecuencias de un default cuando existen cocodrilos que se embuchan toda moneda que anda suelta, frustrando cualquier reactivación.
Cuando el Gobierno lanzó su programa de "solidaridad y reactivación productiva", le dio una jerarquía moral a nuestro insaciable comilón que ni el australiano Steve Irwin ("el cazador de cocodrilos") se hubiera atrevido a utilizar. La negativa a reducir gastos, el ajuste jubilatorio y los nuevos impuestos serían un esfuerzo solidario en favor de quienes menos tienen. O sea, la sacralización del cocodrilo.
La defensa dogmática de este, como si calzase gorro frigio y luciese sol naciente, es una falsedad ética. No están en juego los fines del Estado, ni la opción por los pobres, ni el bien común frente a los intereses particulares.
La realidad es que nuestro depredador de acecho y emboscada lleva alimento a la mitad de la población, incluyendo toda la gama de clases sociales, como un corte transversal de nuestra argentinidad. A todos se subsidia con las tarifas, a otros con planes y a muchísimos con empleos. Además de diputados, senadores y ministros, hay personal docente, de seguridad, de salud. Científicos, cineastas, artistas e investigadores. Directores, choferes y peones de patio. Empleados judiciales, de legislaturas, de concejos deliberantes. Llamarlos "el Estado" es una abstracción que confunde; son argentinos comunes y corrientes, designados por concurso o por contactos, por mérito o por militancia, por carrera o por parentesco. Toda gente normal que ha logrado un "nombramiento" para algún hijo, un plan para una cuñada o una pensión graciable para la comadre. Que consiguen adicionales por algún inciso, licencias por un estatuto, horas extras por benevolencia o viáticos por alguna gira, real o ficticia. Entre 2003 y 2016, las provincias duplicaron su personal, con dos millones de nuevos empleados públicos que ya dan clases de "derechos adquiridos".
Llamar "solidario" a ese supuesto blindaje para la mitad de la población, dejando expuesta a las dentelladas del cocodrilo a la otra mitad, es un artilugio verbal que esconde un juego de poder. La diferencia entre unos y otros no está configurada por su vulnerabilidad, ni por su grado de exclusión, ni por su falta de educación, ni por su situación familiar. La diferencia es que los primeros deben agradecer sus ingresos a los políticos, gobernadores, intendentes, jefes de bloques, sindicalistas, directores de bancos oficiales, de empresas públicas o de organismos autárquicos que los han designado o de quienes dependen. Los segundos cobran de empresas grandes y pequeñas, comerciantes, profesionales y otros empleadores, denominados "actividad privada" y que no tienen capacidad de paralizar servicios públicos, ni demorar el comienzo de clases o suspender la atención en los hospitales.
El FMI, con tal de cobrar sus acreencias, esta vez ha preferido eludir la exigencia de reformas estructurales, para alinearse con el gobierno ante los bonistas y omitir toda referencia a estas como palanca de crecimiento.
Si la Argentina pudiese "sacarse de encima" el problema de la deuda, a la mañana siguiente todo seguiría igual. El Estado debería atender sus pagos con fondos que no le alcanzarían, pues no tendría equilibrio primario. Cristina Kirchner y Mauricio Macri siguieron alimentando al cocodrilo, endeudándose para cubrir el déficit, además de utilizar el impuesto inflacionario. Pero en default, sin crédito externo, los pesos necesarios no saldrían de una galera, sino de la "maquinita".
Y el cocodrilo, siempre ávido de recursos, sabe que primero le toca a él. Y que las políticas expansivas, los regímenes especiales u otras fórmulas "inteligentes" de reactivación que requieran aportes de fondos, capital de trabajo, aumento de personal u otras formas de arriesgar dinero en la Argentina, tendrán que esperar hasta que a nuestro saurópsido arcosaurio se le vaya el insaciable apetito.
En términos de solidaridad, no hay que preocuparse: si los mercados mundiales se cierran, al cocodrilo también le gusta la inflación.
Fuente:https://www.lanacion.com.ar/editoriales/un-cocodrilo-bajo-la-cama-nid2336471
EDITORIALES
Un cocodrilo bajo la cama
El reptil que devoró los 320.000 millones de dólares de deuda y deglutió otra cifra monumental mediante impuestos no es otro que el déficit fiscal
23 de febrero de 2020
Cuando algunos asesores del Presidente de la Nación sugieren incumplir la deuda externa, explicando que la economía se reactivará sola, sin la carga de esos pasivos, cabe preguntarse si es una propuesta seria... ¿o una broma de mal gusto?
La creencia de que el default permitirá liberar las fuerzas productivas de la Nación, aprovechando que el aparato productivo se encuentra intacto y que no quedan resquicios para la fuga de dólares, quizá sea resultado de haber leído mal a John Maynard Keynes o aun al académico Jerome Ross, quien propone, muy suelto de cuerpo: "Why not Default?" ("¿Por qué no incumplir?").
La Argentina tiene un cocodrilo bajo la cama, que no entró en los cálculos de ninguno de esos economistas británicos. Ese cocodrilo se llama déficit fiscal y devora cualquier ahorro, sueldo, jubilación, remesa, inversión, giro, transferencia o tenencia de pesos que ingrese al recinto de nuestra patria y se acerque, distraídamente, hasta donde se encuentra al acecho nuestro reptil subacuático.
El cocodrilo devoró los US$320.000 millones que constituyen nuestra deuda pública externa, deglutió otra cifra monumental mediante impuestos, tasas y contribuciones, y engulló (continúa haciéndolo) ahorros, sueldos y jubilaciones de toda la población mediante la perversa inflación.
La presión fiscal de la Argentina es la segunda más alta a nivel mundial y la tasa de inflación es la tercera, luego de Venezuela y Zimbabwe. Dicho en otras palabras: la deuda y la inflación son resultado del déficit, que el Gobierno no piensa reducir, apostando todo a licuarlo con crecimiento, como el "gradualismo" de Mauricio Macri. Malas noticias: mientras el déficit persista, no habrá inversiones (como no las hubo durante el gobierno de Cambiemos por las mismas razones) y tampoco reactivación genuina.
Si los pequeños ojos del saurio continúan brillando sobre la calma superficie de nuestra Argentina cotidiana, no hay peso que no corra el riesgo de ser devorado. Perdido para siempre en una dentellada devaluatoria o diezmado por los precios que suben por el ascensor, mientras los salarios lo hacen por la escalera (Perón dixit).
El multifacético Keynes propuso aumentar el consumo en tiempos de recesión para reactivar la economía, desalentándose el exceso de ahorro mediante una baja en las tasas de interés. La famosa "eutanasia del rentista". Presuponía la existencia de la libra esterlina y no contempló un escenario sin moneda y sin ahorro interno, como es nuestro caso. En la Argentina, el rentista de la alcancía o el plazo fijo ya fue muerto y enterrado hace varias décadas.
En cuanto al pensamiento de Jerome Roos, un marxista de salón, sostiene que los intereses de una población no son todos iguales, pues hay explotadores y explotados, capitalistas y proletarios. "Trabajadores del mundo, ¡uníos!" era la consigna de Karl Marx cuando pregonaba que los intereses de clase debían ser más fuertes que las lealtades nacionales. Para Roos, el supuesto valor ético de pagar las deudas satisface el interés de unos a costa del esfuerzo y la miseria de otros, quienes se encontrarían mejor servidos si los países optasen por incumplir y evitar los ajustes. Sin embargo, tampoco evaluó las consecuencias de un default cuando existen cocodrilos que se embuchan toda moneda que anda suelta, frustrando cualquier reactivación.
Cuando el Gobierno lanzó su programa de "solidaridad y reactivación productiva", le dio una jerarquía moral a nuestro insaciable comilón que ni el australiano Steve Irwin ("el cazador de cocodrilos") se hubiera atrevido a utilizar. La negativa a reducir gastos, el ajuste jubilatorio y los nuevos impuestos serían un esfuerzo solidario en favor de quienes menos tienen. O sea, la sacralización del cocodrilo.
La defensa dogmática de este, como si calzase gorro frigio y luciese sol naciente, es una falsedad ética. No están en juego los fines del Estado, ni la opción por los pobres, ni el bien común frente a los intereses particulares.
La realidad es que nuestro depredador de acecho y emboscada lleva alimento a la mitad de la población, incluyendo toda la gama de clases sociales, como un corte transversal de nuestra argentinidad. A todos se subsidia con las tarifas, a otros con planes y a muchísimos con empleos. Además de diputados, senadores y ministros, hay personal docente, de seguridad, de salud. Científicos, cineastas, artistas e investigadores. Directores, choferes y peones de patio. Empleados judiciales, de legislaturas, de concejos deliberantes. Llamarlos "el Estado" es una abstracción que confunde; son argentinos comunes y corrientes, designados por concurso o por contactos, por mérito o por militancia, por carrera o por parentesco. Toda gente normal que ha logrado un "nombramiento" para algún hijo, un plan para una cuñada o una pensión graciable para la comadre. Que consiguen adicionales por algún inciso, licencias por un estatuto, horas extras por benevolencia o viáticos por alguna gira, real o ficticia. Entre 2003 y 2016, las provincias duplicaron su personal, con dos millones de nuevos empleados públicos que ya dan clases de "derechos adquiridos".
Llamar "solidario" a ese supuesto blindaje para la mitad de la población, dejando expuesta a las dentelladas del cocodrilo a la otra mitad, es un artilugio verbal que esconde un juego de poder. La diferencia entre unos y otros no está configurada por su vulnerabilidad, ni por su grado de exclusión, ni por su falta de educación, ni por su situación familiar. La diferencia es que los primeros deben agradecer sus ingresos a los políticos, gobernadores, intendentes, jefes de bloques, sindicalistas, directores de bancos oficiales, de empresas públicas o de organismos autárquicos que los han designado o de quienes dependen. Los segundos cobran de empresas grandes y pequeñas, comerciantes, profesionales y otros empleadores, denominados "actividad privada" y que no tienen capacidad de paralizar servicios públicos, ni demorar el comienzo de clases o suspender la atención en los hospitales.
El FMI, con tal de cobrar sus acreencias, esta vez ha preferido eludir la exigencia de reformas estructurales, para alinearse con el gobierno ante los bonistas y omitir toda referencia a estas como palanca de crecimiento.
Si la Argentina pudiese "sacarse de encima" el problema de la deuda, a la mañana siguiente todo seguiría igual. El Estado debería atender sus pagos con fondos que no le alcanzarían, pues no tendría equilibrio primario. Cristina Kirchner y Mauricio Macri siguieron alimentando al cocodrilo, endeudándose para cubrir el déficit, además de utilizar el impuesto inflacionario. Pero en default, sin crédito externo, los pesos necesarios no saldrían de una galera, sino de la "maquinita".
Y el cocodrilo, siempre ávido de recursos, sabe que primero le toca a él. Y que las políticas expansivas, los regímenes especiales u otras fórmulas "inteligentes" de reactivación que requieran aportes de fondos, capital de trabajo, aumento de personal u otras formas de arriesgar dinero en la Argentina, tendrán que esperar hasta que a nuestro saurópsido arcosaurio se le vaya el insaciable apetito.
En términos de solidaridad, no hay que preocuparse: si los mercados mundiales se cierran, al cocodrilo también le gusta la inflación.
Fuente:https://www.lanacion.com.ar/editoriales/un-cocodrilo-bajo-la-cama-nid2336471
OPINIÓN | COLUMNISTAS-¿Vuelven los "años felices"?, por Pablo Sirvén
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OPINIÓN | COLUMNISTAS
¿Vuelven los "años felices"?
Pablo Sirvén
23 de Febrero de 2020
El FMI y Netflix se peronizan; Baradel, Yasky y varios gremialistas más se vuelven amables y pacientes, el ajustazo jubilatorio es "solidario", el Presidente asiste a lugares que se rebautizan "Néstor Kirchner"; el Vaticano trabaja a favor de aliviar la deuda argentina, por más que lo amenacen con el aborto; al jefe del Estado lo mencionan oficialistas y hasta detractores solo por su nombre de pila y a nadie se le ocurre decir que está de vacaciones si desembarca un fin de semana en Mar del Plata. ¿Cómo se llama la obra?: el peronismo volvió al poder.
La tolerancia social hacia esa franquicia política, toda vez que reconquista el gobierno, es mucho mayor que hacia cualquiera de sus alternativas que intentaron manejar el país sin invocar a Juan Domingo Perón y a los demás santones vivos o muertos, del altar justicialista. Gremios, organizaciones sociales y de derechos humanos, piqueteros y otros factores del poder se encolumnan, pierden bríos y se vuelven sumisos. Bajo la advocación del "amor y la igualdad" de la marchita (con cuya melodía le cantaron el feliz cumpleaños a la supervicepresidenta días atrás) se consuman acciones más drásticas del todo vedadas a administraciones de otro signo a las que, igual, se someten a constantes y peligrosas desestabilizaciones. No se discutirá aquí si era o no necesario otorgarles solo ínfimos $197 más de lo que marcaba el esquema de movilidad jubilatoria derogado a los que percibían la mínima, en tanto que el resto de los pasivos percibirá quitas sustanciales, sino que el nuevo relato gubernamental pretenda convertir eso en una conquista social para aplaudir y se enoje con todos aquellos que pronuncien la palabra "ajuste". De hecho, el mismísimo presidente salió a desmentir a su propio jefe de Gabinete al que se le escapó el jueves que habría aumento de tarifas en junio. Ni la más mínima nubecita debe ensuciar el diáfano cielo peronista durante los "años felices" por venir hasta volver a ser una "nueva Argentina", una "Argentina potencia" o una "Argentina de pie" (los tres primeros, eslóganes históricos de otros tiempos justicialistas, y el último, del gobernante Frente de todos).
Roberto Baradel es comprensivo cuando Axel Kicillof posterga una mejora ya otorgada por su antecesora; Hugo Yasky, titular de la CTA, razona ahora que "la cláusula gatillo genera dinámica inflacionaria", aunque la reclamara hasta hace pocos meses; Aníbal Fernández produce 417 bajas en Yacimientos Carboníferos Fiscales mientras los sindicatos locales miran para otro lado. Hasta el Fondo Monetario Internacional, que con Christine Lagarde reclamaba un ajustazo fiscal sin precedentes, ahora con Kristalina Georgieva a la cabeza, descubre que la deuda argentina generada con ese organismo es "insustentable" y propondría quitas del 30% a los bonistas. Netflix se convierte en el videoclub preferido de Cristina Kirchner, más que complacida con el documental sobre Alberto Nisman y, ni qué decir, seguramente, con el anuncio de que la afamada multinacional del streaming producirá El Eternauta, ese personaje de historieta que el kirchnerismo se le ocurrió "nestorizar" y convertir en emblema. Su CEO, inclusive, tuvo la gentileza de bajar a Buenos Aires. Ya lo dijo el General: somos todos peronistas.
Mientras los planetas se le van alineando con el oficialismo, esta semana que pasó se nos ha puesto por delante dos inquietantes huevos de serpiente que se incuban ¿casualmente? en el Senado: un proyecto pretende limitar las prisiones preventivas de imputados en hechos de corrupción; el otro busca la intervención lisa y llana de la justicia jujeña. El primero, más que coartar la libertad de expresión, propone algo mucho más perverso: que la mera publicación de una investigación, en vez de poner bajo la lupa a la persona observada, sea un real pasaporte a la impunidad. El segundo tiene un exclusivo móvil: liberar a Milagro Sala.
Cinco senadoras muy allegadas a la viuda de Kirchner quieren convertir en salvoconducto para presuntos corruptos cualquier publicación que los aluda con el argumento de que afectaría "la percepción pública respecto del principio de inocencia". Del mismo cuerpo surge la idea de intervenir por un año el Poder Judicial de Jujuy. En una palabra: reponer la situación de los menemistas años 90, cuando empezaron a tallar fuerte las investigaciones periodísticas sobre la corrupción en el Estado, pero entonces sin mayores consecuencias judiciales para los avivados que se enriquecían con ella.
Tal como sucedió con anteriores globos de ensayo hiperpolémicos, la dirigencia peronista en un primer momento observa sin intervenir para no desgastarse gratuitamente con qué grados de tolerancia son recibidos por la sociedad estos globos recién inflados.
Sobre la primera iniciativa, el Gobierno tomó distancia, pero ya se sabe cómo funciona este mecanismo: se la deja correr igual a ver si "germina" (como sucedió con la "Conadep del periodismo", de Dady Brieva, que sigue dando brotes significativos en las tribuneras redes sociales, en un juzgado de Dolores y en las ensoñaciones del doctor Eduardo Barcesat. Respecto del segundo, al Presidente, casi al mismo tiempo, se le ocurrió subir a la Web un video en el que avala el "lawfare" e ilustró el tema, entre otras imágenes, con la de Milagro Sala. Mucha casualidad.
psirven@lanacion.com.ar
Twitter: @psirven
Fuente:https://www.lanacion.com.ar/opinion/columnistas/vuelven-los-anos-felices-nid2336490
OPINIÓN | COLUMNISTAS
¿Vuelven los "años felices"?
Pablo Sirvén
23 de Febrero de 2020
El FMI y Netflix se peronizan; Baradel, Yasky y varios gremialistas más se vuelven amables y pacientes, el ajustazo jubilatorio es "solidario", el Presidente asiste a lugares que se rebautizan "Néstor Kirchner"; el Vaticano trabaja a favor de aliviar la deuda argentina, por más que lo amenacen con el aborto; al jefe del Estado lo mencionan oficialistas y hasta detractores solo por su nombre de pila y a nadie se le ocurre decir que está de vacaciones si desembarca un fin de semana en Mar del Plata. ¿Cómo se llama la obra?: el peronismo volvió al poder.
La tolerancia social hacia esa franquicia política, toda vez que reconquista el gobierno, es mucho mayor que hacia cualquiera de sus alternativas que intentaron manejar el país sin invocar a Juan Domingo Perón y a los demás santones vivos o muertos, del altar justicialista. Gremios, organizaciones sociales y de derechos humanos, piqueteros y otros factores del poder se encolumnan, pierden bríos y se vuelven sumisos. Bajo la advocación del "amor y la igualdad" de la marchita (con cuya melodía le cantaron el feliz cumpleaños a la supervicepresidenta días atrás) se consuman acciones más drásticas del todo vedadas a administraciones de otro signo a las que, igual, se someten a constantes y peligrosas desestabilizaciones. No se discutirá aquí si era o no necesario otorgarles solo ínfimos $197 más de lo que marcaba el esquema de movilidad jubilatoria derogado a los que percibían la mínima, en tanto que el resto de los pasivos percibirá quitas sustanciales, sino que el nuevo relato gubernamental pretenda convertir eso en una conquista social para aplaudir y se enoje con todos aquellos que pronuncien la palabra "ajuste". De hecho, el mismísimo presidente salió a desmentir a su propio jefe de Gabinete al que se le escapó el jueves que habría aumento de tarifas en junio. Ni la más mínima nubecita debe ensuciar el diáfano cielo peronista durante los "años felices" por venir hasta volver a ser una "nueva Argentina", una "Argentina potencia" o una "Argentina de pie" (los tres primeros, eslóganes históricos de otros tiempos justicialistas, y el último, del gobernante Frente de todos).
Roberto Baradel es comprensivo cuando Axel Kicillof posterga una mejora ya otorgada por su antecesora; Hugo Yasky, titular de la CTA, razona ahora que "la cláusula gatillo genera dinámica inflacionaria", aunque la reclamara hasta hace pocos meses; Aníbal Fernández produce 417 bajas en Yacimientos Carboníferos Fiscales mientras los sindicatos locales miran para otro lado. Hasta el Fondo Monetario Internacional, que con Christine Lagarde reclamaba un ajustazo fiscal sin precedentes, ahora con Kristalina Georgieva a la cabeza, descubre que la deuda argentina generada con ese organismo es "insustentable" y propondría quitas del 30% a los bonistas. Netflix se convierte en el videoclub preferido de Cristina Kirchner, más que complacida con el documental sobre Alberto Nisman y, ni qué decir, seguramente, con el anuncio de que la afamada multinacional del streaming producirá El Eternauta, ese personaje de historieta que el kirchnerismo se le ocurrió "nestorizar" y convertir en emblema. Su CEO, inclusive, tuvo la gentileza de bajar a Buenos Aires. Ya lo dijo el General: somos todos peronistas.
Mientras los planetas se le van alineando con el oficialismo, esta semana que pasó se nos ha puesto por delante dos inquietantes huevos de serpiente que se incuban ¿casualmente? en el Senado: un proyecto pretende limitar las prisiones preventivas de imputados en hechos de corrupción; el otro busca la intervención lisa y llana de la justicia jujeña. El primero, más que coartar la libertad de expresión, propone algo mucho más perverso: que la mera publicación de una investigación, en vez de poner bajo la lupa a la persona observada, sea un real pasaporte a la impunidad. El segundo tiene un exclusivo móvil: liberar a Milagro Sala.
Cinco senadoras muy allegadas a la viuda de Kirchner quieren convertir en salvoconducto para presuntos corruptos cualquier publicación que los aluda con el argumento de que afectaría "la percepción pública respecto del principio de inocencia". Del mismo cuerpo surge la idea de intervenir por un año el Poder Judicial de Jujuy. En una palabra: reponer la situación de los menemistas años 90, cuando empezaron a tallar fuerte las investigaciones periodísticas sobre la corrupción en el Estado, pero entonces sin mayores consecuencias judiciales para los avivados que se enriquecían con ella.
Tal como sucedió con anteriores globos de ensayo hiperpolémicos, la dirigencia peronista en un primer momento observa sin intervenir para no desgastarse gratuitamente con qué grados de tolerancia son recibidos por la sociedad estos globos recién inflados.
Sobre la primera iniciativa, el Gobierno tomó distancia, pero ya se sabe cómo funciona este mecanismo: se la deja correr igual a ver si "germina" (como sucedió con la "Conadep del periodismo", de Dady Brieva, que sigue dando brotes significativos en las tribuneras redes sociales, en un juzgado de Dolores y en las ensoñaciones del doctor Eduardo Barcesat. Respecto del segundo, al Presidente, casi al mismo tiempo, se le ocurrió subir a la Web un video en el que avala el "lawfare" e ilustró el tema, entre otras imágenes, con la de Milagro Sala. Mucha casualidad.
psirven@lanacion.com.ar
Twitter: @psirven
Fuente:https://www.lanacion.com.ar/opinion/columnistas/vuelven-los-anos-felices-nid2336490
Saturday, February 22, 2020
EDITORIALES | ACTUALIDAD POLÍTICA-Un mensaje inaceptable
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EDITORIALES | ACTUALIDAD POLÍTICA
Un mensaje inaceptable
22 de Febrero de 2020
El proyecto de ley presentado por un grupo de senadoras kirchneristas para realizar un "control de convencionalidad" de las prisiones preventivas es otro paso de un sector político tendiente a garantizar la impunidad de quienes están acusados de actos de corrupción contra la administración pública.
Constituye, además, una inaceptable estrategia destinada a limitar al periodismo de investigación y, paralelamente, a condicionar a los jueces que tramitan causas vinculadas con la contratación irregular de obras públicas en beneficio de funcionarios, con pagos de sobreprecios y de coimas, y con el lavado de dinero, entre otros delitos sumamente graves.
La iniciativa, suscripta por las senadoras María Catalfamo, Ana Ianni, Nancy González, Ana Almirón y María Pilatti Vergara, dispone declarar nula toda resolución judicial que ordene la detención o prisión preventiva en causas de corrupción cuando se verifique, entre otros supuestos, la "publicación de contenidos por parte de uno o más medios de comunicación masiva que pudieran haber afectado la percepción pública respecto del principio de inocencia sobre el afectado por la resolución". Otro de los supuestos es la intromisión de funcionarios del Poder Ejecutivo en el desarrollo de las actuaciones.
Se trata de otro intento de cercenar groseramente la libertad de prensa, por un lado, y de salir supuestamente en defensa de magistrados cuya autonomía, independencia y discrecionalidad para aplicar las leyes es un derecho que los asiste y no una concesión del legislador.
Ya en noviembre del año último se publicó en el Boletín Oficial una resolución que pone límites a las prisiones preventivas y que derivó en una fuerte polémica -aún no clausurada- sobre los "beneficios" que ello podría traerles a los exfuncionarios y funcionarios actuales acusados de corrupción.
Aquella resolución sobrevino a la decisión de la Comisión Bicameral de Monitoreo e Implementación del Código Procesal Penal Federal de ordenar la entrada en vigor de los artículos del nuevo código, por lo que se limita la aplicación de la prisión preventiva por parte del Poder Judicial. Quedó definido entonces, con un amplio apoyo de numerosos bloques parlamentarios, que los jueces solo podrán disponer la prisión preventiva de los acusados una vez que hayan agotado otras nueve medidas previas.
Como ya hemos expresado desde estas columnas, el indiscutible principio de inocencia rige hasta el fallo condenatorio. La prisión preventiva, en tanto, responde a una presunción de responsabilidad por parte del acusado y es el juez quien la decide, tomando en cuenta, entre otras cuestiones, la posibilidad de fuga del imputado, de que altere constancias judiciales incorporadas al proceso, de que influya sobre testigos, modifique pruebas contables o disponga que otros lo hagan, o que utilice su poder para obstaculizar de cualquier otro modo la investigación judicial.
La privación de la libertad, por medio del mecanismo de prisión preventiva, no puede ni debe ser un fin en sí mismo, sino un medio instrumental y cautelar. Resulta vital que las actuaciones penales deriven sin demoras en la instancia del juicio oral. Llegar a esa instancia permite que se atenúen o directamente desaparezcan las razones para mantener a alguien en cautiverio.
Sin dudas, todos somos iguales ante la ley y no es justo que una persona se encuentre detenida en forma indefinida sin condena judicial. Del mismo modo que cualquier ser humano que haya cumplido los 70 años o que se encuentre gravemente enfermo tiene derecho al beneficio de la prisión domiciliaria. Pero pretender otorgar a la investigación periodística o a las declaraciones de los colegios que nuclean a los profesionales un efecto jurídico con relación a las prisiones preventivas es tan forzado como delirante. Por otro lado, si un detenido considera que lo está injustamente, ya existen en nuestra legislación varias instancias previstas, entre ellas, el pedido de dictado de una nulidad, en caso de corresponder.
Coincidimos con la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA) en el rechazo a este proyecto, al que dicha institución ha calificado de "desatinado y sin antecedentes en el mundo", además de rozar el disparate por cuanto "pretende deslegitimar el rol del periodismo de investigación, central en las democracias modernas".
Ningún medio periodístico debe ser silenciado por denunciar la corrupción. Ya hemos vivido instancias deplorables como los escraches fascistas a periodistas, cuyas imágenes fueron colgadas en espacios públicos en los que se invitaba a niños a escupirlas. "Escupí tu bronca", se llamaba, sin tapujos, aquella nefasta campaña impulsada por representantes del mismo sector que ahora busca amañar la ley para garantizar la impunidad de funcionarios acusados de corrupción.
Todo indica que la defensa irrestricta del Estado de Derecho impedirá que se convierta en ley una iniciativa tan insensata como irrazonable.
Fuente:https://www.lanacion.com.ar/editoriales/un-mensaje-inaceptable-nid2336250
EDITORIALES | ACTUALIDAD POLÍTICA
Un mensaje inaceptable
22 de Febrero de 2020
El proyecto de ley presentado por un grupo de senadoras kirchneristas para realizar un "control de convencionalidad" de las prisiones preventivas es otro paso de un sector político tendiente a garantizar la impunidad de quienes están acusados de actos de corrupción contra la administración pública.
Constituye, además, una inaceptable estrategia destinada a limitar al periodismo de investigación y, paralelamente, a condicionar a los jueces que tramitan causas vinculadas con la contratación irregular de obras públicas en beneficio de funcionarios, con pagos de sobreprecios y de coimas, y con el lavado de dinero, entre otros delitos sumamente graves.
La iniciativa, suscripta por las senadoras María Catalfamo, Ana Ianni, Nancy González, Ana Almirón y María Pilatti Vergara, dispone declarar nula toda resolución judicial que ordene la detención o prisión preventiva en causas de corrupción cuando se verifique, entre otros supuestos, la "publicación de contenidos por parte de uno o más medios de comunicación masiva que pudieran haber afectado la percepción pública respecto del principio de inocencia sobre el afectado por la resolución". Otro de los supuestos es la intromisión de funcionarios del Poder Ejecutivo en el desarrollo de las actuaciones.
Se trata de otro intento de cercenar groseramente la libertad de prensa, por un lado, y de salir supuestamente en defensa de magistrados cuya autonomía, independencia y discrecionalidad para aplicar las leyes es un derecho que los asiste y no una concesión del legislador.
Ya en noviembre del año último se publicó en el Boletín Oficial una resolución que pone límites a las prisiones preventivas y que derivó en una fuerte polémica -aún no clausurada- sobre los "beneficios" que ello podría traerles a los exfuncionarios y funcionarios actuales acusados de corrupción.
Aquella resolución sobrevino a la decisión de la Comisión Bicameral de Monitoreo e Implementación del Código Procesal Penal Federal de ordenar la entrada en vigor de los artículos del nuevo código, por lo que se limita la aplicación de la prisión preventiva por parte del Poder Judicial. Quedó definido entonces, con un amplio apoyo de numerosos bloques parlamentarios, que los jueces solo podrán disponer la prisión preventiva de los acusados una vez que hayan agotado otras nueve medidas previas.
Como ya hemos expresado desde estas columnas, el indiscutible principio de inocencia rige hasta el fallo condenatorio. La prisión preventiva, en tanto, responde a una presunción de responsabilidad por parte del acusado y es el juez quien la decide, tomando en cuenta, entre otras cuestiones, la posibilidad de fuga del imputado, de que altere constancias judiciales incorporadas al proceso, de que influya sobre testigos, modifique pruebas contables o disponga que otros lo hagan, o que utilice su poder para obstaculizar de cualquier otro modo la investigación judicial.
La privación de la libertad, por medio del mecanismo de prisión preventiva, no puede ni debe ser un fin en sí mismo, sino un medio instrumental y cautelar. Resulta vital que las actuaciones penales deriven sin demoras en la instancia del juicio oral. Llegar a esa instancia permite que se atenúen o directamente desaparezcan las razones para mantener a alguien en cautiverio.
Sin dudas, todos somos iguales ante la ley y no es justo que una persona se encuentre detenida en forma indefinida sin condena judicial. Del mismo modo que cualquier ser humano que haya cumplido los 70 años o que se encuentre gravemente enfermo tiene derecho al beneficio de la prisión domiciliaria. Pero pretender otorgar a la investigación periodística o a las declaraciones de los colegios que nuclean a los profesionales un efecto jurídico con relación a las prisiones preventivas es tan forzado como delirante. Por otro lado, si un detenido considera que lo está injustamente, ya existen en nuestra legislación varias instancias previstas, entre ellas, el pedido de dictado de una nulidad, en caso de corresponder.
Coincidimos con la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA) en el rechazo a este proyecto, al que dicha institución ha calificado de "desatinado y sin antecedentes en el mundo", además de rozar el disparate por cuanto "pretende deslegitimar el rol del periodismo de investigación, central en las democracias modernas".
Ningún medio periodístico debe ser silenciado por denunciar la corrupción. Ya hemos vivido instancias deplorables como los escraches fascistas a periodistas, cuyas imágenes fueron colgadas en espacios públicos en los que se invitaba a niños a escupirlas. "Escupí tu bronca", se llamaba, sin tapujos, aquella nefasta campaña impulsada por representantes del mismo sector que ahora busca amañar la ley para garantizar la impunidad de funcionarios acusados de corrupción.
Todo indica que la defensa irrestricta del Estado de Derecho impedirá que se convierta en ley una iniciativa tan insensata como irrazonable.
Fuente:https://www.lanacion.com.ar/editoriales/un-mensaje-inaceptable-nid2336250
OPINIÓN | COLUMNISTAS | DE NO CREER-Cuando la única verdad era la realidad, por Carlos M. Reymundo Roberts
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OPINIÓN | COLUMNISTAS | DE NO CREER
Cuando la única verdad era la realidad
Carlos M. Reymundo Roberts
22 de Febrero de 2020
En los últimos tiempos vengo pensando mucho en la incómoda relación entre Alberto Fernández y la verdad. Incómoda para la verdad. Alberto está feliz de la vida: no le importa un comino llevarse a las patadas con los hechos, con la realidad, con el decoro. En las redes ya lo están caracterizando con una nariz prominente que no deja de crecer. Me dicen que incluso Cristina está sorprendida -gratamente sorprendida- por la facilidad del Presidente para macanear. El otro día, reunidos a solas en Olivos, ella lo escuchó un rato, hasta que decidió interrumpirlo parafraseando la célebre admonición de Beatriz Sarlo a Orlando Barone: "Conmigo no, Albertito. Conmigo no".
En cualquier momento me animo y le digo lo mismo: "Con nosotros no, profesor". Porque todo tiene un límite. No voy a negar que mentira y política suelen ser, en cualquier latitud, dos caras de la misma moneda. Pero se debe guardar cierta proporcionalidad. Por ejemplo, cada cinco verdades, una mentirita. Invertir la fórmula no es sustentable. Esta semana, Alberto se mostró enojadísimo porque el recorte en los aumentos de las jubilaciones había sido presentado como un ajuste. "Ciertos medios afirman que ha habido un ajuste sobre los jubilados, cuando en realidad eso no pasó. Es un ejemplo de cómo se desinforma", escribió en Twitter. ¿No es increíble? ¿Cómo que "eso no pasó"? Con la suspensión de la ley de movilidad, el Gobierno les sustrajo de un saque a jubilados y pensionados 5500 millones de pesos. En los tiempos de Macri, los ajustes se presentaban como algo doloroso, pero necesario. Hoy, el relato albertiano consiste en negarlos. Durante la campaña, convirtió en un latiguillo eso de que "entre los bancos y los jubilados, siempre voy a elegir a los jubilados". Que se retire Pinocho: su nariz ya no puede competir.
Desde hace unos días, la Casa Rosada puso a trabajar a equipos de varias áreas en la recomposición tarifaria -antipática, pero impostergable- que se hará a partir de julio. La novedad fue informada por el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero. Pero ayer lo desmintió el Presidente, que sostiene que nunca hay que creerle a un jefe de Gabinete. "Hoy no está en cartera un aumento de tarifas", dijo. Confirmado: en julio sube todo.
La distorsión de los hechos también fue homenajeada por el Gobierno al referirse al comunicado del Fondo Monetario del miércoles, en el que se afirmó que la deuda es insostenible y que los acreedores privados deben hacer una contribución. El texto habla de "contribución apreciable" (si ponían "contribución solidaria", yo me retiraba junto con Pinocho), pero en ningún momento de "quita", como difundieron, en clima de festejo, voceros de la Presidencia y de Economía. En la liturgia oficial, "quita" adquirió estatus de sancta sanctorum desde que la usó Cristina en Cuba en su reclamo al FMI. Después, dócil y presuroso, la repitió Alberto. "El Fondo nos dio la razón -dijo el Presidente sobre el cambio de posición del organismo respecto de la sustentabilidad de la deuda-. Lo que nosotros decíamos no era mentira, era verdad". Tres veces esta semana, refiriéndose a distintos temas, usó la misma expresión: "Vieron, no mentíamos". Se ve que la sabiduría del profesor le hace presumir, o sospechar, que mucho no le creemos. Duerma relajado: es solo una sospecha.
"Tengo la tranquilidad de tener a Cristina a mi lado", acaba de decir en un acto en Ezeiza. El aplauso de la gente premió su arrojo.
No estoy haciendo del uso sistemático de la mentira o el engaño una cuestión moral, sino de salud pública. Es contagioso. El diputado kirchnerista Hugo Yasky, que como secretario general de la CTA hizo de la cláusula gatillo la causa de su vida, pidió apartarse de esa modalidad "porque es indexatoria". De no creer: la obediencia debida al relato le hace decir a un dirigente sindical que está en contra de la indexación de los salarios.
Su colega de bancada Florencia Saintout escribió el sábado en un tuit: "Hoy #abreTecnópolis después de cuatro años de abandono". Cuatro años de abandono es la nueva formulación de "tierra arrasada". Pero no quisiera estar en la piel de Saintout. Como fue público y notorio, Tecnópolis gozó de excelente salud durante todo el gobierno de Macri. No solo eso: se la potenció impulsando Tecnópolis Federal, que recorrió varias provincias. El predio sobre General Paz fue sede de exposiciones, muestras de ciencia y tecnología, conciertos, espectáculos artísticos y grandes acontecimientos deportivos, como los Juegos Olímpicos de la Juventud, en 2018. Dije que no quisiera ponerme en la piel de Saintout porque siempre aparece un malaleche como Hernán Lombardi, a cargo de Tecnópolis durante el gobierno anterior, que se le da por publicar las cifras de visitantes durante esos cuatro años de abandono: en 2016, 2,5 millones; 2017, 3,1 millones; 2018, 2 millones, y 2019, 2,9 millones. También es posible que todas esas multitudes hayan querido ver de cerca los escombros de lo que había sido una gran feria.
Me pregunto si nos mienten por placer, por deformación profesional, por costumbre o porque a los argentinos nos gusta que nos mientan. Aristóteles dijo, y Perón repitió, que la única verdad es la realidad. Pero vaya uno a creerles a estos dos señores.
Fuente:https://www.lanacion.com.ar/opinion/columnistas/cuando-la-unica-verdad-era-la-realidad-nid2336292
OPINIÓN | COLUMNISTAS | DE NO CREER
Cuando la única verdad era la realidad
Carlos M. Reymundo Roberts
22 de Febrero de 2020
En los últimos tiempos vengo pensando mucho en la incómoda relación entre Alberto Fernández y la verdad. Incómoda para la verdad. Alberto está feliz de la vida: no le importa un comino llevarse a las patadas con los hechos, con la realidad, con el decoro. En las redes ya lo están caracterizando con una nariz prominente que no deja de crecer. Me dicen que incluso Cristina está sorprendida -gratamente sorprendida- por la facilidad del Presidente para macanear. El otro día, reunidos a solas en Olivos, ella lo escuchó un rato, hasta que decidió interrumpirlo parafraseando la célebre admonición de Beatriz Sarlo a Orlando Barone: "Conmigo no, Albertito. Conmigo no".
En cualquier momento me animo y le digo lo mismo: "Con nosotros no, profesor". Porque todo tiene un límite. No voy a negar que mentira y política suelen ser, en cualquier latitud, dos caras de la misma moneda. Pero se debe guardar cierta proporcionalidad. Por ejemplo, cada cinco verdades, una mentirita. Invertir la fórmula no es sustentable. Esta semana, Alberto se mostró enojadísimo porque el recorte en los aumentos de las jubilaciones había sido presentado como un ajuste. "Ciertos medios afirman que ha habido un ajuste sobre los jubilados, cuando en realidad eso no pasó. Es un ejemplo de cómo se desinforma", escribió en Twitter. ¿No es increíble? ¿Cómo que "eso no pasó"? Con la suspensión de la ley de movilidad, el Gobierno les sustrajo de un saque a jubilados y pensionados 5500 millones de pesos. En los tiempos de Macri, los ajustes se presentaban como algo doloroso, pero necesario. Hoy, el relato albertiano consiste en negarlos. Durante la campaña, convirtió en un latiguillo eso de que "entre los bancos y los jubilados, siempre voy a elegir a los jubilados". Que se retire Pinocho: su nariz ya no puede competir.
Desde hace unos días, la Casa Rosada puso a trabajar a equipos de varias áreas en la recomposición tarifaria -antipática, pero impostergable- que se hará a partir de julio. La novedad fue informada por el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero. Pero ayer lo desmintió el Presidente, que sostiene que nunca hay que creerle a un jefe de Gabinete. "Hoy no está en cartera un aumento de tarifas", dijo. Confirmado: en julio sube todo.
La distorsión de los hechos también fue homenajeada por el Gobierno al referirse al comunicado del Fondo Monetario del miércoles, en el que se afirmó que la deuda es insostenible y que los acreedores privados deben hacer una contribución. El texto habla de "contribución apreciable" (si ponían "contribución solidaria", yo me retiraba junto con Pinocho), pero en ningún momento de "quita", como difundieron, en clima de festejo, voceros de la Presidencia y de Economía. En la liturgia oficial, "quita" adquirió estatus de sancta sanctorum desde que la usó Cristina en Cuba en su reclamo al FMI. Después, dócil y presuroso, la repitió Alberto. "El Fondo nos dio la razón -dijo el Presidente sobre el cambio de posición del organismo respecto de la sustentabilidad de la deuda-. Lo que nosotros decíamos no era mentira, era verdad". Tres veces esta semana, refiriéndose a distintos temas, usó la misma expresión: "Vieron, no mentíamos". Se ve que la sabiduría del profesor le hace presumir, o sospechar, que mucho no le creemos. Duerma relajado: es solo una sospecha.
"Tengo la tranquilidad de tener a Cristina a mi lado", acaba de decir en un acto en Ezeiza. El aplauso de la gente premió su arrojo.
No estoy haciendo del uso sistemático de la mentira o el engaño una cuestión moral, sino de salud pública. Es contagioso. El diputado kirchnerista Hugo Yasky, que como secretario general de la CTA hizo de la cláusula gatillo la causa de su vida, pidió apartarse de esa modalidad "porque es indexatoria". De no creer: la obediencia debida al relato le hace decir a un dirigente sindical que está en contra de la indexación de los salarios.
Su colega de bancada Florencia Saintout escribió el sábado en un tuit: "Hoy #abreTecnópolis después de cuatro años de abandono". Cuatro años de abandono es la nueva formulación de "tierra arrasada". Pero no quisiera estar en la piel de Saintout. Como fue público y notorio, Tecnópolis gozó de excelente salud durante todo el gobierno de Macri. No solo eso: se la potenció impulsando Tecnópolis Federal, que recorrió varias provincias. El predio sobre General Paz fue sede de exposiciones, muestras de ciencia y tecnología, conciertos, espectáculos artísticos y grandes acontecimientos deportivos, como los Juegos Olímpicos de la Juventud, en 2018. Dije que no quisiera ponerme en la piel de Saintout porque siempre aparece un malaleche como Hernán Lombardi, a cargo de Tecnópolis durante el gobierno anterior, que se le da por publicar las cifras de visitantes durante esos cuatro años de abandono: en 2016, 2,5 millones; 2017, 3,1 millones; 2018, 2 millones, y 2019, 2,9 millones. También es posible que todas esas multitudes hayan querido ver de cerca los escombros de lo que había sido una gran feria.
Me pregunto si nos mienten por placer, por deformación profesional, por costumbre o porque a los argentinos nos gusta que nos mientan. Aristóteles dijo, y Perón repitió, que la única verdad es la realidad. Pero vaya uno a creerles a estos dos señores.
Fuente:https://www.lanacion.com.ar/opinion/columnistas/cuando-la-unica-verdad-era-la-realidad-nid2336292
Saturday, February 15, 2020
ECONOMÍA | MERCOSUR-En América no son tan amables, por Francisco Olivera
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ECONOMÍA | MERCOSUR
En América no son tan amables
Francisco Olivera
15 de Febrero de 2020
La pregunta fue específica, pero Felipe Solá no terminó de contestar. Estaba en la segunda de las cuatro reuniones, almuerzo incluido, que tuvo el miércoles en Brasilia y alguien del equipo de Ernesto Araújo, su par brasileño, quiso saber: "¿Van a acompañarnos con la firma del acuerdo Unión Europea-Mercosur?". Solá no habló de más. Se limitó a recordar que esa era, en todo caso, una decisión que oportunamente tendría que tomar Alberto Fernández. Y esa elipsis no impidió que la visita cumpliera con el objetivo que se había propuesto: iniciar una relación después de los múltiples reproches que, en los últimos meses, se hicieron mutuamente el actual presidente argentino y Jair Bolsonaro. Por la tarde, en un gesto infrecuente porque en general se reúne con funcionarios extranjeros de su mismo rango, el líder brasileño recibió a la comitiva en el Palacio del Planalto.
Las urgencias de Brasil divergen de las argentinas. Brasil necesita el aval de la Casa Rosada para negociar con la Unión Europea porque, según explicaron allí sus diplomáticos, ese tratado no solo será beneficioso para ambas economías sudamericanas sino que ya le ha devuelto, con la sola posibilidad de la firma, vigor internacional al Mercosur, devaluado en los últimos años bajo la sombra de la Alianza del Pacífico. Y eso que los europeos tienen múltiples reparos. Deben, por lo pronto, vencer la resistencia de Francia, el país más reticente, que viene además de desencuentros con Bolsonaro por los incendios del Amazonas. La desconfianza es infinita: un informe del Ejército brasileño incluye a los franceses como primera hipótesis de conflicto en esa zona sensible del planeta.
Son fantasmas que, si se avanza, estarán presentes en la negociación final. Antes, Brasil deberá obtener la aprobación argentina, paso legal que lo facultaría a empezar a entenderse de manera bilateral con la Unión Europea. El trámite requiere la aprobación parlamentaria de ambos países. La Argentina está entonces frente a varias encrucijadas. ¿Podría negarse a firmarlo y enemistarse con Bolsonaro? ¿Cómo reaccionarían industriales propios que, al igual que los de San Pablo, se oponen al acuerdo? ¿Estará dispuesto Alberto Fernández a dar ese aval y posibilitar, por lo tanto, inmediatas conversaciones bilaterales entre su socio del Mercosur y Europa de las que no participará y que incidirán en el arancel externo común del bloque? Ni siquiera en ese punto están de acuerdo: mientras los brasileños hablan de "reducirlo", la Argentina plantea "revisarlo". La semántica hace a la diplomacia.
Son asuntos que deberá atender el embajador Daniel Scioli, que prevé mudarse a Brasilia el 2 de marzo y que, hasta ahora, como dicen en la Cancillería, viene ejerciendo en la relación la "ambigüedad constructiva". Una especialidad del exgobernador. Pero Bolsonaro es como Trump: rotundo para las definiciones. Y es inevitable que aparezcan temas regionales escabrosos. En esas reuniones en el Palacio de Itamaraty, por ejemplo, se habló de la situación de Venezuela. Uno de los desvelos del presidente norteamericano, con quien el gobierno argentino debe al menos entenderse para que apuntale la renegociación de la deuda.
Hasta ahora, la Casa Blanca respaldó públicamente al Gobierno. Fueron todas señales positivas no exentas, sin embargo, de alguna advertencia en voz baja sobre inquietudes que han desplazado incluso a Maduro en la lista de prioridades. Entre ellas, la situación de Bolivia. Desde la asunción de Alberto Fernández, los norteamericanos vienen preguntándose por el rol que tiene pensado cumplir Evo Morales desde la Argentina. Lo planteó Michael Kozak, subsecretario de Asuntos Hemisféricos, el 11 de diciembre en un almuerzo en la Casa Rosada, donde se buscaba atenuar la tensión que había provocado 24 horas antes el faltazo de Mauricio Claver, asesor de Trump y director de Seguridad Nacional para el Hemisferio Occidental, a la ceremonia del traspaso. Claver no había querido compartir un acto oficial con el funcionario venezolano Jorge Rodríguez y decidió irse casi sin deshacer la valija. Al día siguiente, en el encuentro que pretendía distender, Kozak expuso su duda: ¿sería la Argentina el lugar desde donde Evo Morales haría campaña para regresar al poder? El Gobierno volvió a escuchar esa perturbación hace algunos días, antes de que el ex presidente boliviano viajara a Cuba para hacerse estudios médicos.
Esos movimientos cobraron últimamente mayor interés norteamericano que los de Maduro, a quien el mundo diplomático supone en una larga senda de deterioro y desprestigio. No es el caso de Morales, que pretende competir como senador en las elecciones del 3 de mayo, candidatura sobre la que debe expedirse el Tribunal Supremo Electoral pasado mañana.
La mirada del Departamento de Estado al respecto es indirecta. Informes de especialistas en seguridad internacional consignan la existencia de células de Hezbollah que se corrieron en los últimos años de la Triple Frontera hacia zonas de Bolivia a las que la DEA ha vuelto a prestarles atención. Dicen que el control ahí es más sencillo desde la salida de Evo Morales, que acaba de elegir para atender su salud el destino regional más incómodo: La Habana. Es el punto de contacto que norteamericanos propensos a ver conspiraciones encuentran con Cristina Kirchner, sobre quien desde hace rato dejan volar la imaginación: ¿tantas horas acompañando a su hija Florencia entre custodios cubanos deberían tomarse con inocencia geopolítica?
Es imposible que Trump desoiga estas advertencias. Pero su apoyo resulta imprescindible para el programa de Alberto Fernández, que empieza en la normalización del crédito. Cuatro préstamos de unos 1000 millones de dólares para empresas argentinas a cargo de la Corporación Internacional de Finanzas para el Desarrollo (DFC, en inglés), agencia que depende del gobierno de Estados Unidos, aguardan autorización para el desembolso definitivo al que, el mes pasado, la Casa Blanca les agregó condicionamientos de tinte político. Una nueva cláusula, fundada en la seguridad nacional, establece criterios de evaluación que exceden la capacidad de pago de las compañías, entre las que están YPF y Vistas: se adentra en cuestiones de políticas públicas como las tarifas, el acceso a las divisas o el reparto de dividendos. Y es difícil, por otra parte, que cualquier entendimiento con el Departamento de Estado excluya la ley de góndolas, que viene del gobierno de Macri, tiene media sanción y, según afirmaron en multinacionales que ya empezaron a meter presión en el Congreso, podría significar un aumento de entre el 8 y el 12% en los costos y comprometer de 5000 a 7000 puestos de trabajo.
Alberto Fernández viene de definirse en París como "europeísta convencido". Su desafío es ahora replicar el éxito de esa gira en el propio continente, que tiene otros modos y prioridades, y donde, por las características personales de sus líderes, la ambigüedad no siempre parece un rasgo constructivo. Merkel y Macron son más amables que Trump y Bolsonaro.
Fuente:https://www.lanacion.com.ar/economia/en-america-no-son-tan-amables-nid2333991
ECONOMÍA | MERCOSUR
En América no son tan amables
Francisco Olivera
15 de Febrero de 2020
La pregunta fue específica, pero Felipe Solá no terminó de contestar. Estaba en la segunda de las cuatro reuniones, almuerzo incluido, que tuvo el miércoles en Brasilia y alguien del equipo de Ernesto Araújo, su par brasileño, quiso saber: "¿Van a acompañarnos con la firma del acuerdo Unión Europea-Mercosur?". Solá no habló de más. Se limitó a recordar que esa era, en todo caso, una decisión que oportunamente tendría que tomar Alberto Fernández. Y esa elipsis no impidió que la visita cumpliera con el objetivo que se había propuesto: iniciar una relación después de los múltiples reproches que, en los últimos meses, se hicieron mutuamente el actual presidente argentino y Jair Bolsonaro. Por la tarde, en un gesto infrecuente porque en general se reúne con funcionarios extranjeros de su mismo rango, el líder brasileño recibió a la comitiva en el Palacio del Planalto.
Las urgencias de Brasil divergen de las argentinas. Brasil necesita el aval de la Casa Rosada para negociar con la Unión Europea porque, según explicaron allí sus diplomáticos, ese tratado no solo será beneficioso para ambas economías sudamericanas sino que ya le ha devuelto, con la sola posibilidad de la firma, vigor internacional al Mercosur, devaluado en los últimos años bajo la sombra de la Alianza del Pacífico. Y eso que los europeos tienen múltiples reparos. Deben, por lo pronto, vencer la resistencia de Francia, el país más reticente, que viene además de desencuentros con Bolsonaro por los incendios del Amazonas. La desconfianza es infinita: un informe del Ejército brasileño incluye a los franceses como primera hipótesis de conflicto en esa zona sensible del planeta.
Son fantasmas que, si se avanza, estarán presentes en la negociación final. Antes, Brasil deberá obtener la aprobación argentina, paso legal que lo facultaría a empezar a entenderse de manera bilateral con la Unión Europea. El trámite requiere la aprobación parlamentaria de ambos países. La Argentina está entonces frente a varias encrucijadas. ¿Podría negarse a firmarlo y enemistarse con Bolsonaro? ¿Cómo reaccionarían industriales propios que, al igual que los de San Pablo, se oponen al acuerdo? ¿Estará dispuesto Alberto Fernández a dar ese aval y posibilitar, por lo tanto, inmediatas conversaciones bilaterales entre su socio del Mercosur y Europa de las que no participará y que incidirán en el arancel externo común del bloque? Ni siquiera en ese punto están de acuerdo: mientras los brasileños hablan de "reducirlo", la Argentina plantea "revisarlo". La semántica hace a la diplomacia.
Son asuntos que deberá atender el embajador Daniel Scioli, que prevé mudarse a Brasilia el 2 de marzo y que, hasta ahora, como dicen en la Cancillería, viene ejerciendo en la relación la "ambigüedad constructiva". Una especialidad del exgobernador. Pero Bolsonaro es como Trump: rotundo para las definiciones. Y es inevitable que aparezcan temas regionales escabrosos. En esas reuniones en el Palacio de Itamaraty, por ejemplo, se habló de la situación de Venezuela. Uno de los desvelos del presidente norteamericano, con quien el gobierno argentino debe al menos entenderse para que apuntale la renegociación de la deuda.
Hasta ahora, la Casa Blanca respaldó públicamente al Gobierno. Fueron todas señales positivas no exentas, sin embargo, de alguna advertencia en voz baja sobre inquietudes que han desplazado incluso a Maduro en la lista de prioridades. Entre ellas, la situación de Bolivia. Desde la asunción de Alberto Fernández, los norteamericanos vienen preguntándose por el rol que tiene pensado cumplir Evo Morales desde la Argentina. Lo planteó Michael Kozak, subsecretario de Asuntos Hemisféricos, el 11 de diciembre en un almuerzo en la Casa Rosada, donde se buscaba atenuar la tensión que había provocado 24 horas antes el faltazo de Mauricio Claver, asesor de Trump y director de Seguridad Nacional para el Hemisferio Occidental, a la ceremonia del traspaso. Claver no había querido compartir un acto oficial con el funcionario venezolano Jorge Rodríguez y decidió irse casi sin deshacer la valija. Al día siguiente, en el encuentro que pretendía distender, Kozak expuso su duda: ¿sería la Argentina el lugar desde donde Evo Morales haría campaña para regresar al poder? El Gobierno volvió a escuchar esa perturbación hace algunos días, antes de que el ex presidente boliviano viajara a Cuba para hacerse estudios médicos.
Esos movimientos cobraron últimamente mayor interés norteamericano que los de Maduro, a quien el mundo diplomático supone en una larga senda de deterioro y desprestigio. No es el caso de Morales, que pretende competir como senador en las elecciones del 3 de mayo, candidatura sobre la que debe expedirse el Tribunal Supremo Electoral pasado mañana.
La mirada del Departamento de Estado al respecto es indirecta. Informes de especialistas en seguridad internacional consignan la existencia de células de Hezbollah que se corrieron en los últimos años de la Triple Frontera hacia zonas de Bolivia a las que la DEA ha vuelto a prestarles atención. Dicen que el control ahí es más sencillo desde la salida de Evo Morales, que acaba de elegir para atender su salud el destino regional más incómodo: La Habana. Es el punto de contacto que norteamericanos propensos a ver conspiraciones encuentran con Cristina Kirchner, sobre quien desde hace rato dejan volar la imaginación: ¿tantas horas acompañando a su hija Florencia entre custodios cubanos deberían tomarse con inocencia geopolítica?
Es imposible que Trump desoiga estas advertencias. Pero su apoyo resulta imprescindible para el programa de Alberto Fernández, que empieza en la normalización del crédito. Cuatro préstamos de unos 1000 millones de dólares para empresas argentinas a cargo de la Corporación Internacional de Finanzas para el Desarrollo (DFC, en inglés), agencia que depende del gobierno de Estados Unidos, aguardan autorización para el desembolso definitivo al que, el mes pasado, la Casa Blanca les agregó condicionamientos de tinte político. Una nueva cláusula, fundada en la seguridad nacional, establece criterios de evaluación que exceden la capacidad de pago de las compañías, entre las que están YPF y Vistas: se adentra en cuestiones de políticas públicas como las tarifas, el acceso a las divisas o el reparto de dividendos. Y es difícil, por otra parte, que cualquier entendimiento con el Departamento de Estado excluya la ley de góndolas, que viene del gobierno de Macri, tiene media sanción y, según afirmaron en multinacionales que ya empezaron a meter presión en el Congreso, podría significar un aumento de entre el 8 y el 12% en los costos y comprometer de 5000 a 7000 puestos de trabajo.
Alberto Fernández viene de definirse en París como "europeísta convencido". Su desafío es ahora replicar el éxito de esa gira en el propio continente, que tiene otros modos y prioridades, y donde, por las características personales de sus líderes, la ambigüedad no siempre parece un rasgo constructivo. Merkel y Macron son más amables que Trump y Bolsonaro.
Fuente:https://www.lanacion.com.ar/economia/en-america-no-son-tan-amables-nid2333991
OPINIÓN | COLUMNISTAS | DE NO CREER-Cristina presente, y que sufra el Presidente, por Carlos M. Reymundo Roberts
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OPINIÓN | COLUMNISTAS | DE NO CREER
Cristina presente, y que sufra el Presidente
Carlos M. Reymundo Roberts
15 de Febrero de 2020
Esta ha sido una semana Cristina céntrica, es decir, una semana en la que Cristina tiró los centros y además fue a cabecear. Es comprensible. Durante al menos 10 días todos los focos estuvieron puestos en Alberto, en el viaje de Alberto, en las cumbres de Alberto, en las ninguneadas de Alberto al revolucionario de café Kicillof. Cris había quedado muy opacada. El contraste era brutal: él, desfilando por alfombras rojas en el Vaticano, Berlín, París y Madrid, y ella, saltando pozos y baldosas flojas en las grises calles de La Habana. Para peor, al lado de gente que, si no lee Gramma, se pregunta quién es esa pelirroja altanera que gasta fortunas en make-up.
"Tengo que hacer algo potente, y tengo que hacerlo ya mismo", habrá pensado la señora. La oportunidad ideal fue la presentación de Cristinamente (perdón, de Sinceramente) en la Feria del Libro de la capital cubana, acontecimiento cultural de ribetes únicos y extraordinarios: allí no hay un solo ejemplar que no haya pasado antes por la censura. Incluido, claro, Sinceramente. Al censor que tuvo que tragarse las 600 páginas le dieron seis meses de licencia, paga extra y asistencia psicológica. Igual, me dicen que el tipo huyó a Miami.
Cris aprovechó el momento y la tribuna para hacer un análisis étnico y sociológico que no dejó de sorprender: dijo que "los descendientes de italianos son mafiosos por herencia genética". Aunque dedicada a Macri, la afirmación resulta a todas luces injusta y temeraria, algo llamativo en una mujer tan prudente. Puesta en boca de otra persona, diríamos que es un desborde del que deberían ocuparse los médicos. No me quiero imaginar los virulentos whatsapps que habrá recibido de Parrilli, Scioli, De Vido, Baratta, Bonafini, Milani, Maradona, Zaffaroni, Tinelli, Carlotto, Massa, Cafiero, Lavagna, Cerruti, Miceli, D'Elía, Donda, Brancatelli... Su expertise en mafias no la autoriza a decir semejante barbaridad. El papa Bergoglio debería llamarla a la reflexión. Un funcionario italiano la acusó de "racista" y dijo que sus palabras causaron "consternación". Imagínense si hubiese escuchado una cadena entera.
Cristina sostuvo también que el Fondo Monetario Internacional se apartó de sus propias normas al concederle el préstamo de 57.000 millones de dólares al gobierno de Macri. En este caso, déjenme salir en su defensa: había sacado el dato de una nota periodística o de un tuit, y no sabía que la disposición citada por ella fue modificada hace muchísimos años. A mí también me resulta más divertido leer tuits que andar revisando los estatutos del organismo. Pidió, además, que el Fondo hiciera una quita. Aun sin haber leído los estatutos, sabe que esa posibilidad no existe. Si el Fondo pone, no quita. Pero fue un favor a Alberto: hacerse el malo con los acreedores es la mejor forma de tapar el ajuste brutal que se está aplicando para poder pagarles a los acreedores. De paso, ese ropaje de antisistema le sirve para cubrir al mayor pagador de deuda externa que haya tenido el país en toda su historia: Kicillof.
A propósito de la deuda, el miércoles expuso en la Cámara de Diputados el ministro de Economía, Martín Guzmán. Fui uno de los invitados a los palcos para seguir de cerca la intervención. Escuché y anoté todo, consciente de que estaba siendo testigo de un momento de enorme relevancia. Y, de paso, me di el lujo de conocer personalmente a Guzmán. Sí, un lujo: pobre tipo, un cargo tan importante y como que no lo conoce nadie. Esa noche comí con un amigo economista, renombrado gurú de la City porteña, que se me rió en la cara: "¿Así que fuiste a escuchar al pasante? Lo digo en serio: yo a Guzmán en mi estudio no le doy más que un contrato de pasante. El único bueno del equipo era Daniel Marx y se fue". Estos gurúes son impiadosos.
Vuelvo a la exposición del ministro. Reconoció que solo habrá equilibrio fiscal cuando Alberto esté terminando su mandato, y criticó a Macri, al FMI, a los bonistas y a los que le reclaman un programa económico. Estos pasantes son impiadosos.
En Cuba, Cristina se sacó una foto con su hija, Florencia, que después la posteó en su nueva cuenta de Instagram. Se la ve muy recuperada. A Florencia. ¿Ya está lista para volver al país y declarar ante la Justicia, que la viene esperando pacientemente desde hace un año? Si fuera por ella, estaría pegando la vuelta. Se muere de ganas de declarar, de justificar su fortuna con una prueba irrefutable: es una guionista exitosa. Pero antes debe vencer la resistencia de los médicos cubanos. Nunca fue fácil salir de la isla de los Castro.
El otro tema que puso al cristinismo en primer plano, y en pie de guerra, fue el debate sobre si en el país hay o no presos políticos. Muchos creen ver ahí la prueba de que la peor de las grietas es la interna: Cristina vs. Alberto. No iría tan lejos. En realidad, son escaramuzas. Como dice Juan Germano, de Isonomía, los dos se siguen necesitando, y no le van a servir ese bocado del conflicto o de la ruptura a la oposición. No por ahora. Tampoco la polémica sobre los presos políticos tiene mucho sentido. Todo el mundo sabe cuál es la verdad. Todo el mundo sabe que en la Argentina no hay presos políticos.
Bueno, hay uno solo. Alberto.
Fuente:https://www.lanacion.com.ar/opinion/columnistas/cristina-presente-y-que-sufra-el-presidente-nid2334097
OPINIÓN | COLUMNISTAS | DE NO CREER
Cristina presente, y que sufra el Presidente
Carlos M. Reymundo Roberts
15 de Febrero de 2020
Esta ha sido una semana Cristina céntrica, es decir, una semana en la que Cristina tiró los centros y además fue a cabecear. Es comprensible. Durante al menos 10 días todos los focos estuvieron puestos en Alberto, en el viaje de Alberto, en las cumbres de Alberto, en las ninguneadas de Alberto al revolucionario de café Kicillof. Cris había quedado muy opacada. El contraste era brutal: él, desfilando por alfombras rojas en el Vaticano, Berlín, París y Madrid, y ella, saltando pozos y baldosas flojas en las grises calles de La Habana. Para peor, al lado de gente que, si no lee Gramma, se pregunta quién es esa pelirroja altanera que gasta fortunas en make-up.
"Tengo que hacer algo potente, y tengo que hacerlo ya mismo", habrá pensado la señora. La oportunidad ideal fue la presentación de Cristinamente (perdón, de Sinceramente) en la Feria del Libro de la capital cubana, acontecimiento cultural de ribetes únicos y extraordinarios: allí no hay un solo ejemplar que no haya pasado antes por la censura. Incluido, claro, Sinceramente. Al censor que tuvo que tragarse las 600 páginas le dieron seis meses de licencia, paga extra y asistencia psicológica. Igual, me dicen que el tipo huyó a Miami.
Cris aprovechó el momento y la tribuna para hacer un análisis étnico y sociológico que no dejó de sorprender: dijo que "los descendientes de italianos son mafiosos por herencia genética". Aunque dedicada a Macri, la afirmación resulta a todas luces injusta y temeraria, algo llamativo en una mujer tan prudente. Puesta en boca de otra persona, diríamos que es un desborde del que deberían ocuparse los médicos. No me quiero imaginar los virulentos whatsapps que habrá recibido de Parrilli, Scioli, De Vido, Baratta, Bonafini, Milani, Maradona, Zaffaroni, Tinelli, Carlotto, Massa, Cafiero, Lavagna, Cerruti, Miceli, D'Elía, Donda, Brancatelli... Su expertise en mafias no la autoriza a decir semejante barbaridad. El papa Bergoglio debería llamarla a la reflexión. Un funcionario italiano la acusó de "racista" y dijo que sus palabras causaron "consternación". Imagínense si hubiese escuchado una cadena entera.
Cristina sostuvo también que el Fondo Monetario Internacional se apartó de sus propias normas al concederle el préstamo de 57.000 millones de dólares al gobierno de Macri. En este caso, déjenme salir en su defensa: había sacado el dato de una nota periodística o de un tuit, y no sabía que la disposición citada por ella fue modificada hace muchísimos años. A mí también me resulta más divertido leer tuits que andar revisando los estatutos del organismo. Pidió, además, que el Fondo hiciera una quita. Aun sin haber leído los estatutos, sabe que esa posibilidad no existe. Si el Fondo pone, no quita. Pero fue un favor a Alberto: hacerse el malo con los acreedores es la mejor forma de tapar el ajuste brutal que se está aplicando para poder pagarles a los acreedores. De paso, ese ropaje de antisistema le sirve para cubrir al mayor pagador de deuda externa que haya tenido el país en toda su historia: Kicillof.
A propósito de la deuda, el miércoles expuso en la Cámara de Diputados el ministro de Economía, Martín Guzmán. Fui uno de los invitados a los palcos para seguir de cerca la intervención. Escuché y anoté todo, consciente de que estaba siendo testigo de un momento de enorme relevancia. Y, de paso, me di el lujo de conocer personalmente a Guzmán. Sí, un lujo: pobre tipo, un cargo tan importante y como que no lo conoce nadie. Esa noche comí con un amigo economista, renombrado gurú de la City porteña, que se me rió en la cara: "¿Así que fuiste a escuchar al pasante? Lo digo en serio: yo a Guzmán en mi estudio no le doy más que un contrato de pasante. El único bueno del equipo era Daniel Marx y se fue". Estos gurúes son impiadosos.
Vuelvo a la exposición del ministro. Reconoció que solo habrá equilibrio fiscal cuando Alberto esté terminando su mandato, y criticó a Macri, al FMI, a los bonistas y a los que le reclaman un programa económico. Estos pasantes son impiadosos.
En Cuba, Cristina se sacó una foto con su hija, Florencia, que después la posteó en su nueva cuenta de Instagram. Se la ve muy recuperada. A Florencia. ¿Ya está lista para volver al país y declarar ante la Justicia, que la viene esperando pacientemente desde hace un año? Si fuera por ella, estaría pegando la vuelta. Se muere de ganas de declarar, de justificar su fortuna con una prueba irrefutable: es una guionista exitosa. Pero antes debe vencer la resistencia de los médicos cubanos. Nunca fue fácil salir de la isla de los Castro.
El otro tema que puso al cristinismo en primer plano, y en pie de guerra, fue el debate sobre si en el país hay o no presos políticos. Muchos creen ver ahí la prueba de que la peor de las grietas es la interna: Cristina vs. Alberto. No iría tan lejos. En realidad, son escaramuzas. Como dice Juan Germano, de Isonomía, los dos se siguen necesitando, y no le van a servir ese bocado del conflicto o de la ruptura a la oposición. No por ahora. Tampoco la polémica sobre los presos políticos tiene mucho sentido. Todo el mundo sabe cuál es la verdad. Todo el mundo sabe que en la Argentina no hay presos políticos.
Bueno, hay uno solo. Alberto.
Fuente:https://www.lanacion.com.ar/opinion/columnistas/cristina-presente-y-que-sufra-el-presidente-nid2334097
OPINIÓN | COLUMNISTAS-Mentime, que me gusta, por Héctor M. Guyot
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OPINIÓN | COLUMNISTAS
Mentime, que me gusta
Héctor M. Guyot
15 de Febrero de 2020
El gobierno actual nació de un acto marcado por una alta dosis de hipocresía. Y por partida doble. Aunque Alberto Fernández ha mantenido una cierta coherencia desde que asumió, resultan difíciles de olvidar las piruetas discursivas que dio tras cerrar el pacto que lo llevaría a la presidencia: su socia pasó de ser una traidora a la patria a encarnar la esperanza nacional. Por su parte, Cristina Kirchner simuló un paso al costado y se puso el traje de actriz secundaria: resultaba imperioso volver al poder y aliviar su gravísima situación judicial. En campaña, la verdadera naturaleza de ese acuerdo quedó velada por el discurso populista de los candidatos y la condescendencia mediática. Ahora, ese vicio de origen, que no fue obstáculo para resultar favorecidos por el voto, está empezando a pasar factura al Gobierno y al país.
La verdad acaba por aflorar. Eso es algo que los argentinos no aprendemos. Pareciera que vivimos cómodos en el engaño. Nos dejamos mentir y nos mentimos. Por ingenuidad, conveniencia o pereza, tendemos a creer que haciendo lo mismo de siempre vamos a obtener resultados distintos, así como esperamos que los que siempre hicieron las cosas de una manera esta vez las hagan de otra. Esa mezcla tan autóctona de hipocresía y voluntarismo, que la clase política ha sabido usufructuar, nos mantiene atados al fracaso.
La deuda es un buen ejemplo de nuestra tendencia a barrer la mugre bajo la alfombra. Hay aquí dos autoengaños flagrantes. El primero es la idea de que la Argentina resulta víctima de crueles usureros extranjeros que, en un sistema perverso, buscan que el país se desangre. Los usureros existen, qué duda cabe; el sistema financiero internacional fue entramado por aquellos que manejan la plata, que saben cómo inclinar la cancha. Pero no es verdad que la Argentina sea una víctima, como dieron a entender el Papa y el ministro de Economía, un técnico aparentemente bien intencionado al que le están enseñando a hacer la pausa para el aplauso populista. En todo caso, la Argentina es un rehén voluntario, condición que les debe al cinismo y la impericia de una clase dirigente que, a lo largo de décadas, ha edificado un Estado signado por la corrupción y el clientelismo.
Lo insostenible no es la deuda, sino el gasto público que la sostiene y eleva. Más allá de la necesaria inversión social, ese gasto tiene mucho que ver con la concepción del Estado como botín político (llenarlo de militantes y amigos, conceder prebendas y favores) y económico (robar de cuanta caja pública haya, en los tres niveles). De nuevo, el país no es la víctima de grandes potencias, sino de dirigentes que han desvirtuado la naturaleza del Estado al punto de convertirlo en un instrumento de sus privilegios mientras alrededor crecía la pobreza. Con el permanente tironeo por la torta entre las corporaciones instaladas, ¿qué queda para los excluidos?
Segundo engaño: creer que una exitosa renegociación de la deuda acaba con el problema y nos deja a las puertas del milagro argentino, ese que está siempre por llegar y nunca llega. Esquivar el default es imprescindible, pero no arregla nada. Por si hacía falta, lo comprobamos de nuevo con el préstamo que el FMI le dio a Macri. El déficit del Estado argentino no es circunstancial, sino estructural. Y está tan inscripto en nuestra cultura que nadie sabe cómo desarmar el monstruo, alimentado durante generaciones y fortalecido con anabólicos durante el gobierno de Cristina Kirchner. Nadie se atreve, tampoco. Más fácil, pedir plata o imprimir. Así, el delirio de vivir por encima de nuestras posibilidades (en nombre de los pobres) es pagado finalmente por los pobres mediante la inflación. Costos de la política, que no repara en costos.
También el engaño de origen empieza a mostrar fisuras. A pesar de ser la vicepresidenta, Cristina Kirchner parece estar más allá, por encima, como una suerte de diosa omnipresente que tiende sus hilos en silencio. Así, se ha quedado con el control de cajas y organismos fundamentales, en especial aquellos con los que acaso espera salvar los pruritos de Alberto Fernández en relación con un rápido despliegue del operativo impunidad. Cada vez que habla, en forma directa o a través de alguno de sus soldados, esmerila la autoridad o la gestión del Presidente, que resiste en sus posiciones, como en la disputa por los detenidos K, o se hamaca (polémica con el FMI). A la luz de los hechos de esta semana, la confrontación futura entre los socios parece inevitable y la convivencia en el poder, ilusoria.
La apuesta de la vicepresidenta es extrema. Pretende que el país tolere vivir en el relato: las causas de corrupción que se le siguen son fruto del lawfare, es decir, invento de medios "hegemónicos" y jueces venales para someter a una abanderada del pueblo. ¿Aceptará el país tal cosa luego de toda la prueba reunida y de las confesiones de tantos empresarios? ¿Viviremos con semejante nivel de hipocresía en sangre?
Fuente:https://www.lanacion.com.ar/opinion/columnistas/mentime-que-me-gusta-nid2333990
OPINIÓN | COLUMNISTAS
Mentime, que me gusta
Héctor M. Guyot
15 de Febrero de 2020
El gobierno actual nació de un acto marcado por una alta dosis de hipocresía. Y por partida doble. Aunque Alberto Fernández ha mantenido una cierta coherencia desde que asumió, resultan difíciles de olvidar las piruetas discursivas que dio tras cerrar el pacto que lo llevaría a la presidencia: su socia pasó de ser una traidora a la patria a encarnar la esperanza nacional. Por su parte, Cristina Kirchner simuló un paso al costado y se puso el traje de actriz secundaria: resultaba imperioso volver al poder y aliviar su gravísima situación judicial. En campaña, la verdadera naturaleza de ese acuerdo quedó velada por el discurso populista de los candidatos y la condescendencia mediática. Ahora, ese vicio de origen, que no fue obstáculo para resultar favorecidos por el voto, está empezando a pasar factura al Gobierno y al país.
La verdad acaba por aflorar. Eso es algo que los argentinos no aprendemos. Pareciera que vivimos cómodos en el engaño. Nos dejamos mentir y nos mentimos. Por ingenuidad, conveniencia o pereza, tendemos a creer que haciendo lo mismo de siempre vamos a obtener resultados distintos, así como esperamos que los que siempre hicieron las cosas de una manera esta vez las hagan de otra. Esa mezcla tan autóctona de hipocresía y voluntarismo, que la clase política ha sabido usufructuar, nos mantiene atados al fracaso.
La deuda es un buen ejemplo de nuestra tendencia a barrer la mugre bajo la alfombra. Hay aquí dos autoengaños flagrantes. El primero es la idea de que la Argentina resulta víctima de crueles usureros extranjeros que, en un sistema perverso, buscan que el país se desangre. Los usureros existen, qué duda cabe; el sistema financiero internacional fue entramado por aquellos que manejan la plata, que saben cómo inclinar la cancha. Pero no es verdad que la Argentina sea una víctima, como dieron a entender el Papa y el ministro de Economía, un técnico aparentemente bien intencionado al que le están enseñando a hacer la pausa para el aplauso populista. En todo caso, la Argentina es un rehén voluntario, condición que les debe al cinismo y la impericia de una clase dirigente que, a lo largo de décadas, ha edificado un Estado signado por la corrupción y el clientelismo.
Lo insostenible no es la deuda, sino el gasto público que la sostiene y eleva. Más allá de la necesaria inversión social, ese gasto tiene mucho que ver con la concepción del Estado como botín político (llenarlo de militantes y amigos, conceder prebendas y favores) y económico (robar de cuanta caja pública haya, en los tres niveles). De nuevo, el país no es la víctima de grandes potencias, sino de dirigentes que han desvirtuado la naturaleza del Estado al punto de convertirlo en un instrumento de sus privilegios mientras alrededor crecía la pobreza. Con el permanente tironeo por la torta entre las corporaciones instaladas, ¿qué queda para los excluidos?
Segundo engaño: creer que una exitosa renegociación de la deuda acaba con el problema y nos deja a las puertas del milagro argentino, ese que está siempre por llegar y nunca llega. Esquivar el default es imprescindible, pero no arregla nada. Por si hacía falta, lo comprobamos de nuevo con el préstamo que el FMI le dio a Macri. El déficit del Estado argentino no es circunstancial, sino estructural. Y está tan inscripto en nuestra cultura que nadie sabe cómo desarmar el monstruo, alimentado durante generaciones y fortalecido con anabólicos durante el gobierno de Cristina Kirchner. Nadie se atreve, tampoco. Más fácil, pedir plata o imprimir. Así, el delirio de vivir por encima de nuestras posibilidades (en nombre de los pobres) es pagado finalmente por los pobres mediante la inflación. Costos de la política, que no repara en costos.
También el engaño de origen empieza a mostrar fisuras. A pesar de ser la vicepresidenta, Cristina Kirchner parece estar más allá, por encima, como una suerte de diosa omnipresente que tiende sus hilos en silencio. Así, se ha quedado con el control de cajas y organismos fundamentales, en especial aquellos con los que acaso espera salvar los pruritos de Alberto Fernández en relación con un rápido despliegue del operativo impunidad. Cada vez que habla, en forma directa o a través de alguno de sus soldados, esmerila la autoridad o la gestión del Presidente, que resiste en sus posiciones, como en la disputa por los detenidos K, o se hamaca (polémica con el FMI). A la luz de los hechos de esta semana, la confrontación futura entre los socios parece inevitable y la convivencia en el poder, ilusoria.
La apuesta de la vicepresidenta es extrema. Pretende que el país tolere vivir en el relato: las causas de corrupción que se le siguen son fruto del lawfare, es decir, invento de medios "hegemónicos" y jueces venales para someter a una abanderada del pueblo. ¿Aceptará el país tal cosa luego de toda la prueba reunida y de las confesiones de tantos empresarios? ¿Viviremos con semejante nivel de hipocresía en sangre?
Fuente:https://www.lanacion.com.ar/opinion/columnistas/mentime-que-me-gusta-nid2333990
Friday, February 14, 2020
EDITORIALES | ACTUALIDAD POLÍTICA-Imponer la falsedad y la memoria incompleta
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EDITORIALES | ACTUALIDAD POLÍTICA
Imponer la falsedad y la memoria incompleta
La iniciativa para penalizar a quienes se nieguen a condenar la represión de los años 70 atenta contra la libertad de expresión consagrada en la Constitución
14 de Febrero de 2020
En su reciente visita a Francia, el presidente Alberto Fernández se reunió con un grupo de argentinos que le pidieron propiciar una ley que penalizara las opiniones no condenatorias de la represión en los años setenta. Se pusieron como ejemplo y fundamento las leyes de Francia y otros países que condenan a quienes niegan el Holocausto.
Se parte así de un primer equívoco cuando se califican de genocidio los hechos ocurridos en la Argentina y se los equipara con los sufridos por la comunidad judía y por otras minorías en la Alemania nazi y en los países ocupados. Según la Real Academia, se entiende por genocidio la aniquilación o exterminio sistemático y deliberado de un grupo social por motivos raciales, políticos o religiosos. La palabra genocidio está, por lo tanto, bien aplicada en el Holocausto, pero no se corresponde con lo sucedido en la Argentina ni en el resto de Sudamérica en la década del setenta. No hubo una persecución impulsada contra personas por sus ideas, sino una respuesta a acciones de violencia y terrorismo de grupos armados que intentaron tomar el poder. Primero sucedieron esas acciones y luego la represión. Esa fue la secuencia. Desde las primeras escaramuzas a comienzos de los sesenta hasta 1975, los gobiernos argentinos reprimieron con la ley en la mano y se dio intervención a la Justicia. La tortura, la muerte en prisión y la desaparición forzada comenzaron a ser instrumentos de represión gubernamental a comienzos de 1975 y se extendieron hasta la derrota militar de los grupos terroristas.
No se pueden negar la inmoralidad y la ilegalidad de esos métodos represivos. Tampoco se puede ignorar que alcanzaron a algunas personas ajenas a la guerrilla. Sin duda, ocurrieron desviaciones deplorables por parte de algunos individuos cebados por esos excesos. Pero no se puede afirmar que todo haya consistido en una persecución despiadada a personas por pensar distinto ni tampoco porque fueran adversarios políticos. Menos se puede decir que fuera por religión o raza.
Si se reclama memoria, esta debe ser completa. Los grupos terroristas, como Montoneros y el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), entre otros, cometieron asesinatos de personas inocentes, torturaron a secuestrados y ajusticiaron a varios de sus propios integrantes. También atacaron cuarteles, robaron bancos y detonaron bombas en lugares concurridos. Actuaron tanto frente a gobiernos de facto como constitucionales. Su objetivo no era luchar por la democracia, sino imponer finalmente un régimen totalitario de orientación marxista, para lo cual recibían apoyo y entrenamiento de Cuba y la Unión Soviética.
La decisión de reprimir con procedimientos ilegales que reproducían el carácter clandestino e irregular de la guerrilla -nos referimos a la Triple A- fue concebida y adoptada por los gobiernos constitucionales de Juan Domingo Perón y de Isabel Perón. Esto también debe formar parte de la memoria.
El falseamiento del número de personas desaparecidas constituye un componente relevante de la falta a la verdad. La Conadep computó 7158 personas entre muertos en acciones subversivas y desapariciones. La cifra de 30.000 fue inventada para lograr la consideración internacional de la figura del inexistente genocidio. Así lo ha admitido la propia persona que ideó esta falsedad y lo ha afirmado una reconocida defensora de los derechos humanos como Graciela Fernández Meijide.
Ahora la intención parece ser la penalización de todo aquel que niegue esa cifra. Ya la provincia de Buenos Aires ha legislado imponiendo la obligación de referirse a 30.000 en toda el área de la administración provincial. La pretensión de legislar en el orden nacional buscando una similitud con el negacionismo del Holocausto ofende al propio Holocausto y atenta claramente contra la libertad de expresión consagrada en nuestra Constitución Nacional.
Fuente:https://www.lanacion.com.ar/editoriales/imponer-la-falsedad-y-la-memoria-incompleta-nid2333619
EDITORIALES | ACTUALIDAD POLÍTICA
Imponer la falsedad y la memoria incompleta
La iniciativa para penalizar a quienes se nieguen a condenar la represión de los años 70 atenta contra la libertad de expresión consagrada en la Constitución
14 de Febrero de 2020
En su reciente visita a Francia, el presidente Alberto Fernández se reunió con un grupo de argentinos que le pidieron propiciar una ley que penalizara las opiniones no condenatorias de la represión en los años setenta. Se pusieron como ejemplo y fundamento las leyes de Francia y otros países que condenan a quienes niegan el Holocausto.
Se parte así de un primer equívoco cuando se califican de genocidio los hechos ocurridos en la Argentina y se los equipara con los sufridos por la comunidad judía y por otras minorías en la Alemania nazi y en los países ocupados. Según la Real Academia, se entiende por genocidio la aniquilación o exterminio sistemático y deliberado de un grupo social por motivos raciales, políticos o religiosos. La palabra genocidio está, por lo tanto, bien aplicada en el Holocausto, pero no se corresponde con lo sucedido en la Argentina ni en el resto de Sudamérica en la década del setenta. No hubo una persecución impulsada contra personas por sus ideas, sino una respuesta a acciones de violencia y terrorismo de grupos armados que intentaron tomar el poder. Primero sucedieron esas acciones y luego la represión. Esa fue la secuencia. Desde las primeras escaramuzas a comienzos de los sesenta hasta 1975, los gobiernos argentinos reprimieron con la ley en la mano y se dio intervención a la Justicia. La tortura, la muerte en prisión y la desaparición forzada comenzaron a ser instrumentos de represión gubernamental a comienzos de 1975 y se extendieron hasta la derrota militar de los grupos terroristas.
No se pueden negar la inmoralidad y la ilegalidad de esos métodos represivos. Tampoco se puede ignorar que alcanzaron a algunas personas ajenas a la guerrilla. Sin duda, ocurrieron desviaciones deplorables por parte de algunos individuos cebados por esos excesos. Pero no se puede afirmar que todo haya consistido en una persecución despiadada a personas por pensar distinto ni tampoco porque fueran adversarios políticos. Menos se puede decir que fuera por religión o raza.
Si se reclama memoria, esta debe ser completa. Los grupos terroristas, como Montoneros y el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), entre otros, cometieron asesinatos de personas inocentes, torturaron a secuestrados y ajusticiaron a varios de sus propios integrantes. También atacaron cuarteles, robaron bancos y detonaron bombas en lugares concurridos. Actuaron tanto frente a gobiernos de facto como constitucionales. Su objetivo no era luchar por la democracia, sino imponer finalmente un régimen totalitario de orientación marxista, para lo cual recibían apoyo y entrenamiento de Cuba y la Unión Soviética.
La decisión de reprimir con procedimientos ilegales que reproducían el carácter clandestino e irregular de la guerrilla -nos referimos a la Triple A- fue concebida y adoptada por los gobiernos constitucionales de Juan Domingo Perón y de Isabel Perón. Esto también debe formar parte de la memoria.
El falseamiento del número de personas desaparecidas constituye un componente relevante de la falta a la verdad. La Conadep computó 7158 personas entre muertos en acciones subversivas y desapariciones. La cifra de 30.000 fue inventada para lograr la consideración internacional de la figura del inexistente genocidio. Así lo ha admitido la propia persona que ideó esta falsedad y lo ha afirmado una reconocida defensora de los derechos humanos como Graciela Fernández Meijide.
Ahora la intención parece ser la penalización de todo aquel que niegue esa cifra. Ya la provincia de Buenos Aires ha legislado imponiendo la obligación de referirse a 30.000 en toda el área de la administración provincial. La pretensión de legislar en el orden nacional buscando una similitud con el negacionismo del Holocausto ofende al propio Holocausto y atenta claramente contra la libertad de expresión consagrada en nuestra Constitución Nacional.
Fuente:https://www.lanacion.com.ar/editoriales/imponer-la-falsedad-y-la-memoria-incompleta-nid2333619
HAPPY VALENTINE´S DAY!/¡FELIZ DÍA DE LOS ENAMORADOS!
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HAPPY VALENTINE´S DAY!
BE MY VALENTINE FOREVER
By Belinda Galea
I love you for a lifetime,
Not only for a day.
I love you for who you are,
Not what you do or say.
I love the way you love me back,
So there is only one thing I can say.
I love you baby with my heart and soul and every other way,
So will you be my valentine not only for one day?
Source: https://www.familyfriendpoems.com/poem/be-my-valentine-forever/Google Imges.
HAPPY VALENTINE´S DAY!
BE MY VALENTINE FOREVER
By Belinda Galea
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So there is only one thing I can say.
I love you baby with my heart and soul and every other way,
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Saturday, February 8, 2020
Un país acosado por extraños fenómenos, por Carlos M. Reymundo Roberts
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Un país acosado por extraños fenómenos
Carlos M. Reymundo Roberts
8 de Febrero de 2020
Están pasando cosas muy extrañas en la Argentina de Cristina y Alberto. Perdón, en la Argentina de Cristina, Alberto y Claudia. Sí, Claudia Ledesma Abdala. ¿No la conocen? Es la Presidenta. No presidenta de un consorcio, de una ONG o de la Cámara de Vendedores de Humo. ¡ La Presidenta del país! Mientras escribo estas líneas, con Cristina en Cuba y hasta que Alberto vuelva a poner sus pies en Ezeiza, estamos en manos de la senadora Claudia, tercera en la línea sucesoria. Claudia, santiagueña, asumió su corto mandato con todos los poderes porque fue elegida por Cris. Fue la segunda jodita de Cris. La primera fue Alberto.
Iba a hablar de las cosas extrañas que están pasando y me distraje con Claudia, que, es cierto, tampoco deja de ser algo extraño. Dicho sea de paso, la senadora goza de excelente salud, algo que lleva tranquilidad a los mercados: el cuarto en la línea sucesoria es Sergio Massa. Ventajita, no te hagás los rulos. Y tu mujer tampoco. Para terminar con mi espacio de distracción, déjenme decirles que la coronación de Claudia como presidenta de un gobierno kirchnerista parece cerrar una pirueta del destino: hace 45 años, la cigüeña la hizo nacer en la ciudad de La Banda.
Ahora sí, vamos a esos fenómenos que no son fáciles de explicar. El mayor de todos es Kicillof, cuya trayectoria política solo puede entenderse como otra broma de nuestra embajadora en Cuba. Hace años que Kicillof es Kichi, un jovencito folclórico que, les prometo, intento tomar en serio y no lo consigo. No cumplió dos meses de gobernador y ya tiene dos derrotas furibundas: le salió mal el ajuste neoliberal y salvaje que quiso imponer y esta semana tuvo que hocicar y pagarles a los acreedores de la provincia lo que había jurado que no iba a pagar. En alguna red leí que lo mandás a negociar por las Malvinas y vuelve sin Chubut. Bueno, peor sería que volviera sin Santa Cruz. Armó un bolonqui terrible por una deudita de mala muerte, por 250 millones de dólares que tranquilamente le pudo haber adelantado el holding hotelero que lo llevó a la gobernación.
Mi consuelo es que no soy el único que no entiende las torpezas del niño mimado de Cris. Lean esta declaración: "Va a ser muy difícil poder seguir la lógica del gobernador". ¿Quién lo dijo? ¿María Eugenia, Macri, Pichetto, Lilita, Alfredo Cornejo, el FMI, un grupo de acreedores? No. Alberto Fernández, en París, ayer. En realidad, la frase completa fue: "Comprendo perfectamente bien al gobernador, pero va a ser muy difícil poder seguir la lógica del gobernador". Lo comprendo, pero me resulta incomprensible. Albertismo en su máxima expresión. En la primera parte le habla a Cristina, para que no se le enoje. En la segunda, urbi et orbi. En la segunda dice lo que piensa. Obvio que es difícil seguir la lógica de Kichi: después de afirmar que los bonistas tendrían que arrodillarse, llamó a una conferencia de prensa para anunciar, con bombos y platillos, que los bonistas lo habían puesto de rodillas a él.
(Antes de seguir, pequeño paréntesis: acabo de escuchar que volvió Alberto; al entregar el mando, Claudia hizo saber que ya había informado a Cristina sobre las novedades de su interinato. El país vive un admirable funcionamiento de sus instituciones.)
¿De dónde salieron los fondos para que Kichi pudiera pagar la deuda? Hoy estoy con las adivinanzas. ¿Redujo su sueldo y el de su gabinete? ¿Achicó la estructura del mega-Estado bonaerense? ¿Suspendió la publicidad oficial? Nada de eso. La variable de ajuste resultó ser el sueldo de los docentes: postergó el aumento que estaba previsto. Es decir: Alberto recauda sacándoles plata a los abuelos, y Kichi, a los maestros. Ahora se entienden las violentas protestas que están paralizando el país. Baradel va a comunicar la fecha del paro docente después de consultar a su pareja, Lorena Riesgo, que acaba de sumarse al equipo de Kichi.
Les decía: están pasando cosas difíciles de asimilar. Ricardo Echegaray volvió a trabajar en la Aduana, y no sabemos si podrá tolerar un organismo históricamente asolado por la corrupción y las mafias. Gregorio Dalbón, el abogado de Cristina, dijo que "a Bonadio la muerte le sienta bien"; cuando se le vino el mundo encima por esa declaración, la rectificó: dijo que en realidad le sentaba "muy bien". A Felipe Solá le preguntaron si era una fake news que él haya saludado la designación en Río Turbio de Aníbal Fernández, al que públicamente ha vinculado con el narcotráfico, y contestó: "No, acá lo único increíble es que yo sea canciller".
Por suerte, no es un fenómeno exclusivo de la Argentina. La prensa alemana ignoró olímpicamente la visita de Alberto y su almuerzo de dos horas con la Merkel. Incomprensible. A propósito, el momento más interesante del encuentro fue cuando ella le pidió que le explicara qué es el peronismo. "¿Es de izquierda o de derecha?" Alberto intentó zafar. "A ver, el peronismo es un movimiento de fuerte arraigo popular fundado por un general, un gran líder al que le siguieron otros, como Menem, Néstor Kirchner y Cristina Kirchner". Y agregó: "Cristina es la que dijo que Alemania tiene más pobres que la Argentina".
A partir de ahí, solo hablaron del coronavirus.
Fuente:https://www.lanacion.com.ar/opinion/columnistas/un-pais-acosado-por-extranos-fenomenos-nid2331826
Un país acosado por extraños fenómenos
Carlos M. Reymundo Roberts
8 de Febrero de 2020
Están pasando cosas muy extrañas en la Argentina de Cristina y Alberto. Perdón, en la Argentina de Cristina, Alberto y Claudia. Sí, Claudia Ledesma Abdala. ¿No la conocen? Es la Presidenta. No presidenta de un consorcio, de una ONG o de la Cámara de Vendedores de Humo. ¡ La Presidenta del país! Mientras escribo estas líneas, con Cristina en Cuba y hasta que Alberto vuelva a poner sus pies en Ezeiza, estamos en manos de la senadora Claudia, tercera en la línea sucesoria. Claudia, santiagueña, asumió su corto mandato con todos los poderes porque fue elegida por Cris. Fue la segunda jodita de Cris. La primera fue Alberto.
Iba a hablar de las cosas extrañas que están pasando y me distraje con Claudia, que, es cierto, tampoco deja de ser algo extraño. Dicho sea de paso, la senadora goza de excelente salud, algo que lleva tranquilidad a los mercados: el cuarto en la línea sucesoria es Sergio Massa. Ventajita, no te hagás los rulos. Y tu mujer tampoco. Para terminar con mi espacio de distracción, déjenme decirles que la coronación de Claudia como presidenta de un gobierno kirchnerista parece cerrar una pirueta del destino: hace 45 años, la cigüeña la hizo nacer en la ciudad de La Banda.
Ahora sí, vamos a esos fenómenos que no son fáciles de explicar. El mayor de todos es Kicillof, cuya trayectoria política solo puede entenderse como otra broma de nuestra embajadora en Cuba. Hace años que Kicillof es Kichi, un jovencito folclórico que, les prometo, intento tomar en serio y no lo consigo. No cumplió dos meses de gobernador y ya tiene dos derrotas furibundas: le salió mal el ajuste neoliberal y salvaje que quiso imponer y esta semana tuvo que hocicar y pagarles a los acreedores de la provincia lo que había jurado que no iba a pagar. En alguna red leí que lo mandás a negociar por las Malvinas y vuelve sin Chubut. Bueno, peor sería que volviera sin Santa Cruz. Armó un bolonqui terrible por una deudita de mala muerte, por 250 millones de dólares que tranquilamente le pudo haber adelantado el holding hotelero que lo llevó a la gobernación.
Mi consuelo es que no soy el único que no entiende las torpezas del niño mimado de Cris. Lean esta declaración: "Va a ser muy difícil poder seguir la lógica del gobernador". ¿Quién lo dijo? ¿María Eugenia, Macri, Pichetto, Lilita, Alfredo Cornejo, el FMI, un grupo de acreedores? No. Alberto Fernández, en París, ayer. En realidad, la frase completa fue: "Comprendo perfectamente bien al gobernador, pero va a ser muy difícil poder seguir la lógica del gobernador". Lo comprendo, pero me resulta incomprensible. Albertismo en su máxima expresión. En la primera parte le habla a Cristina, para que no se le enoje. En la segunda, urbi et orbi. En la segunda dice lo que piensa. Obvio que es difícil seguir la lógica de Kichi: después de afirmar que los bonistas tendrían que arrodillarse, llamó a una conferencia de prensa para anunciar, con bombos y platillos, que los bonistas lo habían puesto de rodillas a él.
(Antes de seguir, pequeño paréntesis: acabo de escuchar que volvió Alberto; al entregar el mando, Claudia hizo saber que ya había informado a Cristina sobre las novedades de su interinato. El país vive un admirable funcionamiento de sus instituciones.)
¿De dónde salieron los fondos para que Kichi pudiera pagar la deuda? Hoy estoy con las adivinanzas. ¿Redujo su sueldo y el de su gabinete? ¿Achicó la estructura del mega-Estado bonaerense? ¿Suspendió la publicidad oficial? Nada de eso. La variable de ajuste resultó ser el sueldo de los docentes: postergó el aumento que estaba previsto. Es decir: Alberto recauda sacándoles plata a los abuelos, y Kichi, a los maestros. Ahora se entienden las violentas protestas que están paralizando el país. Baradel va a comunicar la fecha del paro docente después de consultar a su pareja, Lorena Riesgo, que acaba de sumarse al equipo de Kichi.
Les decía: están pasando cosas difíciles de asimilar. Ricardo Echegaray volvió a trabajar en la Aduana, y no sabemos si podrá tolerar un organismo históricamente asolado por la corrupción y las mafias. Gregorio Dalbón, el abogado de Cristina, dijo que "a Bonadio la muerte le sienta bien"; cuando se le vino el mundo encima por esa declaración, la rectificó: dijo que en realidad le sentaba "muy bien". A Felipe Solá le preguntaron si era una fake news que él haya saludado la designación en Río Turbio de Aníbal Fernández, al que públicamente ha vinculado con el narcotráfico, y contestó: "No, acá lo único increíble es que yo sea canciller".
Por suerte, no es un fenómeno exclusivo de la Argentina. La prensa alemana ignoró olímpicamente la visita de Alberto y su almuerzo de dos horas con la Merkel. Incomprensible. A propósito, el momento más interesante del encuentro fue cuando ella le pidió que le explicara qué es el peronismo. "¿Es de izquierda o de derecha?" Alberto intentó zafar. "A ver, el peronismo es un movimiento de fuerte arraigo popular fundado por un general, un gran líder al que le siguieron otros, como Menem, Néstor Kirchner y Cristina Kirchner". Y agregó: "Cristina es la que dijo que Alemania tiene más pobres que la Argentina".
A partir de ahí, solo hablaron del coronavirus.
Fuente:https://www.lanacion.com.ar/opinion/columnistas/un-pais-acosado-por-extranos-fenomenos-nid2331826
Momento decisivo: los siete errores que pueden arruinar una entrevista de trabajo, por Judith Humphrey (Fast Company)/English Version
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Momento decisivo: los siete errores que pueden arruinar una entrevista de trabajo
Ser amigable sin llegar a ser confianzudo es una de las claves Crédito: Shutterstock
Qué evitar decir y hacer en esta fase crítica del proceso de búsqueda, en la que se puede lograr el éxito... o perder el empleo tan deseado
Fast Company
Judith Humphrey
8 de Febrero de 2020
Conseguir la siguiente gran oportunidad en su carrera requiere mucho trabajo. Tiene que contactarse con sus redes, concretar reuniones informativas, hablar con reclutadores, presentar el currículum, preparar lo que va decir y responder de manera inmejorable en su entrevista preliminar. Hasta que logra la entrevista final que sellará su suerte. El éxito en esta fase no tiene tanto que ver con que tenga buenos antecedentes, no habría llegado hasta allí si no los tuviera. Se trata de no desviarse de su curso durante la reunión. Esté alerta a las siguientes siete situaciones que pueden descarrilar su entrevista en esta fase crítica del juego.
1- Que su aspecto no esté de acuerdo con el rol que quiere cumplir
Su aspecto incide mucho, esa es la conclusión de un estudio reciente de JDP, una agencia de informes sobre consumo, especializada en análisis de antecedentes. La mayoría de los entrevistados dijo que le preocupa que algún aspecto de su vestimenta les cueste el empleo.
Este es mi consejo: investigue cómo viste la gente en esa compañía y vístase un punto por encima de ello. Una entrevista de trabajo es un evento formal, por lo que vístase como lo haría para hacer una presentación ante un cliente de la firma o para una reunión con los más altos ejecutivos. En muchas instancias eso significa ponerse traje o saco y asegurarse de que coordinen todas las piezas de su ropa.
2- Desviarse de su mensaje
Desviarse de su mensaje en una entrevista de empleo puede ser peligroso si lo hace sonar desconcentrado. Asegúrese de que toda respuesta suya desemboque en por qué usted es un candidato altamente deseable.
Si le preguntan acerca de su antiguo jefe, por ejemplo, describa cómo lo guió de tal manera que lo preparó para este nuevo empleo. Si le preguntan acerca del momento en que haya fracasado en algo, vincule eso a lecciones aprendidas que lo ayudarán en su nuevo rol. Si le preguntan qué tareas voluntarias ha realizado, muestre cómo eso refleja los valores de la compañía. Reforzar una y otra vez el mismo mensaje puede parecerle repetitivo, pero para el entrevistador es fundamental y sonará como que usted está concentrado.
3- Hablar de su vida personal
Usted llegará a la entrevista preparado con mensajes claves, pero si la conversación deriva a temas personales, elegantemente vuelva a sus argumentos centrales.
Algunos entrevistadores lo interrogarán acerca de su vida personal. Según el estudio de JDP, a más de la mitad de los candidatos (59%) los interrogan acerca de su vida personal y al 37% de las mujeres les preguntan por su planes de maternidad, pese al hecho de que esto es ilegal. Preguntas en entrevistas acerca de su estatus marital o como padre o madre -al igual que sobre raza, religión, orientación sexual, edad o discapacidad- están prohibidas bajo las leyes de igualdad de oportunidades de empleo.
Eso no siempre impide que los entrevistadores pregunten. Cuando tenía 37 años fui entrevistada para un puesto de redacción de discursos. El CEO para el que estaría trabajando dijo sin aviso: "Bueno a su edad por suerte no va a tener más hijos". Me quedé callada, no tomé el empleo y tuve un hijo a los 44 años.
Además de ser inapropiadas, estas preguntas personales pueden desviarlo de su discurso profesional. Se puede enredar diciendo cosas como "no estoy segura" o "recién empieza una relación y no sabemos si queremos tener hijos" y antes de que se dé cuenta está diciendo más de lo que quería. Si considera que cualquier tema que se plantee es inapropiado, vuelva a los argumentos que lo ayudarán a conseguir el puesto de trabajo.
4- Que una pregunta lo ponga nervioso
Las preguntas pueden venir de todas las direcciones y es importante que no se ponga nervioso. Tómese su tiempo para responder a cada pregunta y prepárese lo más que pueda.
Por ejemplo, suponga que le preguntan acerca de un proyecto que condujo recientemente y usted se traba, sin poder pensar en una respuesta. No balbucee, que es lo que hacemos a menudo cuando estamos nerviosos. En cambio haga una pausa, piense y dé una respuesta meditada. Se verá más confiado, porque no teme tomarse un momento para ordenar sus ideas.
En general, prepare respuestas para la mayor cantidad de preguntas que sea posible. Al dedicarle tiempo anticipadamente a pensar en las preguntas más difíciles, responderá de manera excelente cuando se las haga el entrevistador.
5- Hacerse demasiado amigo
Si tiene la suerte de establecer un buen vínculo con el entrevistador tenga cuidado de no adoptar un tono demasiado confianzudo.
Digamos que alaba sus zapatos o su blusa y de pronto siente que son amigas. Esto puede llevar a que su tono sea menos bajado a tierra y sus palabras menos cuidadas y más afines al lenguaje que usa en charlas todos los días con sus amigas.
Incluso puede llegar a develar cosas que es mejor no decir, como: "Sabe, este proceso de entrevistas ha sido muy largo y estoy contenta de que se termina". Aunque es bueno tener una relación amigable, manténgala profesional.
6- Perder confianza
En la entrevista puede haber momentos que lo sorprendan o que lo desubiquen, pero justamente en esas situaciones es más importante mantener la confianza en sí mismo. El entrevistador puede hacerle saber, por ejemplo, que hay otros candidatos siendo entrevistados, cuando usted creyó que había entrado en una lista más corta. Evite bajar la mirada, mostrar desilusión con un gesto o divulgar con una posición corporal que está desilusionado.
En cambio, manténgase erguido, mire directo a los ojos, ponga los brazos separados y sostenga una expresión receptiva en el rostro.
7- No cerrar
Cuando va terminando la entrevista, reafirme su interés por el cargo y pregunte acerca de los siguientes pasos. Muchos candidatos se van de una entrevista laboral sin saber cómo les fue y qué hay en el futuro para ellos.
Al reafirmar su interés por el puesto puede decir: "Estaba entusiasmado por esta oportunidad cuando vine y ahora lo estoy aún más".
Sus preguntas acerca de cuáles son los siguientes pasos refuerzan el mensaje de que le interesa el puesto. También ello puede llevar al entrevistador a darle algún indicio de dónde está parado. Si su futuro jefe dice "disfruté esta conversación y lo volveré a contactar en una semana" es causa suficiente para creer que tiene las puertas abiertas para continuar en el proceso de selección o incluso entrar en la compañía.
Fuente:https://www.lanacion.com.ar/economia/momento-decisivo-los-siete-errores-que-pueden-arruinar-una-entrevista-de-trabajo-nid2331214
01-23-20
SECRETS OF THE MOST PRODUCTIVE PEOPLE
7 mistakes that can derail a promising job interview
Any of these common things can turn your next big interview into a train wreck.
[Photo: Ben Maguire/Unsplash]
BY JUDITH HUMPHREY
Applying for your next big career opportunity requires a lot of work. You need to reach out to your network, arrange informational meetings, talk to recruiters, submit résumés, prepare talking points, and ace the preliminary interview.
Finally, you land the final interview that will seal your fate. Success at this stage is not so much about whether you have strong credentials—you wouldn’t have made it this far if you didn’t. It’s a matter of making sure you don’t veer off course during the meeting.
Beware of the following seven things that can derail your interview at this all-too-critical stage of the game:
1. NOT LOOKING THE PART
Your appearance makes a huge difference—that is the conclusion of a recent study by JDP, a consumer reporting agency specializing in background screening. The majority of respondents said they worry that some aspect of their dress will cost them the job.
Here’s my advice: Research the way people dress in that company, and dress a cut above that. A job interview is a formal event, so dress as you would if you were making a client presentation in that firm, or having a meeting with senior management. In many instances that means wearing a suit or jacket, and making sure your top and bottom coordinate.
2. GOING OFF MESSAGE
Straying from your message in a job interview can be dangerous if it makes you sound unfocused. Make sure to bring every answer back to why you are a highly desirable candidate.
If asked about your former boss, for example, show how he mentored you in ways that make you ready for this new assignment. If you’re asked about a time when you failed at something, tie that back to lessons learned that will help you in your new role. If you are asked about volunteer work you’ve done, show how it reflects the values you bring to the company. Reinforcing the same message over and over again may feel repetitive to you, but it will make you sound focused to the interviewer.
3. GETTING INTO YOUR PERSONAL LIFE
You’ll come to the interview prepped with key messages, but if the discussion moves into personal topics, gracefully shift back to your core arguments.
Some interviewers will quiz you about your personal life. According to the JDP study, more than half of job candidates (59%) are asked about their personal life, and 37% of women are queried about their plans for children, despite the fact that this is illegal. Interview questions about parental or marital status—as well as race, religion, sexual orientation, age, or disability—are not permissible under Federal Equal Employment Opportunity laws.
That doesn’t always stop interviewers from asking. When I was 37, I interviewed for a speech writing job. The CEO for whom I’d be writing said out of the blue, “Well, at your age thankfully you won’t be having any more children.” I remained silent, passed up the job, and had a child at age 44.
Besides being inappropriate, these personal questions can derail you from your professional pitch. You can get caught up in “well, I’m not sure,” or “my partner and I are just starting out, we don’t know if we want children,” and before you know it, you’re sharing more than you like. If you feel any topic raised is out of line, return to the points that will help you get the job.
4. BECOMING RATTLED BY A QUESTION
Questions can fly at you from all directions, and it’s important that you not get rattled. Take time to answer each question, and prepare as fully as you can.
For example, suppose you’re asked about a recent project you led, and you freeze, unable to think of an answer. Don’t start babbling, which is what we often do when we’re nervous. Instead, pause, think it through, and provide a thoughtful answer. You’ll look more confident because you’re not afraid to take a moment to collect yourself.
More broadly, prepare answers to as many questions as possible. By spending time in advance thinking through the tough questions, you’ll ace them when they come to you.
5. GETTING TOO CHUMMY
If you’re lucky enough to bond with the interviewer, be wary of becoming too familiar with that person.
Let’s say she compliments you on your shoes or your shirt, and suddenly you feel the two of you are friends. This might lead to your tone becoming less grounded and your words becoming less polished and more akin to the language you use in everyday chats with friends.
You might even disclose things that are better left unsaid, such as, “You know, this interview process has been awfully long, and I’m glad we’re at the end of it.” While it’s good to develop a friendly rapport, stay on a professional footing.
6. LOSING YOUR CONFIDENCE
In the interview, there may be moments that surprise you or unnerve you, but that’s when it’s most important to remain confident.
The interviewer may disclose, for example, that there are nine other candidates being interviewed, when you thought you had been short-listed. Avoid dropping your eyes, showing disappointment in your face, or slouching in a body position that shows you’re disheartened.
Instead, sit tall, make direct eye contact, keep your arms open, and keep a receptive expression on your face.
7. NOT CLOSING
As the interview winds down, reaffirm your interest in the position and ask about next steps. Many candidates walk away from a job interview feeling confused about how they did, and what the future holds for them.
In affirming your interest in the position, you might say, “I was excited about this opportunity when I came in today, and I am even more excited now.”
Asking what the next steps are further reinforces your commitment. It also can elicit from the interviewer some sense of where you stand. If your future boss says, “I have enjoyed our discussion, and we’ll get back to you within a week,” that’s cause for believing it’s full steam ahead for you.
ABOUT THE AUTHOR
Judith Humphrey is founder of The Humphrey Group, a premier leadership communications firm headquartered in Toronto. She also recently established EQUOS Corp., a company focused on delivering emotional intelligence training to the fitness, medical, and business sectors
Source:https://www.fastcompany.com/90454522/7-mistakes-that-can-derail-a-promising-job-interviewpartner=rss&utm_source=rss&utm_medium=feed&utm_campaign=rss+fastcompany&utm_content=rss?cid=search
Momento decisivo: los siete errores que pueden arruinar una entrevista de trabajo
Ser amigable sin llegar a ser confianzudo es una de las claves Crédito: Shutterstock
Qué evitar decir y hacer en esta fase crítica del proceso de búsqueda, en la que se puede lograr el éxito... o perder el empleo tan deseado
Fast Company
Judith Humphrey
8 de Febrero de 2020
Conseguir la siguiente gran oportunidad en su carrera requiere mucho trabajo. Tiene que contactarse con sus redes, concretar reuniones informativas, hablar con reclutadores, presentar el currículum, preparar lo que va decir y responder de manera inmejorable en su entrevista preliminar. Hasta que logra la entrevista final que sellará su suerte. El éxito en esta fase no tiene tanto que ver con que tenga buenos antecedentes, no habría llegado hasta allí si no los tuviera. Se trata de no desviarse de su curso durante la reunión. Esté alerta a las siguientes siete situaciones que pueden descarrilar su entrevista en esta fase crítica del juego.
1- Que su aspecto no esté de acuerdo con el rol que quiere cumplir
Su aspecto incide mucho, esa es la conclusión de un estudio reciente de JDP, una agencia de informes sobre consumo, especializada en análisis de antecedentes. La mayoría de los entrevistados dijo que le preocupa que algún aspecto de su vestimenta les cueste el empleo.
Este es mi consejo: investigue cómo viste la gente en esa compañía y vístase un punto por encima de ello. Una entrevista de trabajo es un evento formal, por lo que vístase como lo haría para hacer una presentación ante un cliente de la firma o para una reunión con los más altos ejecutivos. En muchas instancias eso significa ponerse traje o saco y asegurarse de que coordinen todas las piezas de su ropa.
2- Desviarse de su mensaje
Desviarse de su mensaje en una entrevista de empleo puede ser peligroso si lo hace sonar desconcentrado. Asegúrese de que toda respuesta suya desemboque en por qué usted es un candidato altamente deseable.
Si le preguntan acerca de su antiguo jefe, por ejemplo, describa cómo lo guió de tal manera que lo preparó para este nuevo empleo. Si le preguntan acerca del momento en que haya fracasado en algo, vincule eso a lecciones aprendidas que lo ayudarán en su nuevo rol. Si le preguntan qué tareas voluntarias ha realizado, muestre cómo eso refleja los valores de la compañía. Reforzar una y otra vez el mismo mensaje puede parecerle repetitivo, pero para el entrevistador es fundamental y sonará como que usted está concentrado.
3- Hablar de su vida personal
Usted llegará a la entrevista preparado con mensajes claves, pero si la conversación deriva a temas personales, elegantemente vuelva a sus argumentos centrales.
Algunos entrevistadores lo interrogarán acerca de su vida personal. Según el estudio de JDP, a más de la mitad de los candidatos (59%) los interrogan acerca de su vida personal y al 37% de las mujeres les preguntan por su planes de maternidad, pese al hecho de que esto es ilegal. Preguntas en entrevistas acerca de su estatus marital o como padre o madre -al igual que sobre raza, religión, orientación sexual, edad o discapacidad- están prohibidas bajo las leyes de igualdad de oportunidades de empleo.
Eso no siempre impide que los entrevistadores pregunten. Cuando tenía 37 años fui entrevistada para un puesto de redacción de discursos. El CEO para el que estaría trabajando dijo sin aviso: "Bueno a su edad por suerte no va a tener más hijos". Me quedé callada, no tomé el empleo y tuve un hijo a los 44 años.
Además de ser inapropiadas, estas preguntas personales pueden desviarlo de su discurso profesional. Se puede enredar diciendo cosas como "no estoy segura" o "recién empieza una relación y no sabemos si queremos tener hijos" y antes de que se dé cuenta está diciendo más de lo que quería. Si considera que cualquier tema que se plantee es inapropiado, vuelva a los argumentos que lo ayudarán a conseguir el puesto de trabajo.
4- Que una pregunta lo ponga nervioso
Las preguntas pueden venir de todas las direcciones y es importante que no se ponga nervioso. Tómese su tiempo para responder a cada pregunta y prepárese lo más que pueda.
Por ejemplo, suponga que le preguntan acerca de un proyecto que condujo recientemente y usted se traba, sin poder pensar en una respuesta. No balbucee, que es lo que hacemos a menudo cuando estamos nerviosos. En cambio haga una pausa, piense y dé una respuesta meditada. Se verá más confiado, porque no teme tomarse un momento para ordenar sus ideas.
En general, prepare respuestas para la mayor cantidad de preguntas que sea posible. Al dedicarle tiempo anticipadamente a pensar en las preguntas más difíciles, responderá de manera excelente cuando se las haga el entrevistador.
5- Hacerse demasiado amigo
Si tiene la suerte de establecer un buen vínculo con el entrevistador tenga cuidado de no adoptar un tono demasiado confianzudo.
Digamos que alaba sus zapatos o su blusa y de pronto siente que son amigas. Esto puede llevar a que su tono sea menos bajado a tierra y sus palabras menos cuidadas y más afines al lenguaje que usa en charlas todos los días con sus amigas.
Incluso puede llegar a develar cosas que es mejor no decir, como: "Sabe, este proceso de entrevistas ha sido muy largo y estoy contenta de que se termina". Aunque es bueno tener una relación amigable, manténgala profesional.
6- Perder confianza
En la entrevista puede haber momentos que lo sorprendan o que lo desubiquen, pero justamente en esas situaciones es más importante mantener la confianza en sí mismo. El entrevistador puede hacerle saber, por ejemplo, que hay otros candidatos siendo entrevistados, cuando usted creyó que había entrado en una lista más corta. Evite bajar la mirada, mostrar desilusión con un gesto o divulgar con una posición corporal que está desilusionado.
En cambio, manténgase erguido, mire directo a los ojos, ponga los brazos separados y sostenga una expresión receptiva en el rostro.
7- No cerrar
Cuando va terminando la entrevista, reafirme su interés por el cargo y pregunte acerca de los siguientes pasos. Muchos candidatos se van de una entrevista laboral sin saber cómo les fue y qué hay en el futuro para ellos.
Al reafirmar su interés por el puesto puede decir: "Estaba entusiasmado por esta oportunidad cuando vine y ahora lo estoy aún más".
Sus preguntas acerca de cuáles son los siguientes pasos refuerzan el mensaje de que le interesa el puesto. También ello puede llevar al entrevistador a darle algún indicio de dónde está parado. Si su futuro jefe dice "disfruté esta conversación y lo volveré a contactar en una semana" es causa suficiente para creer que tiene las puertas abiertas para continuar en el proceso de selección o incluso entrar en la compañía.
Fuente:https://www.lanacion.com.ar/economia/momento-decisivo-los-siete-errores-que-pueden-arruinar-una-entrevista-de-trabajo-nid2331214
01-23-20
SECRETS OF THE MOST PRODUCTIVE PEOPLE
7 mistakes that can derail a promising job interview
Any of these common things can turn your next big interview into a train wreck.
[Photo: Ben Maguire/Unsplash]
BY JUDITH HUMPHREY
Applying for your next big career opportunity requires a lot of work. You need to reach out to your network, arrange informational meetings, talk to recruiters, submit résumés, prepare talking points, and ace the preliminary interview.
Finally, you land the final interview that will seal your fate. Success at this stage is not so much about whether you have strong credentials—you wouldn’t have made it this far if you didn’t. It’s a matter of making sure you don’t veer off course during the meeting.
Beware of the following seven things that can derail your interview at this all-too-critical stage of the game:
1. NOT LOOKING THE PART
Your appearance makes a huge difference—that is the conclusion of a recent study by JDP, a consumer reporting agency specializing in background screening. The majority of respondents said they worry that some aspect of their dress will cost them the job.
Here’s my advice: Research the way people dress in that company, and dress a cut above that. A job interview is a formal event, so dress as you would if you were making a client presentation in that firm, or having a meeting with senior management. In many instances that means wearing a suit or jacket, and making sure your top and bottom coordinate.
2. GOING OFF MESSAGE
Straying from your message in a job interview can be dangerous if it makes you sound unfocused. Make sure to bring every answer back to why you are a highly desirable candidate.
If asked about your former boss, for example, show how he mentored you in ways that make you ready for this new assignment. If you’re asked about a time when you failed at something, tie that back to lessons learned that will help you in your new role. If you are asked about volunteer work you’ve done, show how it reflects the values you bring to the company. Reinforcing the same message over and over again may feel repetitive to you, but it will make you sound focused to the interviewer.
3. GETTING INTO YOUR PERSONAL LIFE
You’ll come to the interview prepped with key messages, but if the discussion moves into personal topics, gracefully shift back to your core arguments.
Some interviewers will quiz you about your personal life. According to the JDP study, more than half of job candidates (59%) are asked about their personal life, and 37% of women are queried about their plans for children, despite the fact that this is illegal. Interview questions about parental or marital status—as well as race, religion, sexual orientation, age, or disability—are not permissible under Federal Equal Employment Opportunity laws.
That doesn’t always stop interviewers from asking. When I was 37, I interviewed for a speech writing job. The CEO for whom I’d be writing said out of the blue, “Well, at your age thankfully you won’t be having any more children.” I remained silent, passed up the job, and had a child at age 44.
Besides being inappropriate, these personal questions can derail you from your professional pitch. You can get caught up in “well, I’m not sure,” or “my partner and I are just starting out, we don’t know if we want children,” and before you know it, you’re sharing more than you like. If you feel any topic raised is out of line, return to the points that will help you get the job.
4. BECOMING RATTLED BY A QUESTION
Questions can fly at you from all directions, and it’s important that you not get rattled. Take time to answer each question, and prepare as fully as you can.
For example, suppose you’re asked about a recent project you led, and you freeze, unable to think of an answer. Don’t start babbling, which is what we often do when we’re nervous. Instead, pause, think it through, and provide a thoughtful answer. You’ll look more confident because you’re not afraid to take a moment to collect yourself.
More broadly, prepare answers to as many questions as possible. By spending time in advance thinking through the tough questions, you’ll ace them when they come to you.
5. GETTING TOO CHUMMY
If you’re lucky enough to bond with the interviewer, be wary of becoming too familiar with that person.
Let’s say she compliments you on your shoes or your shirt, and suddenly you feel the two of you are friends. This might lead to your tone becoming less grounded and your words becoming less polished and more akin to the language you use in everyday chats with friends.
You might even disclose things that are better left unsaid, such as, “You know, this interview process has been awfully long, and I’m glad we’re at the end of it.” While it’s good to develop a friendly rapport, stay on a professional footing.
6. LOSING YOUR CONFIDENCE
In the interview, there may be moments that surprise you or unnerve you, but that’s when it’s most important to remain confident.
The interviewer may disclose, for example, that there are nine other candidates being interviewed, when you thought you had been short-listed. Avoid dropping your eyes, showing disappointment in your face, or slouching in a body position that shows you’re disheartened.
Instead, sit tall, make direct eye contact, keep your arms open, and keep a receptive expression on your face.
7. NOT CLOSING
As the interview winds down, reaffirm your interest in the position and ask about next steps. Many candidates walk away from a job interview feeling confused about how they did, and what the future holds for them.
In affirming your interest in the position, you might say, “I was excited about this opportunity when I came in today, and I am even more excited now.”
Asking what the next steps are further reinforces your commitment. It also can elicit from the interviewer some sense of where you stand. If your future boss says, “I have enjoyed our discussion, and we’ll get back to you within a week,” that’s cause for believing it’s full steam ahead for you.
ABOUT THE AUTHOR
Judith Humphrey is founder of The Humphrey Group, a premier leadership communications firm headquartered in Toronto. She also recently established EQUOS Corp., a company focused on delivering emotional intelligence training to the fitness, medical, and business sectors
Source:https://www.fastcompany.com/90454522/7-mistakes-that-can-derail-a-promising-job-interviewpartner=rss&utm_source=rss&utm_medium=feed&utm_campaign=rss+fastcompany&utm_content=rss?cid=search
Friday, February 7, 2020
The Rise of the Translation Industry in the Asia-Pacific Region
The following information is used for educational purposes only.
The Rise of the Translation Industry in the Asia-Pacific Region
The global translation industry is continuing its growth in the new year, with an expected market value of $56 billion by the end of 2020.
The Asia-Pacific region is one of the fastest-growing language service provider (LSP) markets, primarily in China and Japan. Together the countries currently dominate the Asia-Pacific market, with nearly 20 LSPs ranked among the top 30 providers in the region. Due to the growth of the Honyaku Center and Pactera Technologies, Japan and China cracked the top 10 for all global LSPs at the start of 2020. To keep up with the growth of the market in Japan, memoQ decided to deploy a second server in the country in 2019.
Here's a look at the trends driving industry growth in the Asia-Pacific region this year.
Watch for Growth in Strategic Partnerships
The global success of China's top LSP, Pactera Technologies, is poised to make China a major player in the 2020 language services market. The company has already received Microsoft's award for top China System Integrator, making Pactera one of Microsoft's leading partners in the worldwide LSP market.
The Pactera Cloud Partner Alliance with Microsoft signals an exciting trend in the Asia-Pacific LSP industry. Look for more strategic alliances between the tech sector and LSPs, especially with cloud computing platforms and machine learning developers. These partnerships may become more crucial in 2020 as trade policies and economies fluctuate in China and Japan, which has already impacted top LSPs in the market.
The Strategic Infusion of Cloud Solutions and Machine Learning
The success of the Pactera-Microsoft Cloud Partner Alliance signals the continued adoption of machine learning and cloud computing by LSPs. This alliance, in particular, is setting the trend for improved LSP customer experiences using cloud-based solutions.
The Pactera-Microsoft partnership also follows the growing trend of Chief Experience Office (CXO) awareness within the Asia-Pacific LSP market. Its Microsoft award emphasized Pactera's success in using the cloud to facilitate excellent customer experiences. Watch for more LSPs to add CXOs to their teams to drive client relationships, as customer experience becomes a high priority.
Better customer experiences aren't the only reason why the Asia-Pacific market continues to embrace the latest technological advancements. Pactera has signaled another important trend in the LSP industry — the infusion of machine learning for quality control.
Quality assurance is one of the biggest concerns in the Asia-Pacific LSP industry. By infusing powerful artificial intelligence (AI) tools into its platform, Pactera hopes to tackle the challenges of executing large-scale translation projects with utmost precision and speed.
The AI trend in the global LSP industry dispels the myth that translators will be replaced by machines. It's just the opposite. Top LSPs hope to leverage the latest AI technologies to better equip translators across the Asia-Pacific region.
Expect More Government Investment in the LSP Industry
It's not just the Asia-Pacific translation industry that's catching onto the latest 2020 trends. Both China’s and Japan's governments are taking notice, so much so, in fact, that both governments are planning to invest heavily in language service providers and tools for translators.
Japan's government is investing $19 million in technology to improve the quality of simultaneous interpretation, a translation task with a high level of difficulty. The investment will fund AI-based software that will help with simultaneous interpretation in 15 different languages across the Asia-Pacific region.
Japan's investment comes on the heels of China's recent investment in the language services industry under the country's One Belt One Road (OBOR) program. Since translation is so fundamental to the initiative, OBOR is attracting more international LSPs to China's market.
You can expect to see Japan’s and China's influence in the LSP translation industry grow as providers look outside the market for more international translation opportunities. As competition heats up between the Asia-Pacific sector and the rest of the global translation industry, watch for developments of AI-powered tools and cloud solutions to help translators improve accuracy and turn-around times.
The Demand for Medical Translators will Skyrocket
2020 is shaping up to be the year of medical translation in the LSP industry. The demand for multilingual medical and pharmaceutical translations is a key factor driving LSP market growth in the Asia-Pacific region.
Expect growing demand for medical translations from China and Japan as the global healthcare market grows to a projected $11.9 trillion. The Asia-Pacific region has the second-largest healthcare industry, with Japan's pharma industry valued at $80 billion and China's at over $1 trillion.
Despite economic fluctuations throughout the region, both Japan and China's healthcare industries are projected to grow. Japan is up 1.3% from previous years, and China's healthcare industry is growing at an impressive 12%, despite recent economic uncertainty in the country. This is great news for the Asia-Pacific translation sector in 2020.
Education Sectors will Have a Significant Impact on the Asia-Pacific Market
There are two major education trends to watch in 2020. The first is the rise of language studies in the Asia-Pacific region. This increase comes as an investment in language studies declines in other regions.
Three hundred universities in China now offer translation courses and Master of Translation and Interpreting (MTI) programs. These programs are becoming more focused and specialized, in contrast to North American and European translation programs, which are relatively self-contained in nature. Look for more university departments, like math and engineering, to offer specialized MTI programs for those industries. This trend is expected to grow China's translation workforce and its positioning in the global translation market.
The other major education trend impacting the Asia-Pacific translation industry is the growth of video-based educational content. As global education institutions switch to video content, there will be an even greater need for audiovisual translation expertise in the Asia-Pacific sector.
Expect this trend to increase the demand for improved localization for global students, as localization is essential for creating immersive learning environments online.
Keep Up with the Latest Translation Trends for 2020
It's only the beginning of the year, and Asia's translation industry is responding quickly to anticipated trends in domestic and international markets. Watch these latest 2020 trends closely for any significant changes, partnerships, and innovations in the Asia-Pacific region.
Source:https://trends.memoq.com/translation-industry-asia-pacific-region/?utm_content=115043001&utm_medium=social&utm_source=linkedin&hss_channel=lcp-567092
The Rise of the Translation Industry in the Asia-Pacific Region
The global translation industry is continuing its growth in the new year, with an expected market value of $56 billion by the end of 2020.
The Asia-Pacific region is one of the fastest-growing language service provider (LSP) markets, primarily in China and Japan. Together the countries currently dominate the Asia-Pacific market, with nearly 20 LSPs ranked among the top 30 providers in the region. Due to the growth of the Honyaku Center and Pactera Technologies, Japan and China cracked the top 10 for all global LSPs at the start of 2020. To keep up with the growth of the market in Japan, memoQ decided to deploy a second server in the country in 2019.
Here's a look at the trends driving industry growth in the Asia-Pacific region this year.
Watch for Growth in Strategic Partnerships
The global success of China's top LSP, Pactera Technologies, is poised to make China a major player in the 2020 language services market. The company has already received Microsoft's award for top China System Integrator, making Pactera one of Microsoft's leading partners in the worldwide LSP market.
The Pactera Cloud Partner Alliance with Microsoft signals an exciting trend in the Asia-Pacific LSP industry. Look for more strategic alliances between the tech sector and LSPs, especially with cloud computing platforms and machine learning developers. These partnerships may become more crucial in 2020 as trade policies and economies fluctuate in China and Japan, which has already impacted top LSPs in the market.
The Strategic Infusion of Cloud Solutions and Machine Learning
The success of the Pactera-Microsoft Cloud Partner Alliance signals the continued adoption of machine learning and cloud computing by LSPs. This alliance, in particular, is setting the trend for improved LSP customer experiences using cloud-based solutions.
The Pactera-Microsoft partnership also follows the growing trend of Chief Experience Office (CXO) awareness within the Asia-Pacific LSP market. Its Microsoft award emphasized Pactera's success in using the cloud to facilitate excellent customer experiences. Watch for more LSPs to add CXOs to their teams to drive client relationships, as customer experience becomes a high priority.
Better customer experiences aren't the only reason why the Asia-Pacific market continues to embrace the latest technological advancements. Pactera has signaled another important trend in the LSP industry — the infusion of machine learning for quality control.
Quality assurance is one of the biggest concerns in the Asia-Pacific LSP industry. By infusing powerful artificial intelligence (AI) tools into its platform, Pactera hopes to tackle the challenges of executing large-scale translation projects with utmost precision and speed.
The AI trend in the global LSP industry dispels the myth that translators will be replaced by machines. It's just the opposite. Top LSPs hope to leverage the latest AI technologies to better equip translators across the Asia-Pacific region.
Expect More Government Investment in the LSP Industry
It's not just the Asia-Pacific translation industry that's catching onto the latest 2020 trends. Both China’s and Japan's governments are taking notice, so much so, in fact, that both governments are planning to invest heavily in language service providers and tools for translators.
Japan's government is investing $19 million in technology to improve the quality of simultaneous interpretation, a translation task with a high level of difficulty. The investment will fund AI-based software that will help with simultaneous interpretation in 15 different languages across the Asia-Pacific region.
Japan's investment comes on the heels of China's recent investment in the language services industry under the country's One Belt One Road (OBOR) program. Since translation is so fundamental to the initiative, OBOR is attracting more international LSPs to China's market.
You can expect to see Japan’s and China's influence in the LSP translation industry grow as providers look outside the market for more international translation opportunities. As competition heats up between the Asia-Pacific sector and the rest of the global translation industry, watch for developments of AI-powered tools and cloud solutions to help translators improve accuracy and turn-around times.
The Demand for Medical Translators will Skyrocket
2020 is shaping up to be the year of medical translation in the LSP industry. The demand for multilingual medical and pharmaceutical translations is a key factor driving LSP market growth in the Asia-Pacific region.
Expect growing demand for medical translations from China and Japan as the global healthcare market grows to a projected $11.9 trillion. The Asia-Pacific region has the second-largest healthcare industry, with Japan's pharma industry valued at $80 billion and China's at over $1 trillion.
Despite economic fluctuations throughout the region, both Japan and China's healthcare industries are projected to grow. Japan is up 1.3% from previous years, and China's healthcare industry is growing at an impressive 12%, despite recent economic uncertainty in the country. This is great news for the Asia-Pacific translation sector in 2020.
Education Sectors will Have a Significant Impact on the Asia-Pacific Market
There are two major education trends to watch in 2020. The first is the rise of language studies in the Asia-Pacific region. This increase comes as an investment in language studies declines in other regions.
Three hundred universities in China now offer translation courses and Master of Translation and Interpreting (MTI) programs. These programs are becoming more focused and specialized, in contrast to North American and European translation programs, which are relatively self-contained in nature. Look for more university departments, like math and engineering, to offer specialized MTI programs for those industries. This trend is expected to grow China's translation workforce and its positioning in the global translation market.
The other major education trend impacting the Asia-Pacific translation industry is the growth of video-based educational content. As global education institutions switch to video content, there will be an even greater need for audiovisual translation expertise in the Asia-Pacific sector.
Expect this trend to increase the demand for improved localization for global students, as localization is essential for creating immersive learning environments online.
Keep Up with the Latest Translation Trends for 2020
It's only the beginning of the year, and Asia's translation industry is responding quickly to anticipated trends in domestic and international markets. Watch these latest 2020 trends closely for any significant changes, partnerships, and innovations in the Asia-Pacific region.
Source:https://trends.memoq.com/translation-industry-asia-pacific-region/?utm_content=115043001&utm_medium=social&utm_source=linkedin&hss_channel=lcp-567092
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