Mi tío "Coco"
(*)sentado en el medio, al lado de mi tía Inés en la celebración del cumpleños número 60 de mi padre
El Martes pasado, cuando salía de dar clase en la universidad,
recibí la triste noticia de la partida de mi tío Coco.
Además me entristeció el hecho de no poder viajar a despedirlo,
aunque era feriado.
Esas cosas que también nos pasan en la vida de tampoco de
sentirme bien en estos días.
Ya llevaré flores a tu lugar de descanso.
Ahora a través de estas palabras, deseo reiterarte-
afortunadamente en nuestras lindas y siempre
variadas charlas pude hacértelo saber personalmente-mi
admiración, respeto, agradecimiento por tu
acompañamiento y contención en los momentos que fuera
necesario y tantas otras cosas más que debería escribir
un libro con semejantes datos e historias compartidas.
También quiero agradecerte por el inmenso placer,
momentos de diversión y
también de aprendizaje al escuchar tus innumerables anécdotas de
otras épocas,con detalles precisos,
de una memoria prodigiosa, con
narraciones de tonos suaves, con palabras medidas, pero
absolutamente firmes y contundentes.
Hoy, como despedida elijo contar una de tus tantas historias.
En este caso, en un momento en que mis padres me dejaron a
vuestro cuidado-con mi queridísima tía Inés ("la tiíta")-
cuando apenas tenía un año.
Ibas manejando tu auto negro y tuviste que frenar repentinamente,
y en simultáneo, extendiste tu brazo para prevenir mi caída
(en aquellos tiempos los niños y niñas acompañábamos a nuestros
padres o familiares parados a su lado en el asiento de adelante,
tomados de su cuello, como único sostén en esa travesía).
El asiento negro de cuero super lustroso hizo que tu intento
resultara fallido y yo diera una vuelta en el aire y terminara
sentada en el piso del coche.
Tenías pánico de mirarme porque no sabías en qué condiciones
había quedado luego de esa suerte de "acrobacia aérea" y qué
medias palabras yo estaría tratando de decirte.
"Levantaste la cabeza, con la cara roja como un tomate y me
dijiste: "Espashio, Coco" a modo de advertencia y con los ojos
bien abiertos y el ceño fruncido mostrando autoridad".
Todavía resuena en mis oídos la especial musicalidad que le dabas
a estas historias donde yo era la protagonista.
Seguramente, ya estarás reunido con las "hermanas Aranda"-esas
"brujas bravas" como te gustaba llamarlas en complicidad
conmigo-,y Garibaldi para completar una mesa de reuniones de
Navidad,o de algún cumpleaños. (*)
¡Qué la Paz, serenidad y alegría que supiste brindarme
generosamente en esta vida te abran las puertas del cielo que ya te
espera!
Cariñosamente, tu "sobrinita" Clara (para vos,"La Negrita" o
"Clarita").C.M.
Tierno, encantador
Inteligente, intelectual,
Observador, atento
Cuidadoso, medido
Ocurrente, divertido
Compañero, paciente
Objetivo,inspirador
Palabras y acróstico de Clara Moras.
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