Saturday, March 1, 2014

GralInt-Utilizan las redes sociales como vehículo de descarga emocional, con altos niveles de ira y descalificación

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Un tuit y una condena

Utilizan las redes sociales como vehículo de descarga emocional, con altos niveles de ira y descalificación


Por Fernando Tomeo



Definitivamente un tuit es una manifestación de la persona, una declaración, la expresión de una idea o una exteriorización de voluntad y, en tal sentido, obliga a su autor civil y penalmente. Lo mismo puede suceder con un retuit (RT) que convalida la exteriorización de voluntad ajena.

El hecho que la opinión, la voluntad, el rumor o la expresión se manifiesten en una plataforma digital como Twitter, Facebook o Instagram no lo exime de sus consecuencia legales, esto es, de su encuadre como hecho ilícito en los términos del Código Civil que genera obligación de reparar el daño causado al honor o a la reputación personal.

En los últimos tiempos vemos con frecuencia que políticos, famosos, miembros del mundo del espectáculo y cualquier mortal, utilizan las redes sociales como vehículo de descarga emocional, con altos niveles de ira y descalificación que, en muchos casos, conllevan calumnias o injurias.

Twitter se puso de moda para proferir agravios, deslizar conspiraciones, degradar ciudadanos y defender posiciones indefendibles con importantes gotas de sarcasmo. Twitter es un campo propicio para librar batallas virtuales con 140 caracteres.

Nos puede parecer que la verborragia la arreglamos borrando el contenido injuriante con un "delete" pero, al decir de Poncio Pilato, "lo escrito, escrito está" y "la borrada" no elimina el contenido del espacio virtual, que permanece guardado en un servidor.

En esta línea de ideas, recientemente la Audiencia Provincial de Madrid condenó a un usuario de Twitter al pago de una indemnización de 1000 euros y una multa de 100 euros por las injurias propiciadas a una periodista que participaba como panelistas de un reality show, a pesar de que el acusado negara ser autor de los polémicos tuits.




Twitter es un campo propicio para librar batallas virtuales con 140 caracteres






Según las constancias del expediente, el demandado sólo habría reconocido la autoría de un tuit en el que manifestaba "¿Así has conseguido tú ciertos trabajos?" al que linkeaba la foto de dos hienas copulando. Ello fue considerado por el Tribunal como una ofensa a la reputación personal y un daño al honor susceptible de reparación, destacándose el "efecto viral" del agravio.

Para probar el daño al honor no solo se tuvo en cuenta el único tuit reconocido por el acusado sino también una serie de pruebas convergentes como las propias condiciones generales de la red social -que establece que el usuario es responsable de los contenidos emanados de su cuenta- y la prueba pericial informática (definitiva prueba de cargo) que concluía que los tuits eran verdaderos, entre otras cosas.

En conclusión, las nuevas tecnologías de la información - y en particular las redes sociales- han revolucionado el universo de la comunicación, facilitando y democratizando la información con efecto dominó. Y esto, es un gran valor.

Pero no debemos olvidar que nuestro derecho no permite eximir de responsabilidad al autor de una injuria por la utilización de un medio digital. Si bien la libertad de expresión constituye un derecho básico de cualquier sistema republicano y en nuestro país se encuentra debidamente amparado por los artículos 14 y 32 de Constitución Nacional, como así también por tratados internacionales de rango constitucional y la ley 26.032, como derecho no es absoluto y requiere de un ejercicio racional ya que, de lo contrario, habrá que responder por los daños derivados de su ejercicio abusivo, cuando sopesan otros derechos personalísimos como el honor y la intimidad que se articulan con el principio de "no dañar a otro" que emana del artículo 19 de la propia Constitución Nacional y que encuentran protección legislativa en el arículo 1071 bis del Código Civil y normas concordantes de orden civil y penal.

En otras palabras, la prevención se impone de la mano del consejo que refiere que "antes de postear hay que pensar". Caso contrario, tendremos que hacernos cargo de nuestros dichos digitales.






Fuente: www.lanacion.com.ar

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