Adelanto Día de la Mujer-08-03-12

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LAS CALLES DE PUERTO MADERO


La memoria es una de las formas de la justicia


Por fin, la mujer se abrió camino en Buenos Aires. Mujeres que dejaron huella en su andar dan nombre a las calles de Puerto Madero en un merecido homenaje. Fueron mujeres talentosas, comprometidas y luchadoras que enorgullecen al género.

Alicia Moreau de Justo mostró cómo se puede ser feminista y al mismo tiempo militar en política mientras se atiende la profesión, se cuida a los hijos y se acompaña al marido, poseyendo una identidad propia, aún siendo la "señora de". Aimé Painé fue la última princesa mapuche y se destacó por la defensa de los derechos de su pueblo. Azucena Maizani, reconocida por su "decir" el tango, hecho de sentimientos y dolor, fue conocida por el seudónimo de "La ñata Gaucha". Azucena Villaflor de Devicenti, madre de Plaza de Mayo. Su nombre retumba en la noche oscura de la última dictadura militar. Fue una mujer a la que el terror no paralizó, quien propuso a otras madres que se reunieran, que se organizaran y que tomaran como centro para esas reuniones la Plaza de Mayo. Cecilia Grierson fue la primera médica argentina, también investigadora, docente y escritora. Carolina Elena Lorenzini, la "aviadora gaucha" fue una adelantada en la lucha de la mujer por ocupar un lugar en la sociedad junto al hombre. Elvira Rawson de Dellepiane fundó en Uspallata la primera colonia de vacaciones, institución dedicada al cuidado de niños débiles. Una de sus primeras propuestas fue la obligatoriedad de la "copa de leche" en las escuelas. Emma de la Barra periodista y escritora rosarina, firmaba sus obras con el seudónimo César Duaven porque en su tiempo no se concebía la posibilidad de que la mujer transpusiera los límites del hogar sin que violara los más elementales preceptos de su organización. Encarnación Ezcurra fue la esposa de Juan Manuel de Rozas y su fervorosa colaboradora, ya que sentía por su marido una devoción ciega e inconmovible. Fenia Chertkoff participó activamente de las primeras huelgas obreras. Contribuyó a la sanción de las leyes de descanso dominical para trabajadoras sombrereras y la "ley de la silla", denunciando la explotación laboral de los menores de ambos sexos en industrias como la fosforera o la tabacalera, las pésimas condiciones de salubridad de las instalaciones fabriles y las jornadas sin límites de día ni horarios. Juana Manuela Gorriti salteña, se ha hecho célebre no solo por su vida llena de vicisitudes y por su innegable valor como literata, y por ser en su madurez una política progresista, sino por su interesante libro de arte culinaria llamado "La cocina ecléctica", tal libro además del valor gastronómico, actualmente tiene un gran valor documental ya que aporta muchas recetas folclóricas argentinas, de otros países latinoamericanos e incluso cocina europea de su época. Juana Manso promovió la creación de bibliotecas, distribuyó los anales, desterró los castigos corporales, introdujo la enseñanza del inglés e impulsó su método que basa el aprendizaje en la observación y la reflexión. Julieta Lanteri, alineada a las corrientes librepensadoras de su época, formó el Partido Feminista Nacional y en 1919 se postuló como diputada nacional. Macacha Güemes fue hermana de quien sería con el tiempo el caudillo Martín Miguel de Güemes, a quien apoyó en las luchas por la independencia de nuestra Patria. Manuela Sáenz fue una patriota ecuatoriana y compañera sentimental de Simón Bolivar, reconocida como heroína de la Independencia de América del Sur. Criticada, denigrada e ignorada y desterrada por sus contemporáneos y aún décadas después de su muerte, sólo a mediados del siglo XX Manuela Saenz empezó a ser reivindicada como heroína y prócer en la gesta de la independencia o como precursora del feminismo en Latinoamérica. Mariquita Sánchez de Thompson y Mendeville, mujer de ideas claras e independientes, recibía a sus conciudadanos en su casa de la calle del Empedrado, actual Florida. El salón de su casa era un centro de cultura acreditada. Preocupada por la educación, nada fue ajeno a su mirada perspicaz. Marta Lynch fue una de las narradoras más reconocidas de la década del 70. En sus obsesiones políticas, como en todo, era muy contradictoria. Martha Salotti, discípula y heredera de la producción cultural de Rosario Vera Peñaloza, se dedicó a la escritura de cuentos infantiles y de libros de lectura. También fue autora de textos pedagógicos sobre la enseñanza de la lengua. Micaela Bastidas fue la esposa de Tupac-Amaru, alma de la más importante de las rebeliones de masas en el imperio español de América. Micaela, mujer de fuste, no dudó en seguir a su marido en el levantamiento ni en arengar al pueblo dándole a conocer los motivos del mismo. Olga Cossettini fue una docente rosarina que desarrolló hasta 1950 una de las experiencias pedagógicas más ricas de la primera mitad del siglo XX: "La escuela viva", que centró la enseñanza en el respeto al alumno y su capacidad creadora. Los alumnos eran evaluados por sus logros. El cariño fue motor del aprendizaje para estos chicos. Petrona Eyle fundó junto a otras mujeres la Asociación de Universitarias Argentinas, la Liga contra la Trata de Blancas y diversas asociaciones feministas que lucharon por la institución del voto femenino. Pierina Dealessi fue una de las grandes actrices de la escena porteña. Abordó la comedia con gran inteligencia y soltura, en memorables papeles dramáticos. Raquel Forner fue la primera pintora de la era espacial. A partir de 1957, y hasta su muerte, Forner ejecutó sus series del Espacio, en las que se acerca a la surrealidad donde busca vislumbrar - en el cosmos - un mundo mejor. Regina Pacini de Alvear, reconocida y aplaudida por los más exigentes críticos musicales, abandonó dinero y fama por el amor del argentino Marcelo T. de Alvear. Regina se destacó en obras de filantropía y beneficencia, que culminan con su iniciativa máxima, la Casa del Teatro. Rosario Vera Peñaloza fundó el primer Jardín de Infantes anexo a la Escuela Normal de La Rioja, el primero de una larga serie de jardines que se inaugurarían en distintos puntos del país. Con marcado entusiasmo se dedicó al estudio de planes y programas de educación. Recorrió el país impulsando la enseñanza popular y dictando conferencias y cursos para transmitir la utilización de las nuevas técnicas además de alentar la fundación de bibliotecas. Falleció el 28 de mayo de 1950 y en memoria de esta maestra ejemplar se eligió esta fecha para conmemorar en su honor el "Día de la Maestra Jardinera" y el "Día de los Jardines de Infantes". Rosita Quiroga "Cantora" en el más amplio sentido que se le pueda dar a esta expresión, heredera directa de los payadores, marcó con su estilo un tono "canyengue" y arrabalero. Trinidad Guevara fue la actriz que el público de la primera parte del siglo XIX adoró. Tuvo un estilo propio y de avanzada para su época porque logró imponer la naturalidad en sus caracterizaciones en oposición a la sobreactuación imperante, razón por la cual muy pronto se convirtió en "la favorita". Virginia Bolten luchadora uruguaya, afincada en Rosario durante algunos años, descolló por su oratoria y fue una activista destacada entre los trabajadores rosarinos. Victoria Ocampo de espíritu inquieto, cosmopolita y apasionada, fue la mecenas de su época. Fue la primera mujer que ingresó en la Academia Argentina de Letras.

Las grandes participantes -y las grandes olvidadas- en la historia de la humanidad, y por cierto nuestro país no ha sido una excepción, han sido las mujeres. Absurda desde cualquier punto de vista, esta ausencia -en lo que a la nomenclatura urbana respecta- ha comenzado a ser remediada. Es de destacar la decisión de las autoridades de la ciudad de Buenos Aires, iniciada hace ya algunos años, de bautizar con el nombre de mujeres cuyas personalidades han trascendido en el devenir de nuestra historia, las calles de este nuevo barrio porteño de Puerto Madero.

Fuente: Luis O. Cortese - Nora Capaccioli